“No les tengo miedo a los transas, pero sí a la Policía”

“No les tengo miedo a los transas, pero sí a la Policía”

Un miembro de una organización vecinal denuncia acoso policial. “Necesito hacerlo público como protección a mi familia”, dijo Carlos Manai. Asegura que por las marchas y denuncias que hizo, es víctima de una persecución.

PREOCUPADO. Manai comentó que desde hace cuatro años que es víctima de constantes intimidaciones. PREOCUPADO. Manai comentó que desde hace cuatro años que es víctima de constantes intimidaciones.

“Lo único que quiero es salir de esto. Estoy cansado y en un estado de preocupación permanente. Necesito hacerlo público como modo de protección hacia mi familia. Hasta que no salga publicada la nota no voy a prender el celular y me voy a quedar en casa con mi familia. Desde hace tiempo que vivimos como fugitivos. No les tengo miedo a los transas, pero sí a la Policía. Son cosas muy delicadas”, cuenta Carlos Manai apenas comienza la entrevista con LA GACETA.

El encuentro fue pactado el día anterior. Manai, un ingeniero agrónomo de 58 años, asegura que es perseguido por la Policía desde que comenzó a denunciar la venta de droga en Tafí Viejo. Asegura que a partir de las marchas y denuncias que hizo, comenzó a vivir situaciones de hostigamiento por las que responsabiliza a la Policía.

-¿Cuándo comenzó su lucha contra los vendedores de drogas?

- Desde hace 20 años que integro el grupo vecinal “Fuerzas Vivas” en Tafí Viejo. Hace 10 años aproximadamente que encaramos el problema de las drogas en la zona. Con ese movimiento vecinal participé de diferentes reclamos públicos. Incluso marchas contra las drogas. Hicimos una marcha muy grande junto a “Las madres del pañuelo negro” y presentamos un petitorio. Después decidí seguir avanzando en ese tema, pero por mi cuenta. Por eso siempre pelee mucho con la Policía.

-¿Qué cosas fue descubriendo en ese camino?

- Hace cuatro años que las cosas empeoraron. Un día estaba en un bar y vi repetirse varias veces una escena de compra y venta de droga en la vereda de enfrente. Todo a plena luz del día y en el centro de Tafí Viejo. A pocos metros había un patrullero. Me les acerqué y les pregunté si ellos habían visto la secuencia. Me respondieron que no se habían dado cuenta de nada. Eso me llamó la atención y decidí avanzar. Escribí cartas al director que fueron publicadas y también realicé denuncias ante los tribunales locales y los federales.

-¿Qué consecuencias le trajo esa exposición?

- Antes nunca había recibido amenazas, pero nuestras vidas de pronto se convirtieron en un infierno. Comencé a notar cosas extrañas. Por ejemplo, de repente un auto empezó a estacionarse siempre frente a nuestra casa. El conductor se bajaba y se quedaba horas mirando hacia adentro. O sino, una moto de la Policía pasaba a toda velocidad por la vereda de mi vivienda. Pero sobre todo comenzaron los llamados a la madrugada. Cuando atendía alguien se quedaba callado y respirando un rato y después colgaba.

-¿A quién responsabiliza por esos actos?

- Hay un hostigamiento permanente de la Policía hacia mí y mi familia. Actúan así para que me dé cuenta que son ellos, porque saben que no puedo denunciarlos. Pero aunque no pueda asegurarlo, claramente son muchas las cosas que me pasaron. También me rompieron los faros de la camioneta, me cortaron los neumáticos de la camioneta, e incluso un auto se nos cruzó e intentó obligarnos a detenernos cuando volvíamos a casa. Ese fue un momento terrible, mi esposa y mis hijos gritaban de miedo dentro del auto.

- ¿Cómo vive usted y su familia actualmente?

- Me siento un fugitivo. Tengo miedo de que me maten. Creo que en la calle me agreden para detenerme. Hicieron mil cosas en la calle para detenerme. Estoy preocupado porque pienso que ellos pueden creer que yo tengo información que puede comprometer a la Policía. Hace un mes recibí una visita inesperada. Una persona se presentó en mi casa y me dijo que me había metido con gente que era muy pesada y que cuidara a mi familia.

- ¿Esa persecución que menciona tiene que ver con las marchas y las denuncias?

- Presenté denuncias en la justicia penal y en la federal, señalando puestos de venta de drogas. No fueron contra nadie específicamente. Creo que en cuatro años fueron unas 10 denuncias. Hace dos meses realizamos una marcha en la que llegamos hasta la comisaría. Hablé con el megáfono. Los policías salieron y nos empezaron a sacar fotos.

-¿Usted relaciona la venta de drogas en Tafí Viejo con algunos policías?

- El principal problema de la droga son algunos policías acostumbrados a delinquir. Hay mucho poder en el medio y no sé hasta dónde pueden llegar las cosas. En Tafí Viejo es terrible el problema del consumo de drogas. Los narcos tiran bombas de estruendo cuando llega la droga para que los soldaditos vayan. Las comisarías, en general, funcionan como unidades de negocio. Lo que yo descubrí es que en la Policía todo tiene un precio. Tengo miedo de que me armen una causa. El hostigamiento y la provocación son constantes.

Digedrop en Los Pocitos

La unidad especial antidrogas de la Policía intervendrá en los casos de la zona norte.

El jefe de la comisaría de Tafí Viejo Centro, comisario Gustavo Beltrán, señaló que los equipos de calle “realizan recorridos constantes por toda la jurisdicción”. Agregó que esas tareas se efectúan de manera conjunta entre la Motorizada de Tafí Viejo y los vigías del Municipio. “En relación al tema de venta de drogas, ahora se puso una delegación de la DIGEDROP en Los Pocitos, que se encargará de cubrir Tafí Viejo”, indicó el jefe policial. La unidad especial antidroga de la Policía se encargará de analizar la información reservada que reciban y será la que deberá solicitar medidas a la Justicia Federal.

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