Final gris para el 7 “blanco”

Final gris para el 7 “blanco”

Un club que no cuida a los ídolos

FERVOR. Aunque el pase recién se hizo oficial ayer, las camisetas de Cristiano ya se comercializan hace días en las calles de Turín. Los hinchas de Juventus celebran la llegada del astro portugués a Italia, reuters FERVOR. Aunque el pase recién se hizo oficial ayer, las camisetas de Cristiano ya se comercializan hace días en las calles de Turín. Los hinchas de Juventus celebran la llegada del astro portugués a Italia, reuters
11 Julio 2018

Cristiano Ronaldo se unió a la lista de ídolos de Real Madrid que dejan el club sin una despedida a la altura, laminados por la inflexible exigencia y la continua exposición que conlleva jugar en el equipo blanco. Iker Casillas y Raúl González eran los ejemplos más recientes de esta compleja relación que el 13 veces campeón de Europa mantiene con los hombres a los que encumbra, pero dejaron el equipo con más pena que gloria. Incluso el máximo mito del madridismo, Alfredo Di Stéfano, integra esa lista.

Un comunicado del club y una carta abierta del jugador fueron la forma en la que Cristiano puso punto y final a nueve años en la capital española para fichar por Juventus. A nadie escapa que es poca cosa para un jugador que marcó una de las épocas más brillantes del club -con cuatro Ligas de Campeones en cinco años- y que se convirtió por lejos en su máximo goleador histórico.

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“Para Real Madrid, Cristiano Ronaldo será siempre uno de sus grandes símbolos y una referencia única para las próximas generaciones. Real Madrid será siempre su casa”, señaló el club, que suele acoger en su seno a los ídolos que desean volver tras su retirada, pero igual que les abre la puerta de regreso cuando son ex jugadores, les muestra la de salida cuando sus carreras empiezan a declinar.

Presidido por Florentino Pérez, Real Madrid recuperó a Di Stéfano en 2000 otorgándole el título de presidente de honor, pero el hispanoargentino, fallecido en 2014, había salido malhumorado del club en 1964, después de desencuentros con su entrenador y antiguo compañero, Miguel Muñoz, y con el entonces poderoso jefe del club, Santiago Bernabéu, quien no quiso hablar de mejorarle el sueldo a un jugador ya mayor. Dos años después, la “Saeta Rubia” se retiró a los 40 años en Espanyol.

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Raúl también dejó el club antes de lo que él hubiera deseado, después de 16 temporadas en el primer equipo como referente indiscutible de la delantera y tras batir el récord goleador precisamente de Di Stéfano. Sin embargo, la llegada al equipo de Cristiano desplazó al capitán, que se despidió para jugar sus últimos años de profesional en Alemania (Schalke), Qatar (Al Sadd) y en la segunda división de Estados Unidos con Cosmos.

Más patética fue la salida de Casillas, otro gran ícono blanco. El arquero dejó Madrid después de 16 temporadas en la élite, quemado por su enfrentamiento con el entrenador, José Mourinho, que lo relegó a la suplencia.

Casillas se despidió primero solo en una rueda de prensa donde no pudo evitar las lágrimas, pero un día después, ante las críticas al club por la sensación de abandono, volvió a decir adiós acompañado por Pérez en el palco de honor.

Cristiano tiene 33 años, pero quizá su situación sea distinta. El luso parece aún capaz de ofrecer buen fútbol, pero en los últimos tiempos, acosado por un proceso judicial por presunto fraude fiscal, se sentía maltratado por España y el club no quiso retenerlo. Una vez más, un ídolo “blanco” deja el club de forma gris. Quizá regrese por la puerta principal.

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