Cartas de lectores
10 Julio 2018

9 DE JULIO (I)

A doscientos dos años de la Declaración de la Independencia Argentina, con o sin festejo oficial, cabe preguntarse qué hemos hecho de este país. No se asombren si la respuesta que primero asoma no es grata, o si refleja en demasía a quienes en él habitamos por elección o necesidad. Lejos ya de epopeyas y héroes escolares; a sabiendas de traiciones, errores, aciertos o desatinos, el resultado de intolerancias, egoísmos y ambiciones personales es este hoy. Una sociedad difícil de vislumbrar, cruel, fragmentada e inconexa, absolutamente autista le da la bienvenida a un nuevo 9 de Julio, que ya luce envejecido aún antes de nacer, quizá porque tema el ser abortado, o el no ser siquiera visto. Al parecer, el mapa argentino calca a su gente y aunque la imagen diste de ser linda, es lo que somos y lo que es, malograda por dibujantes sin oficio, gracia y compromiso. Ojalá aún recordemos qué significa el “ser libre”, para que 200 años de historia de algo hayan valido.

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Karina Zerillo Cazzaro

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9 DE JULIO (II)

¿Ayer fue 9 de Julio? (En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) hay 700.000 balcones y ninguna bandera (flameaba) este 9 de Julio. No hubo desfile para ahorrar unos $ 10 millones, y ¿se contrata un técnico de fútbol en $ 500 millones? A la cero hora, el canal oficial mostró a los Granaderos entonando el himno. Otros canales, nada. ¡Qué distinto a mi lejana niñez, donde los maestros no hacían paros y la desocupación no era tema! ¡Donde ondeaban banderas en balcones y hasta en el más pequeño pueblo había desfile!

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Ignacio Avellaneda

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RUIDOS MOLESTOS EN YERBA BUENA

En mi carácter de vecina de Yerba Buena, desde hace más de 40 años que vive en esta zona, escribo a las autoridades del municipio para reclamar por los altavoces de un local bailable ubicado a 200 metros de mi domicilio. El mismo se encuentra sobre avenida Aconquija al 3.000. Los datos medidos con un decibelímetro fueron el sábado último: 87 dBc. De un tiempo a esta parte siguen autorizando en esta zona (5a. zona ecológica), lugares para fiestas, que hasta ahora suman cuatro o cinco, donde no pareciera haber controles.

Fanny Villagra

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UN PRESIDENTE ESTADISTA

Quiero que mi Presidente sea un estadista. La distancia entre ambos hace que se lo vea como uno más entre los hombres de buena voluntad y el creador de la gran Argentina que nos merecemos. Estadista parecido al de “a sangre, sudor y lágrimas”, debe superar los techos que le ponen sus asesores y su propia historia que le manda hacer lo correcto. Hoy, nuestro país necesita saltar el cerco para arreglar el tremendo desarreglo existente. Mi Presidente: sólo soy un laburante y a usted lo veo igual, pero tiene que ser estadista, es nuestra esperanza. Con mis hijos ponemos el cuerpo y el alma, todos los días, para cumplir y hacer cumplir nuestras obligaciones, nos va bien, pero miramos alrededor y vemos a nuestra sociedad complicada. Sea estadista, no pida lo que no están acostumbrados a dar, lo harán perder tiempo y patinar en el barro. Recuérdeles los dos pesos que valía cualquier empresa de servicio antes de que asumiera; recuérdeles las tremendas retenciones que tenían las producciones agropecuarias, el campo estaba fundido; recuérdeles la desaparición del ganado, la pérdida de país exportador; recuérdeles el triste papel de la minería que ahora trabajan; recuérdeles, también, que exportábamos energía y la despilfarramos, y tal vez, a lo mejor lo entiendan. Mi Presidente: rompa el molde y sea estadista. Disponga por ley del Congreso el aporte, a cuenta del Impuesto a las Ganancias, de la cantidad que sea necesaria y por el tiempo que sea necesario para cubrir el déficit fiscal a toda persona física o jurídica, y devuélvales en 20 años, actualizado; nadie se quejará y le agradecerán. Con cubrir las deudas y hacer bajar la inflación, bajarán las tasas de interés y entraremos de lleno en un círculo positivo. Haga un plan económico de guerra, que la guerra ya la tenemos desde hace tiempo. Estamos en Estado de Guerra, mi Presidente. Estamos en guerra contra la pobreza, la inflación, el narcotráfico, la desocupación, la desinflada justicia, la desnutrición, la corrupción, la mala, nula y mínima educación, la división de la sociedad. Tome medidas de guerra. Presidente: sólo le puedo decir que si seguimos haciendo lo mismo obtendremos el mismo resultado, en nuestra caso, en mi querida Argentina, fue siempre el fracaso. Ah, me olvidaba: no deje que algún pavote no lo deje ser un estadista.

