La puesta en órbita de un nuevo satélite argentino

La puesta en órbita de un nuevo satélite argentino

Siempre es importante y positivo cuando se da un paso adelante en el campo científico, sobre todo cuando este logro es producto de una nación que dista de ser una potencia. El reciente lanzamiento del Satélite Argentino de Observación con Microondas “Saocom 1A”, el más complejo construido hasta el momento en el país, es digno de elogio, no solo por los beneficios que brindará, sino también por el esfuerzo de los científicos que estuvieron trabajando en este proyecto.

El Saocom, de tres toneladas de peso, fue fabricado íntegramente en la Argentina y tendrá por misión identificar zonas en riesgo de inundación, emitir alertas tempranas, así como detectar suelos muy secos con riesgo de incendios y generar mapas de humedad del suelo con frecuencia diaria. También producirá mapas de riesgo de enfermedades de cultivos, evaluará escenarios para la toma de decisiones de siembra y fertilización, indagará en la cantidad de agua disponible en nieve húmeda para riego y obtendrá mapas de desplazamiento de glaciares, del terreno y mapas de pendientes y alturas, entre otras aplicaciones.

Se trata de un proyecto que fue desarrollado conjuntamente con la Agencia Espacial Italiana, que integra de manera operacional el Sistema Ítalo-Argentino de Satélites para Gestión de Emergencias. Se estima un tiempo de vida útil es de cinco años y diariamente pasará dos veces por la Argentina para sus monitoreos.

El jefe del proyecto es un ingeniero electrónico, que egresó de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad Nacional de Tucumán. Nicolás Renolfi es oriundo de Santiago del Estero y actualmente vive en Bariloche, donde trabaja en la empresa estatal Investigaciones Aplicadas (Invap).

El profesional de 42 años destacó la labor de equipo. “En esto trabajamos más de 150 personas, todos juntos. Cada vez que surgía un problema había un profesionalismo enorme, un esfuerzo de varios años trabajando en fines de semana, en doble turno y la verdad que, ahora, viene todo bien, lo cual para estas cosas es poco usual que todo salga bien, y es el fruto de tantos ensayos, de haberle puesto el hombro para que todo salga perfecto”, dijo en una entrevista con LA GACETA.

En octubre de 2014, la Argentina puso en órbita el ArSat-1, su primer satélite, que le permitió ingresar en el grupo de los ocho países del mundo, que poseen los conocimientos y la tecnología necesarios para poner en funcionamiento a 36.000 kilómetros de la Tierra un artefacto que brindara servicios de telefonía, transmisión de datos y televisión.

Este nuevo logro refleja una vez más de la importancia de apoyar sin retaceos el desarrollo científico. Justamente el hecho de poner en órbita un nuevo satélite y de vender tecnología, como ha venido haciendo, por ejemplo, con los reactores. Pero también habla de la excelencia de nuestros investigadores que han surgido de nuestras universidades y de la importancia de que aumentar el presupuesto para educación y apostar siempre a la alta calidad. Ello ha permitido que muchos de nuestros profesionales sean codiciados en el exterior en las distintas disciplinas, en especial, en las científicas.

Un estadista español dijo en la década de 1990 que la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología en el siglo XXI concentrarían un poder más importante que el económico.

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