La Casa Histórica volvía a su cara de 1816

La Casa Histórica volvía a su cara de 1816

RECONSTRUCCIÓN. La casa de la libertad comenzó a ser recuperada un par de años antes de su reinaguración en septiembre de 1943. foto gentileza http://mitucuman.blogspot.com RECONSTRUCCIÓN. La casa de la libertad comenzó a ser recuperada un par de años antes de su reinaguración en septiembre de 1943. foto gentileza http://mitucuman.blogspot.com
25 Septiembre 2018

“Al inaugurarse en esta benemérita ciudad de San Miguel de Tucumán, la Casa Histórica reconstruida, el pueblo argentino vive una de sus más hondas emociones patrióticas. En medio del turbulento drama del mundo, vuelve sus ojos y sus esperanzas a los sagrados símbolos donde albeó la nacionalidad, donde adquirió soberanía y carácter de pueblo y recibió el bautismo de la libertad”. De esta manera nuestro diario anunciaba, el 24 de septiembre de 1943, la reinauguración de la Casa de la Independencia con las reformas que se iniciaron en 1942 y que le devolvió el tradicional frente de 1816.

En aquella edición, en un suelto bajo el título “La restauración definitiva”, se señalaba que todos estaban de acuerdo con la nueva fisonomía que presentaba la casa más importante de nuestro país. Las expresiones contra las reformas y el estado por el que había pasado el monumento eran duras: “Los argentinos no se hallaron a gusto con el resguardo de la Sala. La Casa Histórica que ansiábamos ver era aquella que habíamos conocidos en láminas, la de las famosas columnas salomónicas. Era la que se había fijado en nuestra mente y la que sentía nuestro corazón”. Y agregaba: “no era explicable que, siendo uno de los monumentos más gloriosos de la Nación, permaneciera en esa forma antiestética” y “corriera la misma suerte que las anteriores construcciones, siendo demolida. Pero demolida para que se reconstruyera íntegra la casa, con su frente y sus habitaciones laterales, formando cuadro. Ese ha sido el anhelo de todos los argentinos”.

Para la reconstrucción se nombró una comisión que fue presidida por el historiador Ricardo Levene, que siempre propició esta empresa restauradora. Fueron parte de la comisión el director general de Arquitectura, ingeniero Alejandro Figueroa; por parte de la Academia de Bellas Artes, el arquitecto Martín Noel y el arquitecto Mario Buschiazzo, adscripto a la Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos.

Gracias a Paganelli

MOBILIARIO. En las reproducciones se pueden ver los muebles y elementos históricos donados por familias tucumanas para darle mayor brillo a la casa. MOBILIARIO. En las reproducciones se pueden ver los muebles y elementos históricos donados por familias tucumanas para darle mayor brillo a la casa.

El fotógrafo Ángel Paganelli resolvió, sin imaginar ni remotamente la importancia que su toma tendría con el tiempo, registrar el ya derruido frente del caserón. “Aunque no había plano de fachada, Buschiazzo podía acudir a aquella fotografía que había tomado Paganelli siete décadas atrás. Narra que ‘se llegó incluso a localizar los negativos, pero la casa fotográfica que los tenía, con poco espíritu patriótico, pidió una suma exorbitante por ellos’. Pero como las imágenes estaban reproducidas en varias publicaciones, no hubo inconveniente en obtener nítidas copias”, destaca Carlos Páez de la Torre (h) en su artículo “Feliz ocurrencia de un fotógrafo”.

Volviendo a 1943 se decía: “se ha respetado el salón donde se juró la Independencia, colocándosele techos, de modo que el conjunto de la edificación es exactamente el mismo que existía en 1816”. La restauración definitiva le costó al Estado 137.000 pesos.

El presidente

El presidente de facto Pedro Pablo Ramírez expresó en su discurso: “aquí mismo, en este caserón venerable, declaróse la Independencia, que constituye, por segura hermandad con los países de América, gloria común y ejemplo de generación. Para émulo del presente y del futuro cabe no olvidar que, en una casa tan humilde como esta, se realizó el acto que tanta trascendencia tendría para el porvenir de los pueblos de América Latina. Y por cierto que bien sentaba ese marco de humildad, para quienes no poseían bienes materiales pero tenían ideales, que carecían de armas, pero corría por sus venas sangre generosa para derramar por sus hermanos del continente”. En sus palabras el mandatario enumeró una serie de acciones realizadas en el país y una de ellas beneficiaba a Tucumán. Según Ramírez, ese mismo 24 de septiembre había firmado el decreto 9.500 que resolvía un problema de muchos años y agregaba: “me refiero a la instalación del servicio de provisión de agua a la ciudad de Tafí Viejo, en cuyas obras se invertirá la suma de 3 millones de pesos”.

