Cómo actuar cuando los hijos dicen que quieren ser veganos

Cómo actuar cuando los hijos dicen que quieren ser veganos

Cada vez más adolescentes quieren excluir las carnes y sus derivados de su alimentación.Si tienen una fuerte convicción, lo mejor es acompañarlos en su decisión, dicen los expertos. La visión de una psicóloga especialista Aumenta la cantidad de veganos en el mundo.

Luciana sueña con ser veterinaria cuando sea grande. Ahora, que tiene 16, se confiesa amante de los animales. Hace unos días, mientras miraba videos en YouTube, hubo uno que le llamó la atención: mostraba cómo la industria alimentaria generaba un gran sufrimiento a los animales para que las personas puedan ingerir carne, leche y queso. Entonces, una noche durante la cena, les dijo a sus padres: “quiero ser vegana”. Así, sin anestesia. Recuerda que la miraron como si estuviera loca. Ella les explicó por qué. Y buscaron ayuda de un nutricionista.

El primer paso que dio Luciana fue hacer una dieta ovolactovegetariana: no come carne ni derivados, pero sí consume huevos y lácteos. Dentro de un tiempo también va a eliminarlos de su dieta. “Yo no quiero formar parte de esa cadena de violencia”, dice la adolescente con una seguridad que sorprende, mientras aguarda su turno para entrar a la consulta del nutricionista.

A los profesionales ya no les sorprenden los planteos como los de Luciana. Con frecuencia atienden a padres preocupados porque sus hijos, niños y adolescentes, les piden hacer dietas o convertirse en vegetarianos o veganos. Algunos lo hacen por moda, porque se ven influidos por amigos o youtubers. Otros, en cambio, tienen una fuerte convicción de lo que quieren hacer. A ellos hay que escucharlos, apoyarlos y acompañarlos en su decisión, coinciden los expertos consultados.

Bárbara Tarcic recuerda que cuando su hija Gea tenía apenas ocho años, hace una década, le planteó que quería ser vegetariana. “Ella era fan de una actriz que hablaba de proteger del sufrimiento a los animales. Estaba muy convencida de que quería dejar de comer carne. Por ignorancia le dije que no, que ella necesitaba eso en su alimentación. En esa época no se sabía mucho sobre vegetarismo. Años después, y ante su insistencia, acompañamos su decisión. Ella en la actualidad no come carnes ni lácteos”, explica la mamá.

Según Tarcic, lo más importante de ese proceso es que debe ser acompañado por un nutricionista para poder cumplir con una dieta balanceada y nutritiva. “Y toda la familia también cambió. Comemos muchas legumbres, cereales, verduras y frutas. Carne, una vez por semana”, detalla.

Asesoramiento

¿Qué hacer? ¿Es un peligro para su salud que eliminen nutrientes de la dieta?

“La adolescencia es una época de gran demanda energética, pero las necesidades de alimentos nutritivos pueden ser cubiertas sin problemas por una alimentación vegetariana o vegana”, sostiene Eliana María Rodríguez, licenciada en nutrición.

“Lo primero que le aconsejaría a un padre es que no rechace la propuesta del hijo; que intente ver si es por convicción que quiere hacer la dieta o si es por moda. Si realmente está convencido, le recomiendo acompañarlo en el proceso para que lo haga de la mejor forma posible... y la mejor manera es buscando un profesional que lo oriente”, explica.

Hay que tener cuidado con esto: la solución a dejar la carne no es solamente comer todo igual a lo que comíamos antes pero sin carne. Al eliminarla de nuestra alimentación estamos sacando también un montón de nutrientes.

¿Cómo hacer para obtener las proteínas que brinda la carne, pero de otros alimentos? Se debe hacer un plan alimentario integral que contenga más fruta, más verdura, legumbres, frutos secos, alimentos sin conservantes y menos productos procesados. La forma y la cantidad la indicará un especialista.

“Todo esto se debe hacer responsablemente. Las dietas vegetarianas correctamente planificadas son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y en el tratamiento de ciertas enfermedades”, sostiene Rodríguez.

La licenciada Lucía Vallejo Trejo coincide en este punto: “hay evidencia científica de que las dietas vegetarianas pueden ser una alternativa para la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles.

Aparentemente, el beneficio no estaría dado sólo por la eliminación de carne, sino también porque este tipo de dietas tiene un alto consumo de frutas, verduras y cereales integrales”.

