Cartas de lectores

Cartas de lectores

Las cartas para esta sección deben tener un máximo de 200 palabras, en caso contrario serán sintetizadas. Deberán ser entregadas en Mendoza 654 o en cualquiera de nuestras corresponsalías haciendo constar nombre y domicilio del remitente.

21 Noviembre 2018

- Veredas y viviendas precarias

En respuesta a la inquietud y queja del lector Héctor Ostengo, en su carta del 16/11/18, merece una respuesta, como así el editorial de LA GACETA del 19/11 sobre las veredas de nuestro microcentro. Es cierto y lógico lo que señala en su carácter de vecino. Pero con respecto al asentamiento, donde señala a las viviendas habitadas por indigentes, instalados con viviendas precarias a la vera de las vías del ferrocarril en avenida Sarmiento entre Marco Avellaneda e Italia; ellas se incrementaron desde hace un año y medio, situación que le hice notar al ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin, como para que reubicaran a estas familias de escasos recursos, que no tienen dónde vivir dignamente con los servicios indispensables. Como respuesta, recibí del director de Asuntos Jurídicos de ese Ministerio, una nota señalando que, por el lugar donde están instalados, “existen cuestiones de jurisdicción y competencia que deben ser observadas”. Vaya respuesta, porque en ningún momento he planteado cuestiones de competencia o de pertenencia; estoy hablando desde un punto de vista social. En cuanto al puente de avenida Sarmiento, como el mismo no está destruido, goza de un buen estado de transitabilidad, aun reconociendo que el crecimiento del parque automotor que intensificó la circulación por dicho lugar merece otra solución, pero el municipio no tiene capacidad económica ni financiera para hacerlo. Vivimos la tiranía de las autoridades ferroviarias y no cambia, sea del signo político que fuere. Bregamos, hasta el día de hoy, para que se habiliten los semáforos que están de adorno desde hace 10 años, al igual que la apertura de calle Santa Fe y Marco Avellaneda; se oponen y pretenden que se coloquen barreras automáticas, que tienen un costo muy elevado. El Intendente es permeable a toda inquietud y hace obras de acuerdo a las posibilidades, pero a veces se choca con la incultura de nuestros semejantes. En cuanto a las veredas, en más de una oportunidad damos cuenta de la labor que se realiza para que estén en condiciones. Los vecinos infractores fueron intimados por la Dirección de Catastro, no acataron y se les labraron las infracciones respectivas; el Tribunal de Faltas aplicó las sanciones, pero nada de ello sirvió, lo que obligó, en la mayoría de los casos, a que las mismas pasen a instancia judicial. Como nos cansamos de recibir críticas, cuando la responsabilidad primigenia es del propietario, el Intendente ordenó que con fondos del Municipio se reparen las veredas rotas y se construyeran rampas para discapacitados, dando cumplimiento a ordenanzas de años anteriores. Lamentablemente, lector Héctor Ostengo, debo manifestarle, que “Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires”.                                                                              

