Una expresión artística sobre el hambre

Una expresión artística sobre el hambre

“Migas - teatro físico” expresa desde el cuerpo distintas sensaciones

EN ESCENA. Analía Torti protagoniza la obra, dirigida por Ariel Gauna. prensa EN ESCENA. Analía Torti protagoniza la obra, dirigida por Ariel Gauna. prensa
01 Septiembre 2018

ÚNICA FUNCIÓN

• A las 22 en La Sodería (Juan Posse 1.141).

Un pan duro es el elemento central a partir del cual se estructura “Migas - teatro físico”, la obra de teatro físico que llegará desde Rosario esta noche a La Sodería. Analía Torti pone su cuerpo en acto para indagar sobre el valor simbólico de la comida (y de la falta de ella) en las distintas culturas del mundo.

“El arte y el hambre siempre son elementos políticos -afirma el director, Ariel Gauna, a LA GACETA-. El teatro que tratamos de componer no tiene que ver con una estructura clásica o convencional, sino con el resultado de un proceso de experimentación de casi dos años, en el que tratamos de encontrar fue un vocabulario propio de gestualidades y de movimientos que nos devolviera la identificación que vivimos con nuestros cuerpos día a día, en una posible poética sobre el cuerpo cotidiano”.

A partir de ese diseño, la obra no cuenta una historia en términos lineales ni tiene una estructura clara, “que permita leerla desde cierta perspectiva psicoanalítica”, aclara. “No es un capricho, sino que creemos en una conformación dramática que posibilite al espectador reconocer rasgos de sensibilidades que puedan ser expresadas por otros canales, como el movimiento, el sonido y la danza. Por momentos podemos reconocer a una mujer obrera en plena acción ligada a su trabajo, pero no llegamos a reconocer que tipo de labor está realizando; a veces la imagen devuelve claramente gestos de lo femenino y, luego, se trasforma en una energía masculina, porque tratamos de poner en escena es un cuerpo universal”, agrega.

El director reivindica su puesta en escena minimalista, aunque precisa que los pocos elementos disponibles son “puntuales y fuertes para tejer esta idea de entramado entre imágenes”. Hay un banco de madera como los que usan los peones en el campo, una masa para derribar paredes y un pan, lo que permite una identificación del espectador con su propia historia. El ambiente termina de ser creado por la música, en gran parte creada por el mismo grupo con grabaciones de ambientes naturales y sonidos industriales.

“Uno de los lazos más directos de identificación entre los seres humanos son los cuerpos, porque el cuerpo siente, expresa, sufre y tiene necesidades. Siempre ha sido el elemento central del teatro, pero no existe sin la mirada del otro. Buscamos no llegar con la palabra, tratamos de no insertar ese elemento de razonamiento para que el público pueda crear sus propias conexiones. Con el cuerpo se puede decir casi todo, y la palabra es solo un mapa, por lo que hay muy pocos textos en la obra, siempre en una línea poética”, plantea el responsable de la obra, que tuvo a Mauro Cappadoro de asistente.

Gauna considera que hay diferencias entre el teatro físico, la perfomance y la danza teatro, pero referidas a aspectos técnicos o conceptuales. “De todas maneras, lo que nos interesa es la posibilidad de crear con una búsqueda interdisciplinaria y no cerrar las puertas a nada. En ese sentido somos bastante basureros: tomamos todo y luego vamos descartando lo que no nos sirve. Así que te diría que no tiene sentido separar estas prácticas artísticas”, concluye.


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