La más gloriosa batalla

La más gloriosa batalla

Hace 206 años, en el Campo de las Carreras

La más gloriosa batalla

Hoy se cumplen 206 años de la batalla de Tucumán. Es oportuno reproducir el rotundo juicio de Bartolomé Mitre a su respecto. Escribió que lo que hace más glorioso ese encuentro, “fue no tanto el heroísmo de las tropas y la resolución de su general, cuanto la inmensa influencia que tuvo en los destinos de la revolución americana. En Tucumán se salvó no sólo la revolución argentina, sino que puede decirse que contribuyó, de una manera muy directa y eficaz, al triunfo de la independencia sudamericana”.

Esto porque “si Belgrano, obedeciendo las órdenes del gobierno, se retira, las provincias del norte se pierden para siempre, como se perdió el Alto Perú para la República Argentina. Posesionado el enemigo de Jujuy, Salta y Tucumán, podría haber levantado un ejército mayor que el que podía oponérsele, remontando su caballería con los naturales de aquellas localidades, que tan dispuestos son para la guerra”. Derrotado el ejército patriota, el camino a Santa Fe hubiera quedado libre y los realistas, reforzados por Goyeneche, hubieran podido tener en pie un ejército de 6.000 a 7.000 hombres, “extendiendo sus conquistas hasta Córdoba, en momentos en que la opinión pública de las provincias estaba completamente desmoralizada”.

Si bien Buenos Aires hubiera podido oponer un ejército importante, Goyeneche se habría aliado seguramente con Montevideo, además de lograr una alianza con los portugueses, rompiendo el armisticio. Chile, aislado, hubiera sucumbido. Todo lo que ocurrió después (el triunfo de Salta, el paso de los Andes, Maipú, Chacabuco, la expedición al Perú), “no hubieran tenido lugar, o por lo menos se habrían retardado”. Repetía que, así, “fuerza será convenir que en los campos de Tucumán se salvó no sólo la revolución argentina, sino que se aceleró, si es que no se salvó en ellos, la independencia de la América del Sur”.

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