Néstor Pirez y una particular combinación de aptitudes

Néstor Pirez y una particular combinación de aptitudes

Un pateador en el pack “pirata”.

ASPIRACIONES. “Me encantaría tener la oportunidad de jugar en Primera. Prefiero perder por 100 puntos los fines de semana, pero aprender de los errores y mejorar día a día”, asegura “El Colo” Pírez. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ ASPIRACIONES. “Me encantaría tener la oportunidad de jugar en Primera. Prefiero perder por 100 puntos los fines de semana, pero aprender de los errores y mejorar día a día”, asegura “El Colo” Pírez. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ
22 Octubre 2018

El pateador es una pieza más que importante dentro de un equipo. Aunque en el rugby la noción de esfuerzo colectivo reviste una fuerza mayor que en otros deportes, hay momentos en los que todo depende de un solo jugador: es el duelo personal entre el pateador y la H. Muchos finales felices -y también tristes- se escriben con el pie, y por eso quienes cargan con esa responsabilidad conviven con la dualidad de ser a veces héroe y a veces villano.

En razón de la distribución habitual de funciones, en el 99% de los casos esa carga extra recae en un tres cuartos, sobre todo en el apertura o el fullback. ¿Existen forwards que pateen? Sí, pero son tan frecuentes como la lluvia en Amaicha. En la memoria del rugby tucumano sobresale un nombre ilustre que combinaba ambas cualidades: el recordado Héctor “Gallo” Cabrera, ex tercera línea de Lawn Tennis y de los “Naranjas”.

En la actualidad también es posible encontrar una de estas rara avis en el plantel superior de Corsarios: Néstor Pírez, a veces tercera línea, a veces primera, pero con la diestra siempre lista para cuando se la requiera.

Surgido en Los Tarcos, su faceta de ejecutor le llegó ya de grande en el club de Los Pocitos. “No había pateador y ninguno quería hacerlo. Entonces comencé a practicar no porque quisiera ser protagonista, sino como una forma de contagiar a los demás, de que pensaran cómo este gordo va a estar pateando y no yo. Pero como ninguno se calentaba mucho y a mí me salía dentro de todo bien...”, relata “El Colo”, como lo conocen todos en el club.

La llegada del apertura Federico Heredia, efectivo pateador con pasado en Lince y experiencia en el rugby portugués, relevó a Pírez de la responsabilidad de sumar puntos a distancia, aunque asegura estar listo para cuando el deber llame. “Fede tiene un cañón en la gamba. Pero obviamente, si no está él o se golpea, pateo yo”, se postula “El Colorado” con la plena confianza de quien sabe que puede fallar, pero no tiene miedo.

Revelación

El conjunto de Los Pocitos está atravesando el que quizás sea su mejor momento de los últimos años. Cumplió su primer objetivo, que era clasificarse a la Zona Promoción del Regional, y luego se confirmó como revelación al cumplir el segundo: clasificarse a los playoffs, donde en la llave de cuartos de final visitará a Jockey Club.

Asegura Néstor que el azar tuvo muy poco que ver en este gran momento. “A la experiencia de nuestro entrenador Ricardo Heredia se sumó este año la de Maximiliano Gómez Fernández, que vino de Natación con nuevas ideas y nos ayudó a lograr un cambio de cabeza. Así como pasó en su club que con la llegada de José Macome terminó por dar un salto de calidad. A veces hace falta que venga alguien de afuera para que el mensaje termine de llegar a los jugadores. Hemos mejorado en el juego y en la defensa, y bajado en gran medida el número de penales que cometíamos”, detalla Pírez las claves de un Corsarios mucho más competitivo que antes.

Con el cuerpo marcado por las cicatrices y los moretones, asegura que no le temblarían las piernas si llegado el caso le tocara definir una clasificación o un ascenso con una patada: “ya me ha tocado estar en esa situación y que perdiéramos porque fallé. Pero si tuviera que hacerlo otra vez, no lo dudaría ni un segundo. Voy con los ojos cerrados. Tener esa posibilidad sería como una revancha para mí”.

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