Cartas de lectores

Anses

Llamo a la reflexión al señor director de la Oficina Tucumán de la Anses (Administración Nacional de la Seguridad Social), Daniel Ponce, para que se ubique en este desastre de daños y perjuicios que provoca esa institución, que tendría que ser ejemplo, desde la atención y los servicios que presta al ciudadano. Dicen que la casualidad no existe y, justamente, las causas denunciadas desnudaron la calamidad por la forma en que los empleados acomodan y priorizan la atención a quienes ellos consideran, que es la irregularidad que no se puede ocultar. Ser honesto y gentil no ocupa lugar, es una forma de mostrar que se puede lograr otro país, y de que necesitamos salvar lo que nos merecemos todos, tener principios. Llámele moral o ética. Terminemos con las injusticias. La provincia de Tucumán merece otro tratamiento.

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Carlos Rubén Ávila
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Aborto (I)

Mucho se habla sobre el tema de la legalización del aborto, desde hace varios meses. Se trató en la Cámara de Diputados de la Nación y se aprobó luego de numerosas y polémicas sesiones. Ahora está en tratamiento en la Cámara de Senadores, donde según lo dispuesto se pasó a tres comisiones para recién ser tratado en el recinto el 8 de agosto próximo. Hasta allí muy bien, pero, como se afirma por todos los medios, es problema de conciencia de cada uno de nuestros legisladores votar en una forma u otra. Dejando al margen lo religioso, lo que dice la ciencia y lo que disponen la Constitución nacional y cada Constitución provincial, pregunto: ¿por qué dejar un tema tan delicado en la convicción sólo de 257 diputados y de 72 senadores nacionales? Dejando al margen la opinión y los sentimientos de 40 millones de habitantes. Lo justo, en este muy intrincado problema, es llamar a una consulta popular o plebiscito para que todos los argentinos participemos y demos nuestro consentimiento de acuerdo a nuestra conciencia. De ninguna manera sólo 329 personas (257+72), muchas de ellas sin conocimiento alguno, y guiándose sólo por su pensar, pueden disponer de la vida tanto de la madre como del niño por nacer.

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Carlos Jorge Dumit
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Aborto (II)

Escribo estas líneas con el fin expresar mi inquietud sobre un suceso ocurrido en el establecimiento educativo ESEA, donde un hombre y una mujer, pertenecientes a un partido político, se hicieron presentes en la entrada del local a repartir pañuelos color verde. Si bien las opiniones sobre la legislación y despenalización del aborto son muy diversas en nuestra sociedad, ello no quiere decir que los partidos políticos deben introducir sus ideas políticas a los alumnos del secundario. Son niños que no tienen una formación sólida como para expresar si están a favor o en contra. ¿Por qué la desesperación de sumar gente a su causa? Si dicho proyecto es tan popular y justo como dicen, ¿con qué necesidad hostigan a los/as alumnos/as, por decir que los/as adolescentes quieren que este proyecto se lleve a cabo? Si quieren la despenalización del aborto, luchen por sus ideales, pero por favor tengan un poco de dignidad y permitan que la gente apoye lo que mejor les parezca; no quieran hacer bulto utilizando a niños que ni siquiera saben lo que quieren en la cena. Esto no es sólo una opinión, sino una apelación a la cordura de los adultos. Dejen que estas criaturas empiecen y terminen su formación tanto moral como ciudadana, para que ellos, el día de mañana, puedan tomar sus propias decisiones.

Ariadna Daniela Barrios
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Despedida

