Los Pumas y un descontrol de 40 minutos

Los Pumas y un descontrol de 40 minutos

Los Pumas tenían a Australia contra las cuerdas, pero un segundo tiempo fantasmal les costó la derrota 45-34.

LE COPARON LA MANZANA. Los Pumas ganaban bien, pero Australia tomó el control de la situación y dio vuelta la historia. PRENSA UAR LE COPARON LA MANZANA. Los Pumas ganaban bien, pero Australia tomó el control de la situación y dio vuelta la historia. PRENSA UAR

En un contexto normal, las líneas posteriores al final de un Rugby Championship deberían acercarse más a un balance general que a una crónica específica, pero resulta imposible minimizar lo que pasó ayer en Salta. Lo que pudo ser una despedida a toda orquesta terminó siendo un cachetazo difícil de asimilar. Porque se puede perder con Australia, está claro, pero cuesta entender la manera en que sucedió. Casi tanto como costaba entender que en apenas cuatro minutos Los Pumas ya ganaban 14-0 con dos tries y al final del primer tiempo el 31-7 parcial reflejaba un dominio casi absoluto sobre los Wallabies. Era insólito: Australia, que venía con sed de revancha, estaba contra las cuerdas, a una mano bien puesta del nocaut.

Pero esa mano nunca llegó. Por el contrario, el segundo tiempo mostró una realidad espejada a la del primero. Ya sin Nicolás Sánchez en cancha por una lesión, el equipo argentino fue poco más que un holograma incapaz de contener el aluvión australiano, que entró por todos lados. Tan fantasmal fue lo de Los Pumas en esa segunda mitad que en apenas 25 minutos, los resucitados Wallabies habían marcado 35 puntos (al final fueron 38), revertido un escenario catastrófico y condenando a los de Mario Ledesma al cuarto puesto que apuntaban a evitar.

De todas maneras, sería injusto redondear para abajo el balance de Los Pumas en el torneo por esa última imagen. Lo suyo no fue ni tan malo como en esos 40 minutos finales de descontrol, ni tan bueno como en los impecables primeros 40. Hay que encontrar un punto medio. Y en eso no deja de mostrar un crecimiento con respecto a años anteriores. Se jugaron buenos partidos y se ganaron dos por primera vez, uno de visitante.

Por supuesto, se trata de un proceso lento y que requiere de mucha paciencia, casi como sentarse a ver crecer el pasto, pero es así cómo se llega a alcanzar el verdadero éxito, que es el éxito sostenido, no casual. Como se dice, quien sabe comer sabe esperar.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios