Melanie Centeno, la dueña del sueño mundialista

Melanie Centeno, la dueña del sueño mundialista

La estudiante de educación física está a pocas semanas de la gran cita que añoraba su papá.

BUEN RECUERDO. Centeno corre por las calles de Coquimbo. “Mel” tuvo un rendimiento que la sorprendió a ella misma en la prueba en la que logró la clasificación. FOTOS GENTILEZA FAMILIA CENTENO BUEN RECUERDO. Centeno corre por las calles de Coquimbo. “Mel” tuvo un rendimiento que la sorprendió a ella misma en la prueba en la que logró la clasificación. FOTOS GENTILEZA FAMILIA CENTENO
11 Agosto 2018

Para los Centeno, todo cambió desde octubre. El viaje hacia Chile no salió como estaba planeado. ¿O sí? “Realmente nos sorprendió. Íbamos los tres, pero yo era el que buscaba la plaza”, cuenta Sergio. El papá de Melanie y de Enzo, se quiebra de la emoción en su relato, pero, como buen triatleta, derrota a cualquier nudo que su cuerpo pueda sentir, y sigue. “En la entrega de premios nos enteramos que Melanie había quedado segunda en su categoría”, recordó el líder de la familia. Solamente con cambio de protagonista, la alegría fue inmensa: el viaje a Coquimbo sí, salió bien porque “Mel” había clasificado al Mundial de Triatlón Ironman 70.3 de Sudáfrica (ver “Para saber”), el que toda la familia quería para Sergio. “Era un sueño que tenía yo, pero que ahora lo cumpla ella...”, hizo una pausa Centeno sin dejarse vencer otra vez por la emoción. “Fue lo mejor”, logró cerrar sus sensaciones.

“Yo no buscaba la clasificación. Fue una sorpresa para mí. Sólo quería llegar y tener el mejor tiempo. Tuve que cambiar todo mi ritmo de vida: arreglar los horarios de la Facultad para tener entrenamientos más duros todavía sólo para mejorar”, contó la estudiante de Educación Física.

La joven de 23 años no duda que en Sudáfrica, cuando recorra la bahía Nelson Mandela, sentirá todo lo usual, pero potenciado. Aunque suene como un sacrificio, Centeno siente que un bienestar la recorre cuando llega a la meta. “La verdad es que se lo disfruta mucho. A veces, las cosas no salen por eso siempre hay que ir disfrutando como si fuera la última vez”, comentó. “No puedo explicar con palabras lo que se siente. Es dolor, cansancio. La mente te dice: ‘quiero llegar, quiero llegar’. Es algo que no se explica, sólo se lo puede vivir”, dijo con una sonrisa de punta a punta que pocas veces exhibe durante los recorridos. “Cuando llego, lloro. Incluso cuando voy corriendo; me hace bien. Me saca todos los nervios, entonces ahí largo todo y ya me siento mejor”, reconoció la concepcionense.

Junto a su papá, también su entrenador, Melanie partirá ya con un plan de carrera, pero modificable, si es necesario, cuando llegue a tierras sudafricanas. “Hay que ver cómo se siente el cuerpo ese día y, a medida de que vayan pasando las horas de competencia, veré si puedo arriesgar”, anticipó la triatleta que partirá el 22 de agosto. “Estoy sintiendo mucha ansiedad, pero trato de mantenerme tranquila porque todavía falta, así que a seguir entrenando”, dijo sin dudar la futura “Mujer de Hierro” mundialista.

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