Juan Andrés Guzmán

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SUBSIDIOS AL DEPORTE

Todos los dirigentes deportivos demuestran su incapacidad para administrar sus entidades, de lo único que se ocupan es de pedir limosnas al Estado, que distraiga parte de los impuestos para mantener estructuras o fomentar disciplinas. Mientras tanto, gastan millonadas en indumentaria y materiales, dándoles enormes ganancias a empresarios privados. Señores dirigentes, es momento de actuar seriamente; elaboren una proyección deportiva y véndanla a todos los proveedores de sus instituciones; si no se sienten capacitados contraten a un especialista para que venda la institución a capitales privados. Vender no es cambiar volantes por una chapa de publicidad en la cancha, es motivar a empresarios para que inviertan en las instituciones deportivas, quienes exigirán resultados que puedan venderse a la televisión. Ser dirigente de cualquier institución es un acto voluntario, y tienen la obligación de hacerla crecer con logros propios, y por carácter transitivo la sociedad se interesará en ser partícipe. Los dirigentes llorones y cómodos no convocan a nadie. Nunca tendremos un polideportivo único, porque en toda la Provincia de Tucumán no hay ni un solo dirigente capacitado para administrarlo como empresa, porque en lo único que piensan es cuánto conseguirán que aporten los políticos.

Roberto Nicolás Córdoba (h)

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EL SUPERMINISTRO DUJOVNE

Cómo me hubiera encantado equivocarme lo que escribí el 27 de abril pasado, a propósito de lo declarado por el entonces ministro de Hacienda Dujovne, quien le restó importancia a la escalada del dólar y consideró que los argentinos no estamos acostumbrados a la flotación de la cotización de la moneda norteamericana. Entonces, sostuvo que “la primera semana de enero el Banco Central le compró al Tesoro U$S 9.000 millones en un día. Que venda en un día U$S 1.500 millones tampoco nos tiene que poner nerviosos”, y aseguró que “cada vez que la autoridad monetaria vendió fuerte en el mercado, ganó dinero”. Por otra parte y respecto del plan de metas inflacionarias, recordó Dujovne que “las metas que se anunciaron a comienzo de la gestión de Mauricio Macri eran muy ambiciosas; acá enfrentamos una situación incidida: un programa económico que está bajando la inflación, corrigiendo años de descalabros en el precio de los servicios públicos, lo cual dificulta la tarea”. “Es cierto que hemos ido un poco más despacio de lo que pensábamos en términos de inflación”, dijo, aunque aseguró que “el Gobierno no tiene ninguna duda de que la inflación va a seguir bajando”. Mi comentario fue: “Cuando no se sabe, no se tiene capacidad y se es inepto, no se puede, no se quiere, (y todos los atributos negativos) repitiendo cíclicamente los mismos errores históricos, que nos conducen permanentemente al desconcierto y al abismo, nada mejor que callarse la boca, abstenerse de dar consejos, y dar un paso al costado, por sobre todo cuando no se tiene ni autoridad moral ni ética, dejemos de una vez por todas de ser tan cínicos, así no tenemos presente ni futuro”. El principal responsable de la continuidad en el cargo como actual superministro de Hacienda y Finanzas es Macri. En ese momento, 27 de abril, el dólar trepó a $ 20,83, y hoy está al borde de los $ 30. Sin tener un plan que detenga tamaño descalabro, es improbable que se salga del pozo; por el contrario, nos seguimos hundiendo indefinidamente, peor que en un pantano desde que asumió. Vengo opinando que cuando el gobierno en ejercicio, llevado por el asesoramiento de quienes creen que saben y haciendo gala de la soberbia del “se puede”, lo único que estamos logrando es sumar desaciertos, uno tras de otro, reiterando errores incalificables. Es lamentable: la pobreza, la inseguridad, la inflación imparable, el dólar indomable, etcétera. Humildemente, sigo insistiendo, como desde el principio de este gobierno, que es un problema del Estado nacional, se debe efectuar una gran convocatoria de conciliación política, económica y social , y unir a los gobernantes en el poder, a la oposición, a las organizaciones sociales y organizaciones de trabajadores y a empresarios, para encontrar la solución a todos los flagelos que nos aquejan. Para ello, es imprescindible despojarse de todos los egoísmos, y buscar las coincidencias que nos unan. Hago votos para que esta simple opinión como ciudadano llegue a oídos de los que deben oír, y juntos podamos reconstruir la Democracia, con mayúsculas, que nos merecemos.

Federico Yurcovich

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