“Alperovich quería que a Paulina Lebbos la buscaran como si fuera su hija”

“Alperovich quería que a Paulina Lebbos la buscaran como si fuera su hija”

El ex ministro Pablo Baillo dijo que a él le informaron que la Policía halló el cuerpo. El ex funcionario dijo que por la presión renunció. Un perito confirmó que no se preservaron las muestras que analizaron.

CON TONO FIRME. El ministro Baillo dijo no recordar algunos detalles clave en varios de los pasajes de la declaración que realizó. la gaceta / foto de hector peralta CON TONO FIRME. El ministro Baillo dijo no recordar algunos detalles clave en varios de los pasajes de la declaración que realizó. la gaceta / foto de hector peralta

“Nunca dudé de que la Policía había encontrado el cadáver. Pero con el correr de los meses descubrí que habían sido los hermanos Goitea”, reconoció Pablo Baillo, quien era ministro de Seguridad Ciudadana cuando se cometió el crimen de Paulina Lebbos durante el juicio de la desaparición y posterior homicidio de la estudiante.

El ex funcionario recordó que el jefe de Policía, Hugo Sánchez, y el secretario de Seguridad, Eduardo Di Lella, le habían informado en dos llamadas telefónicas el hallazgo de un cuerpo, pero que no fue al lugar del operativo. “Sánchez estaba molesto con el fiscal Alejandro Noguera porque no quería actuar en ese momento, y dejaba todo para el día siguiente”, dijo. Sin embargo, el fiscal Carlos Sale le mostró al tribunal un informe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria en el que se comprobaba que nadie se había comunicado con el ex ministro la tarde en el que fue hallado el cuerpo. Baillo dijo que no recordaba bien lo que había sucedido esa tarde.

El testigo relató que, posteriormente, se reunió con el gobernador José Alperovich para conversar sobre lo que le habían transmitido: “que la Policía había encontrado el cuerpo y que el cadáver era de Paulina Lebbos; lamentablemente, estaba muerta. Hasta ese momento, el gobernador quería que se la buscara como si fuera su hija”. También manifestó que mantenía contacto con Alberto Kaleñuk, ex secretario del por ese entonces titular del PE, para informar sobre el caso. El ex funcionario contó que Alberto Lebbos, padre de la víctima, le había dicho por esos días que sospechaba de César Soto, la ex pareja de Paulina.

Luego de que se descubrieran los restos de la joven en Tapia, Baillo renunció a su cargo de titular de la cartera de Seguridad. “Había presión, reclamos y marchas y por eso renunció. Pedían la renuncia de todos”, enfatizó.

“Después el gobernador me designó asesor de gabinete, con el rango de secretario de Estado. Mi función era asesorar al mandatario en política. Nunca más tuve contacto con el área en Seguridad”, manifestó. Remarcó que trabajaba en la Casa de Gobierno y que tenía un espacio en la casa de Alperovich donde trabajaba.

A su vez, Baillo sustentó la designación de Sánchez, que también está siendo enjuiciado, como jefe de la fuerza local. “Podía poner el rostro en televisión y hacer entrevistas; tenía la formación”, dijo. Y añadió que hacía “buena pareja” con Nicolás Barrera (otro de los imputados), el ex subjefe de la Policía.

Pericias

Ayer también declaró el especialista en genética, Cristian de Candia, que fue el designado para realizar las pericias que había solicitado Carlos Albaca, el segundo fiscal que tuvo la causa. “La preservación de las muestras no había sido óptima. La muestra indubitada (que no admite duda) que se tenía del cadáver tenía hongos, es decir, que no estuvo bien conservada. Y los filamentos pilosos (pelos) estaban entre dos vidrios cada uno, cuando no se debe hacer así. En esas condiciones, se produce una fricción y la célula se termina rompiendo”, explicó.

“El ADN tiene varias partes: nuclear y mitocondrial. El ADN nuclear se obtuvo solamente de las uñas de Paulina; mientras que el ADN mitocondrial se obtuvo de las uñas de la joven y de dos pelos”, manifestó el especialista.

“Lo aconsejable es buscar perfiles genéticos lo más rápido posible. En Buenos Aires, los trabajamos hasta los dos años, como máximo. Siete es bastante tiempo”, remarcó de Candia. “Las pruebas pudieron estar degradada por el paso del tiempo o por las condiciones de preservación. Ambos factores inciden”, añadió. El especialista en genética expresó que se identificaron “tres perfiles distintos” de los estudios. “Estamos seguros de que uno de ellos es de Paulina, por las uñas. Lo que es ADN mitocondrial, no se obtuvo algo completo, sino parcial. Y en lo que fue parcial, vimos que las uñas que pertenecían a Paulina eran distintas respecto de los pelos, y los pelos eran diferentes entre sí”.

