En Rosario y Tucumán

El médico tucumano Domingo del Campo fue quien, en 1895, trató inútilmente de reanimar al gobernador Benjamín Aráoz, cuando este cayó fulminado por un ataque cardíaco en el Cabildo, durante los actos de recepción de los restos del prócer Gregorio Aráoz de La Madrid,

Del Campo había nacido en Monteros, en 1850. Casi dos años tenía cuando fue bautizado en esa parroquia, el 13 de agostó de 1851, como “José Domingo”. Era hijo de don José Julián del Campo, hermano del gobernador de ese apellido, y de doña Isaías Bustamante. Se doctoró en Medicina en la Universidad de Buenos Aires en 1875. Dedicó su tesis, “La septicemia en la medicina moderna”, a sus hermanos Leopoldo y Jesús María. Antes, había actuado como cirujano militar en las operaciones del coronel Julio de Vedia contra el segundo alzamiento de Ricardo López Jordán, y en la revolución de 1874, integrando las fuerzas nacionales que reprimieron a los rebeldes.

Hizo un viaje de especialización a Europa. Se casó con la santafesina María Aldao y se radicó en Rosario. Allí fue vocal del Consejo de Higiene; profesor del Colegio Nacional, de la Escuela de Comercio y del Ateneo de Rosario; presidente de la Biblioteca Popular y del Club Social. Dirigió el Sifilicomio rosarino y se desempeñó como médico del Hospital de Caridad y del Hospital Rivadavia, entre otras funciones profesionales. Escritor y poeta, presidió la Asociación Estímulo Científico y Literario y el Círculo Médico. Colaboró en publicaciones nacionales como “La Revista Argentina”, que dirigía José Manuel Estrada.

Regresó unos años a Tucumán, en la década de 1890. Aquí, fue presidente del Consejo de Higiene y director del Hospital Mixto. En la Legislatura, representó a su Monteros natal como diputado y a Leales como senador. No hemos podido precisar la fecha de su muerte.