José Luis Avignone

Secretario de Relaciones Institucionales
Municipalidad de San Miguel de Tucumán


- Política hereditaria

Excelente columna de la periodista Irene Benito (“Disparen contra los concursos”, 19/11), respecto a los dichos del juez Cruz, ni más ni menos. Además, podría agregarle lo siguiente: ¿En la actualidad la política es una profesión hereditaria? Todos observamos que en los últimos diez años, los cargos políticos electivos en muchos casos se convirtieron en una dinastía o en una empresa familiar, que pasa de padres a hijos y esposas. Ahora hablemos de la herencia política. La palabra herencia tiene varios significados; según su orientación se puede decir que sería el traspaso de bienes y propiedades y hasta de las deudas de una persona que fallece; también existen herencias genéticas, herencias culturales, etcétera. Resulta que, en principio, es el jefe de una familia, por lo general el padre, quien comienza con las actividades proselitistas; pasado el período para el cual fue electo (4 años), y si no hay reelección, inmediatamente postula a su hijo o a su mujer para que ocupen el sitial que él mismo dejó; por lo general, este movimiento se lo realiza por herencia, sin preparación previa y sin anestesia. Estos herederos, en la mayoría de los casos, no poseen una mínima militancia partidaria; es más, muchos ni siquiera conocen la ubicación física de la sede. Sus padres los postulan siguiendo los dichos de Maquiavelo: “es mejor que esa forma de gobierno sea hereditaria, porque así el príncipe que hereda al otro no cambiará el sistema, y las riendas del poder serán siempre aceptables (claro para ellos)”. Injusticia suprema la de estas postulaciones a dedo; en el camino quedan relegados hombres y mujeres que, por no ser familiares, no poseen las cualidades genéticas para sucederlo. Y estos militantes, sin embargo, dedicaron sus vidas a una causa, vivieron y durmieron en el partido, para que al final salgan favorecidos “el hijo de”, o “la mujer de”. Entonces, esto se convierte en una monarquía de la misma familia, y el cetro de mando pasa de un miembro a otro. La herencia, en política, no garantiza la buena gobernabilidad y el bienestar del pueblo; sólo deja al desnudo las ansias desmedidas de no perder las riendas del poder. La pregunta lógica queda flotando en el aire: ¿para qué querer tener más y más? Existe una ley suprema que es la más justa, y es la del “metro ochenta”, la cual debemos cumplir todos, sin excepción, desde el que empuja el carrito para juntar cartones para conseguir su sustento diario, hasta el que tiene una flota de 4x4, grandes cuentas bancarias, campos, etcétera. De esta vida nada nos llevamos, sólo nuestra sombra y dejamos el recuerdo. Dijo nuestro papa Francisco: “Nunca vi un camión de mudanzas detrás de un cortejo fúnebre”.

Pedro Martínez


- Un noble gesto

Defensor a ultranza de las costumbres argentinas y amante del folclore tucumano, es que llevo a mis niños a que aprendan el secreto de la danza folclórica al Ballet Tafí, en Tafí Viejo. Allí se formó un hermoso grupo de niños de entre 4 y 12 años de edad, quienes todos los jueves y viernes aprenden a bailar, amén de hacer lindas amistades. Fue como parte del aprendizaje que me contacté con el secretario de Cultura de la ciudad, Miguel Acevedo, y con el grupo tucumano “La zapada”, a quienes no conocía, pero me animé a invitarlos para que realizaran una jornada junto a los pequeños. Todo fue con el único fin de que los niños conocieran un poco más de nuestra cultura: cómo se forma un grupo, qué función cumple cada uno, qué significa subir a un escenario, cómo componen una canción; en fin, pretendía que sea una jornada distinta. Grande fue mi sorpresa cuando ambos invitados me respondieron: “Por supuesto, ¿cómo decirle no a un grupo de pequeños bailarines?” Fue muy grato ver cómo el director de Cultura y a los muchachos que hacen este grupo, Julio El Juri, Juan Lazarte, Rodrigo Avellaneda y Pablo Rojas, quienes a pesar de su prestigio cantaron, jugaron y bailaron a la par de los pequeños, que quizás no entienden aún, pero estos muchachos les hicieron pasar una jornada distinta. Se trata de un pequeño gesto que quería resaltar.

