Los tucumanos vivieron una jornada patriótica y mariana

Los tucumanos vivieron una jornada patriótica y mariana

En la plaza Independencia, convertida en un templo a cielo abierto, el cardenal Villalba presidió una ceremonia especial, la del palio arzobispal que sólo se hacía en el Vaticano.

MULTITUDINARIA PROCESIÓN. Los fieles llenaron varias cuadras detrás de la imagen de Nuestra Señora de la Merced. Avanzaron entre cánticos y plegarias a la Virgen. Todo se desarrolló de manera muy ordenada y tranquila. FOTOS DE OSVALDO RIPOLL MULTITUDINARIA PROCESIÓN. Los fieles llenaron varias cuadras detrás de la imagen de Nuestra Señora de la Merced. Avanzaron entre cánticos y plegarias a la Virgen. Todo se desarrolló de manera muy ordenada y tranquila. FOTOS DE OSVALDO RIPOLL
25 Septiembre 2018

En la plaza Independencia, convertida en un templo a cielo abierto, el cardenal Villalba presidió una ceremonia especial, la del palio arzobispal que sólo se hacía en el Vaticano

Con gran solemnidad y también con mucha alegría, la plaza Independencia se convirtió en un templo a cielo abierto. Enmarcada en la fiesta patronal de Nuestra Señora de la Merced, con la tarde cayendo sobre la Catedral, a cuyo frente se levantaba el altar, la ceremonia de ayer fue una de las más emotivas del año: la imposición del palio arzobispal a monseñor Carlos Alberto Sánchez, séptimo arzobispo de Tucumán desde el 13 de octubre del año pasado. Fue la más emotiva porque, por primera vez, esta celebración se hace en Tucumán. Hasta la llegada del papa Francisco tenía lugar en el Vaticano.

Además, fue muy especial por un hecho fortuito. El nuevo nuncio apostólico, monseñor León Kalenga Badikebele, había anunciado que por razones insalvables no podía venir a Tucumán. En su lugar, el Papa designó al cardenal Luis Héctor Villalba. Así que ayer, el ex arzobispo de Tucumán, porteño de nacimiento pero tucumano por opción, fue quien impuso el palio a su “hijo espiritual”, monseñor Sánchez, el mismo que lo acompañó durante su gobierno pastoral.

De distintas provincias vinieron a acompañar a “monseñor Carlitos” monseñor Vicente Bokalic, obispo de Santiago del Estero; monseñor Luis Antonio Scozzina OFM, obispo de Orán y monseñor José María Rossi de la diócesis de Concepción. Aunque muchos esperaban saludar a monseñor José Melitón Chávez, el obispo de Añatuya no pudo asistir porque todavía debe guardar reposo por su enfermedad. Tampoco pudieron estar en Tucumán, pero enviaron saludos los obispos Luis Urbanc, de Catamarca, César Daniel Fernández de Jujuy, y el titular y el coadjutor de Humahuaca, monseñores Pedro María Olmedo y Florencio Félix Paredes Cruz. Se excusaron por la celebración de los 25 años de obispo de monseñor Olmedo.

¿Cuál es la importancia?

Los tucumanos vivieron una jornada patriótica y mariana

El palio es parte de la vestimenta del Papa y de los obispos metropolitanos. Tiene la forma de un collarín hecho con una lana de oveja muy especial, que se coloca sobre los hombros; una de las bandas cae sobre el pecho y otra sobre la espalda.

El propio cardenal Villalba se encargó de explicar el significado del palio. Dijo que imponer el palio sobre los hombros del arzobispo es equivalente a cargar las ovejas (el pueblo de Dios, los fieles) sobre los hombros del nuevo prelado. “Al arzobispo le toca hacer las veces de Jesús Buen Pastor”, afirmó. La lana con la que está tejido el palio perteneció a ovejas que fueron bendecidas por el Santo Padre el día de Santa Inés. La lana fue extraída y tejida por un grupo de religiosas. Luego esa prenda fue depositada durante todo un año dentro de la tumba de Pedro, en Roma. El día de San Pedro y San Pablo, el palio fue sacado de ese lugar para ser nuevamente bendecido y entregado a los nuevos arzobispos.

Cambios

Tradicionalmente, era el Papa el que imponía el palio a los obispos, en la plaza de San Pedro, en Roma. Así ocurrió con monseñor Alfredo Zecca (antecesor del actual arzobispo), en 2012. Benedicto XVI presidió la ceremonia junto a todos los obispos latinoamericanos. El papa Francisco cambió esa costumbre y ordenó que sea celebrada en la propia iglesia diocesana para visualizar el pastoreo de los obispos.

De alguna manera representa lo que Jesús hizo con Pedro cuando le dijo: “¿Me amas? Apacienta mis ovejas”. Esa es la misión que Jesús le encomendó a Pedro por eso el palio descansa durante todo un año en su tumba. Es la misma misión que el Papa o quien él designe encomienda a los obispos. “Es un signo de comunión” entre Jesús y su Iglesia, a través de Pedro, el Papa y los obispos.

Un día patrio y mariano

Los tucumanos vivieron una jornada patriótica y mariana

Ayer fue un día plenamente mariano y patrio para los tucumanos. Bajo el lema “Con María, caminemos juntos por la vida”, los actos comenzaron el primer minuto del día, con un homenaje de los gauchos a la Virgen Generala, frente a la basílica de La Merced. Siguió con misas a cada hora, con la presencia de misachicos y, por la tarde, se hizo el acto cívico militar en la plaza Belgrano por los 206 años de la Batalla de Tucumán (ver apostillas). Terminado el acto se inició la procesión por 24 de Septiembre, con la histórica imagen, seguida de una multitud, hasta la plaza Independencia.

Durante la misa monseñor Sánchez recordó los 800 años de la aparición de la Virgen María a Pedro Nolasco y la misión que le encomienda de rescatar a los cautivos y “devolverles la libertad, la dignidad y la fe”.

La Homilía

10 frases para reflexionar

• “Con María caminemos juntos como familia que busca acrecentar los vínculos y se compromete con el otro, según el proyecto de Dios”.

• “Como sociedad, renovando constantemente los valores fundacionales de nuestro querido Tucumán y animando desde aquí a nuestra querida Argentina a vivir de una manera distinta y en paz”.

• “Como Patria, que tiene una Misión de construir una Nación en justicia y solidaridad”.

• “Caminemos por la vida porque vale toda vida, en todas las etapas y circunstancias de la vida humana”.

• “Por la dignidad de la vida de cada ser humano, de cada argentino y tucumano y hasta del hermano peregrino y refugiado…”

• “Por la vida que se gesta en el seno materno y la que nace y crece en nuestros hogares, la de nuestros ancianos y enfermos, de nuestros niños adolescentes y jóvenes.

• “Que en nuestros hogares nos detengamos a dialogar, a valorarnos. Que los padres se hagan responsables de la educación en valores humanos, trascendentes y cristianos de sus hijos; no permitiendo resignar la patria potestad, sino, que con la ayuda de los docentes puedan respetar siempre la dignidad de los niños, adolescentes y jóvenes, en un marco de libertad y racionalidad”.

• “Que en nuestros barrios y comunidades nos conozcamos y descubramos el dolor del otro para ofrecerle consuelo, esperanza y ayuda solidaria”.

• “Que todos y cada uno desde su lugar y responsabilidad en la sociedad (autoridades, maestros, profesionales, empleados y obreros, obispos, curas y consagrados, laicos y todos los hombres) nos juguemos la vida, por la libertad. Una libertad que nos dignifica, una libertad responsable. Nos comprometamos por el bien común, construyendo una fraternidad cada día más necesaria en Tucumán y en Argentina”.

• “Que la Virgen de La Merced nos alcance del Señor esta victoria en la batalla contra la ambición destructiva, el egoísmo infecundo, la indiferencia despiadada y gritemos gozosos que somos hermanos y que queremos serlo cada día más y mejor”.


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