La vuelta de un veterano, Marilyn Monroe y los delirios de un taxista

La vuelta de un veterano, Marilyn Monroe y los delirios de un taxista

Luego de dos décadas, Hugo Zavala regresa a las tablas con un protagónico y una obra que fue escrita especialmente para él.

ZABALA Y ORIGLIO. El actor, que encarna un taxista retirado, y el autor de la obra que se estrena hoy. Facebook Vivo Tucumán ZABALA Y ORIGLIO. El actor, que encarna un taxista retirado, y el autor de la obra que se estrena hoy. Facebook Vivo Tucumán
02 Septiembre 2018

La pasión no se retira. Lo sabe, lo siente y lo atestigua Hugo Zavala quien luego de dos décadas retorna al teatro con un protagónico y en una obra que fue especialmente escrita para él: “Cuando Marilyn Monroe estuvo en Tucumán”.

El veterano actor anticipó su vuelta a las tablas hace un tiempo con un personaje en el sainete “El conventillo de la Paloma” en el desaparecido centro cultural Leticia. Y desde hace un par de meses volvió a la televisión dos veces por mes con su eterno compañero de comedia, Gringo Maccarini, convocados a “Cacharpaya”.

Su regreso a lo grande viene de la mano de Fabrizio Origlio, autor y director de la obra que se estrenará esta noche a las 21 en El Círculo de la Prensa (Muñecas 240). El vínculo comenzó cuando el dramaturgo visitó la provincia para ver una de sus obras: “Cuando las mujeres no saben decir adiós”. Fue entonces que conoció al veterano actor y Zavala le pidió que le envíe un texto para montar.

Al poco tiempo (apenas una semana) le llegó un guión inicial que cuando se volvieron a encontrar en Buenos Aires ya era una obra casi completa y a estrenar. Hablaba sobre un taxista retirado que está internado en un geriátrico y recuerda historias que no se saben hasta qué punto son ciertas. Entre ellas, el viaje de incógnito de la diva de Hollywood a la provincia para estar en la fiesta privada de un empresario poderoso de la caña de azúcar. La obra transcurre entre el humor, la emoción y la ternura, con un elenco que completan Jackie Anastasio Salas, Paola Amado, Daniel Ardiles y Marcos Gallardini.

Entre risas, Zavala le aclara a LA GACETA que no hace de Monroe. “Es un orgullo especial regresar de esta forma rodeado con estos artistas jóvenes de quienes estoy aprendiendo mucho. Me están poniendo en ritmo con mucho cariño y afecto. Tenía muchas ganas de volver al teatro, como le dije a Origlio el día en que nos conocimos. Al poquísimo tiempo ya estábamos en un punto sin retorno y con todo en marcha”, resalta.

El universo mágico de la obra se instala en el mundo impreciso de los recuerdos. “Mi personaje está internado y cuenta cosas que él imagina que ocurrieron o que pasaron en realidad. Eso se sabe al final de la obra que no adelantaré”, sostiene.

Zavala le pidió a Origlio que dirija su texto aunque recuerda una máxima de la profesión que dice que lo peor es hacer una obra de un autor vivo. El resultado, a su sentir, no podría haber sido mejor y da por tierra todas las precauciones.

El actor tiene otros proyectos en carpeta para que este texto no sea un hecho aislado sino un regreso con todas las luces. Pero -viejo cabulero del teatro- no anticipa lo que se viene: “hay planes para más adelante, siempre con el apoyo de mis hijos, Javier Esteban y José Augusto”.

> Mirada de colega
Humildad y experiencia puesta al servicio de la obra

“Todos los que compartimos elenco con Hugo Zavala estamos maravillados con su humildad y aprendemos de su experiencia y talento”, sostiene Daniel Ardiles, quien compone al hijo del protagonista en la ficción. “Mi personaje es el nexo entre la historia y el público en un texto que emociona y que se transmite a la platea”, anticipa.

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