Sin embargo, la nutricionista no recomendaría estas dietas en niños, embarazadas ni ancianos. “Son grupos vulnerables. Si tienen carencias de alimentación, repercute en el estado de salud y en menores puede afectar el crecimiento y desarrollo”, resalta.

Rodríguez no opina lo mismo. “Si el niño o adolescente decide ser vegetariano no necesariamente va a tener deficiencias alimentarias, siempre y cuando concurra a un profesional para ver cuáles son los alimentos con los que podrá cubrir la carencia de los nutrientes que aporta la carne”, sostiene.

Según detalla, cualquier alimentación mal planificada puede afectar parámetros generales como la estatura y el peso, y también puede ocasionar enfermedades a futuro.

¿Cuáles son las señales para saber si un hijo, pese a ser vegetariano o vegano, está bien de salud? “Se nota en el pelo brilloso, en las uñas no quebradizas, en su buen rendimiento físico, en su buen ánimo y en la regularidad para ir al baño”, describe Rodríguez. A su consultorio arriban cada vez más vegetarianos y veganos. “Quienes llevan varios años sin comer carne con dietas no planificadas llegan con un muy importante déficit de nutrientes. Y esto es un peligro”, concluye.

> La visión de una psicóloga especialista

"Es válido acompañarlos cuando hay un planteo genuino"

La psicóloga Agustina Soria Gómez es especialista en adolescentes y trabaja en Cidesa, donde concurren muchos chicos para mejorar su alimentación y bajar de peso. Desde su experiencia, cuenta: “la adolescencia es una etapa de riesgo en la que entran en juego muchas cosas. Cuando un hijo plantea la posibilidad de ser vegano o vegetariano el primer consejo que les doy a los padres es que indaguen sobre su círculo de amistades, sus redes sociales y que chequeen de dónde sacan las ideas. Es válido acompañarlos cuando es un planteo genuino, cuando tiene una coherencia en su vida. Generalmente, estas dietas vienen acompañadas de una filosofía de vida”. El veganismo, por ejemplo, consiste en no consumir carne, leche, miel ni huevo, no ponerse prendas de cuero ni de lana y no usar ningún producto testeado en animales. Rechazar todo lo que sea sinónimo de explotación animal es la base de los mandamientos veganos.

Como la adolescencia es una etapa en la que entra en juego mucho el mostrar el cuerpo (sobrevalorado en tiempo de redes sociales), muchas veces querer ser vegetariano está relacionado a la idea de perder peso, dice la experta. “Sin embargo, ese objetivo no está cien por ciento asegurado por no consumir carne. Muchos reemplazan este alimento con un exceso de consumo de harinas y terminan engordando”, resalta.

Trastornos

También hay que estar atento a los trastornos alimenticios (que suelen aparecer a esta edad): a veces restringir productos puede ser la excusa para comer menos.

“Debemos prestarle mucha atención. A los nueve o 10 años ya hay chicos que tienen la idea de ser vegetarianos o veganos. Si realmente tienen ganas y deseos, si es un pedido sincero, los padres deben consultar con un profesional y acompañarlos, desde la consulta hasta a hacer las compras”, puntualiza.

> Influencias en las redes y en el deporte

A nivel mundial el veganismo en la adolescencia y en toda la población crece a pasos agigantados (Según la Unión Vegetariana Internacional, hay más de 600 millones de veganos en el mundo, cifra que se incrementa día a día). El poder de las redes sociales, en estos casos, es muy fuerte. Hay grupos de acompañamiento para veganos, cada vez más influencers en Instagram que muestran su estilo de vida sin carne y también youtubers que cuentan sus experiencias y llaman a seguirlos.

También inciden deportistas famosos que viven con una dieta que excluye por completo los productos animales. Uno de ellos es el volante de Boca Sebastián Pérez, que confesó adoptar este tipo de alimentación.

Jermain Defoe, actual jugador del Bournemouth de la Premier League, no sólo admitió ser vegano, sino que también afirmó que esto le aportó más energía a su actividad profesional. Se sumó a la movida David Carter, jugador de fútbol americano.

¿Es posible que un deportista de alto rendimiento pueda desempeñarse de manera óptima sin incluir proteínas derivadas de la carne en su dieta cotidiana? Es posible, dicen los expertos, siempre que todo sea supervisado por un profesional. Si se asegura una alimentación completa, con legumbres, frutos secos y semillas, combinados de una manera adecuada y con un asesoramiento nutricional, no habría inconveniente. Los alimentos que más proteínas tienen son los cereales, las legumbres, el tofu (queso de soja), frutos secos y semillas.

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