El historiador

PATIO INTERIOR. Esta foto, junto con la recordada del frente, de Paganelli, fuer clave para el proceso de reconstrucción del histórico solar. PATIO INTERIOR. Esta foto, junto con la recordada del frente, de Paganelli, fuer clave para el proceso de reconstrucción del histórico solar.

Levene abrió la lista de oradores y dijo: “la batalla trascendental del 24 de septiembre de 1812 que hoy se conmemora y la declaración de la Independencia el 9 de Julio de 1816, son acontecimientos vertebrales del primer ciclo orgánico que se inicia con la Revolución de Mayo, donde nace la corriente histórica, que tras breve momento de crisis recobra aquí el impulso originario”. En cuanto a la reconstrucción que se estaba inaugurando era “para darle la forma arquitectónica verdadera y artística que tenía en 1816, era una aspiración nacional”. El reconocido historiador aprovechó para rememorar las acciones a favor de la casa. Entre ellas, la ley de 1880 impulsada por el diputado tucumano Lídoro Quinteros (aprobada en la misma sesión en que Buenos Aires se convertía en Capital Federal) para que se lleven a cabo los arreglos necesarios para conservar el edificio. En 1891, otro diputado tucumano, Eliseo Cantón, presentó una ley (que no fue aprobada) “estableciendo que el presidente de la República, una vez por lo menos, cada período, debía trasladarse a esta ciudad, a objeto de presidir los actos conmemorativos de la Independencia”. Luego hizo un reconocimiento a Ramón Paz Posse que presentó el proyecto de reconstrucción en 1939 y se convirtió en la ley 12.274. En cuanto a los trabajos informó que se usaron cinco planos realizados cuando el Estado adquirió la casa. Los trabajos se llevaron a cabo “con probidad y alentadora inspiración argentina, por técnicos y obreros argentinos, una severa labor de reconstrucción de carácter estrictamente histórica”.

Tras las palabras de Levene, el ministro de Gobierno de la intervención, Héctor Bernardo, se mostró feliz por la inauguración de la reconstrucción y expresó: “por una feliz coincidencia, este acto une dos acontecimientos gloriosos de nuestra historia, uno militar, lleno de heroísmo; el otro civil, pero fundado en la virtud y gloria de las espadas. Porque al inaugurar las obras de reconstrucción de la Casa Histórica, donde nuestros padres juraron para siempre jamás la Independencia de la patria, el mismo día en que se celebra el éxito de la Batalla de Tucumán, se aclara la perspectiva histórica de aquel acontecimiento que aparece iluminado como este último”.

En su discurso también reconoció la actitud de Manuel Belgrano que “detuvo su marcha en los campos de Tucumán, hasta donde había llegado en su retirada. Y allí, alumbrado tal vez por una luz interior decide hacer una defensa honrosa de la que se logró un resultado feliz”.

La Batalla de Tucumán

La Casa Histórica volvía a su cara de 1816

En aquella oportunidad los tucumanos participaron con fervor de las dos ceremonias.

Aparte de la trascendental reconstrucción que permitió a los argentinos reencontrarse con el tradicional edificio y que nuestro diario defendió desde siempre; también se aprovechó la oportunidad para resaltar el trascendental valor que tuvo el combate en el Campo de las Carreras.

Bajo el título “En Tucumán se salvó a la Patria”, se expresaba: “la Batalla de Tucumán tuvo inmensa influencia en los destinos de los pueblos de América: fue la piedra angular, la base, el sólido cimiento que permitió a los constructores de la independencia de tantas repúblicas hermanas dar término a su obra. Y más, de haber sido derrotado Belgrano, las fuerzas revolucionarias que esperaban la hora de la gloria en las márgenes del Paraná, en vez de ella, habrían oído sonar en sus oídos la lúgubre de la retirada. Sólo Buenos Aires quedaría entonces para resisitr. Y ¿cómo? Los realistas no dejarían de estrechar el cerco y entonces la revolución se habría perdido”. Y agregaba: “Dios no lo quiso así, para felicidad de los argentinos. Y al lograr Belgrano la victoria, hizo posible las páginas más emocionantes de nuestra historia”.

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