Marcelo Maza

Constitución 1.600

Tafí Viejo


- Por qué falta agua

Creo haber encontrado la respuesta a la causa por la cual muchos tucumanos no tienen agua varias horas al día o solamente reciben un hilo de agua en sus domicilios. El motivo surge de los propios datos brindados por el Ersept en su Resolución nº 521/18 de septiembre, en cuyo Anexo 1, sub-anexo 2, cuadro nº 2, informan que SAT potabilizó 7,2 millones de metros cúbicos anuales (m3= 1.000 litros), que equivalen a 7.200 millones de litros de agua. En el mismo sub-anexo, cuadro nº 1, informan que las viviendas residenciales registradas con servicio son 278.162. Con esos datos podemos hacer el siguiente cálculo: Utilizando los datos del censo nacional 2010, que asigna el promedio de tres ocupantes por vivienda, podemos calcular que la población atendida es de 834.486 personas. Luego tomamos los 7.200 millones de l de agua producidos por año, los dividimos por 12 meses y por 30 días del mes y tendremos 20 millones de l de agua diarios. Finalmente, dividimos esta cantidad por el total de personas atendidas y tendremos que la SAT provee, en promedio, diariamente, 24 l de agua por persona. Si comparamos esta insignificante cantidad con las disposiciones de la Ley 6.529, que dispone que el concesionario debe proveer 400 l/día/pers, comprenderemos por qué falta agua en muchas viviendas. Esto, sin tener en cuenta en el cálculo la cantidad de agua que se pierde en las calles. Ha llegado el momento en que los tucumanos digamos basta a esta situación y exijamos un cambio. Próximamente, usuarios y legisladores convocaremos a una Audiencia Cívica Ciudadana, para exponer cuáles son los incumplimientos legales, los peligros a la salud y las trampas tarifarias que se están produciendo con la SAT y el Ersept por negligencia del Poder Ejecutivo, representante de la provincia, propietaria del 99% de las acciones de la empresa.

Raúl S. J. Giménez Lascano


- Oficios

En un muy acertado artículo en LA GACETA, la periodista Lucía Lozano revaloriza la importancia de los oficios calificantes para el mejor desarrollo de la persona, tanto en el aspecto de su realización como tal, como del necesario, desde que el mundo es mundo, afianzamiento económico. Nada que ver con el apodo de oficios blandos, con los que peyorativamente se los suele calificar. Los casos a que se refiere el artículo involucran a egresados universitarios, es decir personas que han tenido la oportunidad de transitar esos claustros, que son la minoría de la población. En el caso de los jóvenes de familias pobres o indigentes, ese camino se estrecha y la única chance de calificarse profesionalmente puede darse en el ciclo secundario. El problema que afrontamos es el caudaloso abandono escolar, que sigue incólume a través de los años sin solución a la vista, al menos en el lugar en que vivo: 60% de los alumnos que ingresan al primer año del principal colegio de gerenciamiento estatal abandonan, generalmente, del cuarto o quinto año en adelante, acuciados por la incertidumbre laboral o para emplearse en oficios de nula calificación, sin las formalidades de ley. Una forma de resolverlo es censar a los jóvenes que, por cualquier causa, no aspiran a la Universidad y enseñarles oficios en los últimos tres años del secundario. Otra manera es acortar el ciclo secundario en dos años y coordinar con la Universidad el dictado de la primera parte de tecnicaturas o carreras de pregrado, de modo que a los 18 o 20 años, el joven afronte el mundo laboral con ventajas. Obviamente sin menoscabo de la enseñanza de cultura general, valores humanistas y deberes y derechos ciudadanos, esencia infaltable en el cultivo de la persona. Es lo que hacen los países serios, los que muestran los mejores índices de desarrollo. Urgen soluciones ya, prácticas, sin pruritos ideológicos, para resolver problemas que no pueden ser motivo de divagaciones teóricas, sino de cortes tajantes, al modo de Alejandro con su “nudo gordiano”. De lo contrario, seguiremos hundiéndonos en el fango que nosotros mismos provocamos. ¿Cuál fango? Una pobreza del 35%, que está a punto de volverse estructural.

José Risso


Las cartas para esta sección deben tener un máximo de 200 palabras, en caso contrario serán sintetizadas. Deberán ser entregadas en Mendoza 654 o en cualquiera de nuestras corresponsalías haciendo constar nombre y domicilio del remitente. El portador deberá concurrir con su documento de identidad. También podrán ser enviadas por e-mail a: [email protected],  consignando domicilio real y N° de teléfono y de documento de identidad. LA GACETA se reserva el derecho de publicación.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios