“En la bici me siento superpoderoso”

“En la bici me siento superpoderoso”

Para el abogado Marco Avellaneda no hay otra opción para ir de un lado a otro con rapidez.

25 DE MAYO AL 400. La bicicleta despeja la calle y también la mente, dice Marco Avellaneda. 25 DE MAYO AL 400. "La bicicleta despeja la calle y también la mente", dice Marco Avellaneda. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ

- ¿Hola, Marco? Te llamamos de LA GACETA. Te sacamos una foto la semana pasada. Vos, de traje, impecable, en bici andando en pleno centro, seguramente trabajando.

- (Carcajada). Sí, me dijeron mis amigos. Me gastaron también. Yo no tengo Instagram así que me la mandaron.

- Queremos hablar con vos sobre el tema de manejarse en bici para ir a trabajar sin llegar desaliñado... es uno de los principales impedimentos en Tucumán. El calor, la bici, llegás todo transpirado...

- Pero caminando, en un taxi Fiat Uno destartalado sin aire o en un bondi transpirás igual... Yo quisiera que en Tucumán dejase de ser noticia esto de manejarse en bici para ir a trabajar y que nos demos cuenta de que es la mejor alternativa posible...

Julio Rougés y Marcelo Avellaneda en la zona de Tribunales Julio Rougés y Marcelo Avellaneda en la zona de Tribunales LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ

Así inicia la charla con Marco Avellaneda (vaya nombre de bronce y mármol en nuestra provincia), un abogado treintañero que todos los días se calza la corbata, se sube a su bici plegable y va camino a los Tribunales. Para él no es algo extraño, aunque admite que en la calle suele llamar la atención. Y no es que le molesten las miradas, pero quisiera que fuese algo más natural. “Si pensás dos minutos te das cuenta de que es lo más lógico, casi que no es una elección. Yo soy abogado y las oficinas de la Justicia están dispersas por toda la ciudad; me demoraría muchísimo en otro medio de transporte. Ese es mi caso particular, pero lo general es que estamos en una ciudad colapsada. Andar en bici es descomprimir la calle y descomprimir la mente también, porque adentro de un auto, haciendo una cuadra cada 10 minutos te estalla la cabeza”.

Los ansiosos podrán entender claramente de qué habla Marco.

Ciudad hostil

Tucumán no está preparada para andar en bicicleta, y mucho menos para llegar con la ropa decente al trabajo. Tucumán es hostil con los que andan en bicicleta. No tanto por el clima como por el tránsito, según los testimonios de Marco y de los muchos (o pocos, pero cada vez más) que se lanzan a rodar a pedal el cemento. Los ómnibus son siempre reportados como los enemigos más duros de los bikers, pero los vehículos particulares también hacen lo suyo.

Los abogados Julio Rougés y Marco Avellaneda, en el pasaje Velez Sarsfield, en la zona de tribunales. Los abogados Julio Rougés y Marco Avellaneda, en el pasaje Velez Sarsfield, en la zona de tribunales. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ

Además, hay calles rotas, cloacas explotadas, barro y líquidos apestosos que pueden terminar en la camisa de alguien que va camino a la oficina. Y está la maldita cadena que siempre puede enredarse en la botamanga, pero eso ya no depende de la ciudad.

“Lo primero que hay que hacer para circular en Tucumán es tener una bici urbana, preparada para eso, en lo posible plegable. He andado mucho en una mountain bike y es un problema. La bici tiene que tener un guardabarros, un cubrecadena, un portaequipajes. Tiene que ser lo más chica posible, porque no la vas a poder dejar en cualquier lado. Para mí la bici plegable es lo mejor. Es chica, liviana, la puedo subir en el colectivo, puedo entrar a Tribunales con ella sin pelearme con ningún guardia...”

Entonces... a ciudad hostil, bici inteligente. Esa sería la regla de oro para adoptar ese medio de transporte y no padecer en el intento. Pero Marco también es consciente de otra cosa: “yo anduve en bici toda mi vida, como deporte. Estoy habituado a la bici, por eso me resulta algo natural. Pero entiendo que para una persona que no esté acostumbrada pueda ser más complicado animarse. Hay que probarlo, porque es un negocio redondo”.

Superpoderoso

“ESTACIONADA”. Así de pequeña se vuelve la bici en la oficina de Marco. “ESTACIONADA”. Así de pequeña se vuelve la bici en la oficina de Marco.

Marco dice que en la bici se siente todopoderoso. No hay embotellamiento ni manifestación, ni calle cortada que lo detenga en su camino a Tribunales, al estudio, a una audiencia. Y lo demás es bien conocido: la bici tiene un gasto casi igual a cero (desde combustible hasta estacionamiento), mejora la salud porque es un ejercicio obligado, cuida el medioambiente. “Si ves todo eso, no puede ser una elección andar en bici... debería ser la regla para todos, tenemos que evolucionar hacia ahí porque es el paso más lógico que se puede dar...”, enfatiza Marco, con la esperanza de que la ciudad comience, lo más próximo posible, a contar con la infraestructura para que andar en bici sea una aventura amable, y que sirva, efectivamente, para descomprimir la calle y la mente.

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