El final menos pensado

El final menos pensado

El friense Nicolás Petrich, muy conocido en Tucumán, falleció ayer mientras competía

A PUNTO DE CORRER. La imagen muestra al Mitsubishi Lancer de Petrich, minutos antes de salir a correr en el primer especial del día, en Fray Mamerto Esquiú. foto de El Barco Pirata A PUNTO DE CORRER. La imagen muestra al Mitsubishi Lancer de Petrich, minutos antes de salir a correr en el primer especial del día, en Fray Mamerto Esquiú. foto de El Barco Pirata
16 Diciembre 2018

Mañana tranquila la de ayer en Fray Mamerto Esquiú. No obstante, la adrenalina flotaba en el aire, con un rally en ciernes, el Gran Premio Coronación del certamen catamarqueño. Tramo Villa Las Pirquitas-Murallón Dique I. El reloj marcaba las 10.01. Se ordena entonces la salida de la primera tripulación (entre 40 inscriptas), la compuesta por Antonio Prevedello-Leonardo Londero. Luego acelera el también local Gustavo López (con Sebastián Carrizo a su lado) y el tucumano Claudio Ferreyra (con Luis Álvarez). Nada hacía prever entonces que, con la cuarta a la que se le daría señal de partida, se iniciaba una espiral de hechos que habrían de embargar de tristeza a quienes acudieron a la prueba y al automovilismo de la región. Por extensión, a la suspensión de la competencia.

Con el N°319 en los laterales del Mitsubishi Lancer RC2N, el binomio santiagueño Nicolás Petrich-Jorge Allub empezó a transitar el tramo de 4,74 kilómetros. Una subida complicada, con piedras laja sueltas, con montaña de un lado y, del otro, el precipicio del dique.

Tres, cuatro kilómetros del recorrido y el piloto empezó a sentir que le faltaba el aire. El navegante lo escucha, trata de calmarlo. Pero Petrich se desvanece. La oficina de prensa oficial del rally catamarqueño informó luego, en un comunicado, que el piloto, al empezar a sentirse mal, “detuvo por sus propios medios (el auto) a un costado del camino. Fue asistido por la tripulación que llegó a continuación, y la siguiente avisó en la mesa de control, cumpliendo con los protocolos de seguridad para que ingresen los equipos de rescate. Los profesionales médicos decidieron su traslado al Sanatorio Pasteur, donde finalmente se confirmó la noticia de su fallecimiento.”

Apenas conocido el deceso, los rostros invadidos por muecas de dolor dominaron la escena, en los caminos y en la asistencia. Incluso, hubo quienes derramaron lágrimas. A la noticia la dio Cristian Ahumada, dirigente del Ateneo Mariano Moreno, organizador de la carrera. Entre tanta tristeza, una afirmación entre los presentes: Petrich nunca mostró señales previas de tener alguna afección.

El piloto había nacido en Venado Tuerto el 30 de octubre de 1951. Residía en Frías, donde había formado una familia que seguía paso a paso su carrera deportiva y emuló su gusto por los deportes mecácinos. El nexo de Petrich con Tucumán era fuerte y se remonta a los tiempos en que competía en la categoría Monomarca, en el autódromo “Nasif Estéfano” y en otros de la región. De hecho, había sido invitado por el grupo de ex pilotos y allegados a la categoría que se formó y que en la noche del viernes había realizado una cena para despedir el año. Claro, él debía estar en carrera, por la largada simbólica del desafío en Fray Mamerto Esquiú. Sandra Berral, coordinadora de estas reuniones, lo despidió: “amigo, te fuiste haciendo lo que te gustaba. Tu pasión era correr. Desde el club te decimos: hasta siempre.”

El viernes, Petrich había hecho en la red social Facebook un extenso agradecimiento a numerosas personas, por ayudarlo en la preparación del Mitsubishi, con el que debutaba ayer. Se lo había comprado a la familia Prevedello de Catamarca y los trabajos de acondicionamiento le habían llevado poco menos de tres años. “Comienzo esta, mi última etapa, sobre un auto de carrera. Aunque el automovilismo me dio todo lo que yo podía esperar, también mucho me ha quitado. A pesar de ello, sigo siendo un apasionado de este hermoso deporte”, escribió. Hoy, lo llora el automovilismo de la región.

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