Hoy quisiéramos homenajear al hombre pilar de nuestra familia Javier Vicente Antonio Astigarraga, participante activo de la sección Cartas de Lectores de LA GACETA, que entendemos merece reconocimiento y ser publicado por última vez. Transcribimos una carta que envió el 28 de mayo de 2016, que por diversos motivos no pudo ver publicada: “Las preguntas aturden. ¿En qué mundo vivimos? ¿Hacia dónde vamos? Es cierto que la Provincia de Tucumán se destaca más por la inseguridad cercana a nuestros ojos, pero también es cierto que eso nos dificulta reconocer la violencia que sucede más allá, en nuestro propio mundo y hasta en nuestros corazones, mostrando que, a pesar de las declamaciones de Derechos y Justicias, nunca se ha respetado la vida humana. Conductas y pensamientos con los que, cuando discriminamos a otros por que creemos que no lo merecen, apoyamos y de alguna manera participamos, cuando en realidad a ningún ser humano debería faltarle nada, porque la vida humana es el valor más importante. Pero a pesar de tanta violencia escondida, algo bueno nos ha permitido, en el tiempo, llegar hasta aquí. Y sobre ello parece necesario reflexionar un poco. Porque como seres humanos, solamente estamos bien cuando nuestro corazón está en paz. Y como afirmaba el sabio pensador, Silo, la vida no tiene sentido si todo termina con la muerte, así que pareciera que aun nos quedaría un constructivo trayecto por recorrer”. Profundas palabras que hoy sentimos con su partida. Paz en el corazón, luz en el entendimiento.

Luciana Astigarraga - Familiar de Javier Astigarraga
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Libertad y democracia

La comunidad humana es una entidad activa, dinámica, cambiante, en plena evolución. No tiene una constitución rígida, porque se basa en ideales y conceptos comunes -pero no por ello menos valiosos-, tales como la libertad, la igualdad y la dignidad de los individuos que la constituyen, con plena vigencia del derecho y la autodeterminación. El principio básico que rige a toda relación humana -y la política no es la excepción a la regla- es el de la libertad la que, junto al concepto no menos valioso que es el de la dignidad, es la base de la sociedad. A esta situación se refería Mahabarata (líder político hindú) cuando manifestaba: “Os digo el secreto del Brahmán: no hay nada superior al hombre”, a ese hombre que nació y siempre, en lo más hondo de su ser, será libre, porque de esta manera ha sido creado. En la política, así como en la vida, el hombre será sujeto, no objeto, siempre dentro del marco del sistema social y democrático libre. Si se pierde en lo objetivo, en lo aparente, en la forma y no en el contenido de los henos, los esfuerzos se vuelven rígidos, inaplicables, se vuelven rutinarios y hasta inocentes. Por eso, la democracia requiere que respetemos y desarrollemos el espíritu libre del hombre. Nuestra democracia parlamentaria se basa en la fe en el hombre y, a pesar de sus fallas, el sistema político en el que vivimos en la libre elección. No acepta el sistema autoritario que pudiera establecer un “si no estás de acuerdo con nosotros, te golpearemos”. La democracia convence a los otros por la lógica de las ideas y no por la fuerza o la coacción. Lo contrario a la democracia es el gobierno de sujetos que tienden a ser leyes en sí mismos y a capitalizar en su opinión toda la razón o toda la justicia. Si fuera así, el culto al individuo reemplaza al ideal de libertad eleccionaria y terminamos por aceptar la infalibilidad de cualquiera, se justifica la persecución, la implementación por la fuerza de las ideas, considerar a quien piensa distinto como enemigo. Ninguna sociedad que deje que se le ahogue el espíritu de la libertad merece sobrevivir, porque nacemos libres, pero también nos hacemos libres cada día de nuestra existencia. Una libertad que para muchos fue el fruto de sudor, lágrimas y sacrificio, lo que debe ser revalorizado permanentemente.

Armando Pérez de Nucci
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Cada uno en su meseta

Y seguiremos así, si nosotros, los que estamos pisando los 60 años, que nos educamos en un mejor ecosistema y tenemos la vida cada uno en su meseta, llevando lleno el cajón de las experiencias: sólo nos preocupa estar en el sendero que nos hace disfrutar, de mejor manera, la tercera etapa de nuestras vidas, rodeados de la familia y amigos, haciéndonos los distraídos como huevos desinflados. Sin reaccionar ante la bajeza en que estamos insertos los argentinos, podridos por una corrupción vergonzosa, ante el mundo, sin darnos cuenta de que el mayor dolor lo sentiremos en la conciencia, al momento de expirar. Debemos empezar.

Daniel Asfoura
Las Salinas - Burruyacu Tucumán

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