En el resultado de la primera entidad científica, se identificaron dos perfiles, además de la víctima. Al conocerse el resultado de la segunda institución especializada, se informó que había “discrepancias”, es decir, fallas en el primer estudio, de acuerdo a los informes oficiales de la causa.

Galería 17 fotos Hugo Sánchez, ex jefe de La Policía de Tucumán durante el gobierno de José Alperovich, acusado de encubrimiento agravado en el crimen de Paulina Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
La ex jefa de asesoría letrada de la Policía, Margarita Gómez concluyó con su declaración sobre la promoción con la que fue beneficiado el comisario Enrique García, condenado por haber modificado las actas del hallazgo del cuerpo de Paulina Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Los jueces Carlos Caramuti, Rafael Macoritto y Dante Ibáñez, por unanimidad, solicitaron que se investigue si se ha cometido delito, a partir de dos oficios internos policiales que posibilitaron en 2015 el reintegro del agente Leonardo Quiroga, imputado por el homicidio de Ramón Damián Lezama. “Estamos advirtiendo una situación que puede derivar en un delito de acción pública. Como hizo en otros casos esta Sala, no podemos dejar de mandar a investigar este hecho”, manifestó Caramuti al enterarse de los procedimientos administrativos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Hugo Sánchez, ex jefe de la Policía de Tucumán, acusado de encubrimiento agravado en el crimen de Paulina Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
“El comisario Enrique Antonio García, durante su trayectoria en la Institución, ha demostrado capacidad, carácter, humildad, subordinación y lealtad; personalmente opino que es un elemento humano necesario y recuperable en provecho del servicio, encontrándose dadas las condiciones necesarias para que el comisario Superior, mediante resolución fundada (se) disponga el cese de sus situación de revista pasiva por el proceso (judicial)”. Así finalizó su nota de respaldo el ex subjefe de Policía Nicolás Barrera, en la que pidió también el reintegro al “servicio efectivo” del ex jefe de la seccional de Raco para cumplir “funciones internas, sin ejercer acciones operativas y de policía judicial directas”. Barrera habría presentado el escrito para reforzar el pedido del propio García para el reingreso a la fuerza de seguridad en 2007, tras cumplir la prisión preventiva. . LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Los numerosos expedientes de la causa son consultados constantemente por las partes. . LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Hugo Sánchez y el abogado defensor de Nicolás Barrera, Gustavo Carlino, cruzaron palabras luego de las controversias que se generaron en las declaraciones de los testigos sobre el ascenso del condenado García. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Hugo Sánchez y el abogado defensor de Nicolás Barrera, Gustavo Carlino, cruzaron palabras luego de las controversias que se generaron en las declaraciones de los testigos sobre el ascenso del condenado García. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El policía Néstor Hugo Juárez, que formaba parte de la Junta de Calificación que dió el ascenso a García en 2010. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Los abogados defensores Cergio Morfil, Gustavo Carlino y Gustavo Morales, durante un cuarto intermedio en la audiencia. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Roberto Luis Gómez, único acusado del homicidio de Paulina Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
“Llevamos cuatro meses de detención y permanentemente se nombra la figura de amedrentador. A mi marido se lo está condenando socialmente. Así como el señor Lebbos tiene los Derechos Humanos para su hija (por Paulina), yo también lo tengo para mi esposo” manifestó Claudia Ibáñez López, esposa de Hugo Sánchez. “Mi marido no ha encubierto a nadie”. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Hugo Rodríguez, ex policía de Raco, imputado de ser partícipe necesario del encubrimiento y de la falsificación de Instrumento Público y autor de falso testimonio. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Eduardo Di Lella, ex Secretario de Seguridad de La Provincia durante el gobierno de José Alperovich, acusado de encubrimiento agravado en el crimen de Paulina Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
“Todos los integrantes de la Junta de Clasificaciones eran policías del más alto rango (también lo integraba José Díaz, actual jefe de Policía), comisarios generales, quienes en 2006 habían ocupado puestos importantes también en la estructura policial. Estos coincidieron en que no habían recibido órdenes para investigar el homicidio de Paulina”, enfatizó Alberto Lebbos, padre de la joven. “En segundo lugar, cuando integraron la Junta, conocían los delitos que había cometido García, pero no habían objetados esa postulación. La disposición era ascenderlo, y lo hicieron”, añadió. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El ex integrante de la Junta de Calificaciones, Heriberto Cortés, confesó ayer que le había sorprendido que el ex comisario Enrique García estuviera en la lista de habilitados para el ascenso en la Policía, en 2010. Entonces, había puesto en duda la inclusión, teniendo en cuenta que había sido imputado por falsificación de instrumentos públicos y se le había dictado la prisión preventiva en una causa de 2006. “Ellos sabían de todo el movimiento. (Eduardo) Di Lella y (Mario López) Herrera conocían de todo”, afirmó el comisario retirado. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Héctor Brito, ex jefe de la Unidad Regional Norte, acusado de encubrimiento agravado en el crimen de Paulina Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
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