Intentó robar y terminó recibiendo una paliza

“Fue un momento de mucha tensión. El tipo apuntaba para todos lados. Pudo haber pasado cualquier cosa”, cuenta José Tacla al recordar el robo que sufrió en la noche del miércoles pasado en su miniservice ubicado en la esquina de México y Esquiú, en el barrio AGET.

El comerciante explica que alrededor de las 21.30 se disponía a atender a un cliente, cuando ingresó al negocio un fletero que lo provee de productos de panificación. Detrás de él apareció un desconocido empuñando un arma de fuego.

“Luego supimos que esta persona intentó asaltar en la vereda al panadero, que se dio cuenta de la situación y entró rápidamente a mi negocio”, cuenta Tacla. “Había un cliente esperando para ser atendido. El asaltante lo encañonó y lo despojó del dinero que tenía”, agregó.

Rubén Dante Sigle, de 61 años, el vecino que se encontraba dentro del local, aprovechó un descuido del asaltante para intentar reducirlo. Cuando el ladrón abrió la puerta para huir, Sigle se le abalanzó. Comenzaron a forcejear. El ladrón disparó, sin lograr herirlo.

En ese momento intervinieron otros vecinos. Entre todos desarmaron e inmovilizaron al ladrón, que terminó recibiendo una brutal golpiza. Cuando llegaron la ambulancia del 107 y los patrulleros del 911, lo encontraron tirado en la calle, con el rostro ensangrentado. A su lado estaba el revólver calibre 32 que utilizó durante el atraco.

“Fue una actitud muy valiente. No tuvo miedo de enfrentar al ladrón”, opinó Tacla. El vecino que enfrentó al ladrón también sufrió lesiones en una pierna durante la pelea.

El asaltante fue identificado como Cristian Roberto Valdiviezo, de 30 años. Reside en Francisco de Aguirre y Castro Barros. Las fuentes policiales consultadas señalaron que es conocido con el sobrenombre de “Lunita”. Tendría antecedentes penales por otros delitos.

Fue asistido en el Centro de Salud, donde ingresó con heridas en el rostro. Quedó imputado por el delito de tentativa de robo agravado. La denuncia fue radicada en la comisaría 12ª. La causa fue remitida a la fiscalía de feria, a cargo de Washington Navarro Dávila.

“A los pocos minutos de que lo atrapamos a este delincuente llegaron sus allegados, nos comenzaron a amenazaron y nos gritaban que iban a volver a vengarse. Los conocemos porque siempre andan por aquí, son de cerca de la vía, por la avenida Francisco de Aguirre”, contó una vecina que pidió que su nombre no trascendiera por temor a represalias.

Zona peligrosa

El comerciante agregó que es el cuarto robo que sufre en su negocio en los últimos dos años. Según explicó, el último atraco ocurrió meses atrás.

“Me tiraron al piso y cuando ya habían obtenido el dinero, me golpearon en la cabeza con un cajón. No había necesidad de tanta violencia”, se lamentó.

“Hay muchos robos. Yo estoy en duda de que hay que enfrentar de esta manera a los delincuentes, pero lo que pasa es que los vecinos están cansados”, señaló Oscar, otro vecino.

Algunos habitantes de la barriada ubicada en la zona oeste de la capital contaron que por los robos tuvieron que contratar vigías nocturnos y que se comunican a través de un grupo de Whatsapp para alertarse cuando observan alguna situación sospechosa en la calle.

“Los cuidadores vienen a las 20 si se quedan hasta las 8 del otro día. El horario más complicado es entre las 8 y las 10, cuando la mayoría de los vecinos ya salieron a trabajar y hay poca gente en la calle. Ese es el momento que aprovechan para robar en el barrio”, afirmó Osvaldo Anauati.

“La víctima podría haber sido una mujer o una niña. Yo vengo con mi hija todos los días al negocio. Es un barrio que cambió mucho en los últimos meses, antes era más tranquilo. Así no se puede vivir. A veces, esto parece tierra de nadie”, opinó Fátima, quien también reside en la zona.