"Roma" y Netflix hacen historia

"Roma" y Netflix hacen historia

Es una de las mejores películas del año y no llega a los cines: hoy se estrena por streaming.

EN BLANCO Y NEGRO. Así se filmó “Roma” (las fotos corresponden a imágenes de la película). EN BLANCO Y NEGRO. Así se filmó “Roma” (las fotos corresponden a imágenes de la película).

Es tal la velocidad a la que se reconfigura el mapa de los consumos culturales que casi no deja tiempo para el análisis. Entonces, que el estreno de la -tal vez- mejor película del año haya pasado de los cines a una plataforma de streaming no impacta con la potencia que la noticia contiene. Y no es un dato más; es un antes y un después, un quiebre histórico. “Roma”, obra cumbre (hasta aquí) de la riquísima producción de Alfonso Cuarón, está disponible desde hoy para los 140 millones de usuarios que tiene Netflix en el mundo. Es como si “El Padrino” hubiera saltado directamente a la pantalla de un celular, sin visitar las salas. Una fantasía en aquellos tiempos no tan lejanos; una realidad hoy porque, sabemos, el futuro llegó hace rato.

No quiere decir que “Roma” jamás vaya a proyectarse en los cines, pero ese recorrido marcha al compás que Netflix indica y la estrategia se despliega como un satélite de su propia pantalla. Habrá que ver cómo funciona la película en la plataforma (de lo que nunca nos enteraremos en detalle, porque Netflix no proporciona ratings ni datos de audiencia) y, a partir de allí, la cuota de salas que alcanza. Hay una campaña internacional, de la que forma parte el propio Cuarón, para que “Roma” se vea en los cines, pero la última palabra la tiene quien financió el proyecto. Hasta aquí, en Estados Unidos y en México el filme se programó en un número reducido de salas.

Roma y Netflix hacen historia

Ya se sabe que, en Argentina, “Roma” no llegará al circuito comercial. La película se vio en el Festival de Mar del Plata y por estos días se proyecta gratis en Buenos Aires, en el auditorio del Malba. Puede que un paso triunfal por la temporada norteamericana de premios cambie la ecuación (reúne tres postulaciones a los Globos de Oro y se habla de muchas más para el Oscar), aunque su coronación en Venecia, donde se alzó con el León de Oro, no movió la aguja de las distribuidoras. Lo único seguro para los espectadores argentinos es que hoy disponen de “Roma” en Netflix. El resto es pura conjetura.

El propio Cuarón quedó atrapado en esta telaraña a partir de una confesión revestida de pura honestidad. Por un lado alienta la experiencia de sumergirse en “Roma” desde la inigualable experiencia que ofrece una sala. Y a la vez subrayó, en declaraciones al diario El País: “hay gente que ya no va al cine y quiero que también la vea... La mayoría de las obras maestras que más amo no las he visto en la gran pantalla”.

Porque no sólo se trata de hacer pie en un espectro saturado de ofertas audiovisuales, con una industria abocada a la producción de series como si de una cadena de montaje se tratara. También está la certeza de que para las nuevas generaciones interesadas en los clásicos, los increíbles planos que propone un western de John Ford se ajustan al tamaño de un smartphone. Ni Fellini ni Truffaut filmaron pensando cómo se ven sus películas hoy en día.

Roma y Netflix hacen historia

Pero, ¿qué tiene de especial “Roma”? Tras el éxito de “Gravedad”, Hollywood le ofreció toda clase de proyectos, pero Cuarón puso la pelota bajo la suela y comprendió que era el momento de ir por otro lado. Entonces volvió a México para contar su niñez. Y lo hizo como quería: en blanco y negro, con un cast elegido a su medida, sin estrellas, por supuesto que con una película hablada en español. Cuarón la escribió, la dirigió, la fotografió y la editó. El resultado es un viaje a ese barrio del DF (Colonia Roma) en el que se desarrolla la historia familiar, en sintonía con los sucesos que sacudían a la sociedad mexicana en los inicios de la década del 70.

No fue un proyecto que sedujera a los grande estudios, enfocados a las secuelas, los reboots, los superhéroes y la corrección política. Pero sí a Netflix, a cuya oferta le sobra cantidad pero le falta calidad. Las reglas están claras: Netflix pone el dinero, pero también decide cuándo, dónde y cómo se ve la película (¿no es, a fin de cuentas, el sistema de estudios de siempre, adaptado a la edad de los celulares?). Cuarón respondió a esa confianza con una obra profunda y conmovedora. En el triángulo dorado de los realizadores mexicanos -completado por Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu- Cuarón sobresale por su capacidad para construir personajes dotados de numerosas capas emocionales. En ese sentido, “Roma” va al hueso, Sí, Cuarón es un brillante narrador que no precisa de artilugios para alcanzar los corazones.

La historia de “Roma” se desarrolla desde los ojos de Cleo, alter ego de Libo, la mujer que ofició de madre de crianza de Cuarón. Para interpretarla el director encontró a una maestra de preescolar de Oaxaca, llamada Yalitza Aparicio. Debutante absoluta, Aparicio brinda una actuación impresionante. No cambió tanto la sociedad en los 50 años transcurridos desde los hechos de “Roma”: los prejuicios de clase hacia una mujer de raíces indígenas como Cleo/Libo se mantienen.

La filmografía de Cuarón navega entre el drama, la comedia, la fantasía, el romance, la distopía y la ciencia ficción. No son muchos los realizadores capaces de surfear entre tantos géneros sin resignar la mirada. Es lo que distingue a los cineastas del resto. Y es a la vez un llamado de atención en pleno clima de época, cuando los cambios en los consumos culturales, tan decisivos, indican cuál es el pulso de una sociedad. El buen cine, como la buena televisión, siguen dependiendo de las grandes historias y de cómo se las cuenta.

> Todas la películas de Cuarón
- “Solo con tu pareja” (1991), protagonizada por Daniel Giménez Cacho.
- “La princesita” (1995), con Liesel Matthews.
- “Grandes esperanzas” (1998), con Gwyneth Paltrow y Ethan Hawke.
- “Y tu mamá también” (2001), con Gael García Bernal y Diego Luna.
- “Harry Potter y el prisionero de Azkaban” (2004), con Daniel Radcliffe.
- “Niños del hombre” (2006), con Clive Owen.
- “Gravedad” (2013), con Sandra Bullock.

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