Crisis de atención, la nueva epidemia

Crisis de atención, la nueva epidemia

Cómo lograr un equilibrio entre la vida on line y la off line

Seguramente te ha pasado alguna vez. Te sentaste a trabajar o a estudiar a las 8. Iniciaste la computadora y lo que iba a ser una corta visita a Facebook e Instagram se convirtió en un recreo de dos horas. Después abriste una nueva pestaña para saber el significado de una palabra, pero te aparecieron las noticias sobre el Mundial Rusia 2018. Una cosa llevó a la otra y terminaste leyendo sobre el éxito del metabolismo acelerado.

En eso, se hizo la hora del descanso. Probablemente buscaste un café, entraste a YouTube para ver el trailer de una película que se estrenará en estos días. Pero 10 videos después estás mirando el “top five” de las jugadas más insólitas en el fútbol internacional y la terrorífica grabación que protagoniza Selena Gomez.

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La buena noticia es que no sos el único al que le ha ocurrido semejante distracción. Tampoco sos el único que ha tenido que hacer en pocas horas y a las apuradas aquello que debía resolver con detenimiento y concentración durante toda una mañana. Si te has sentido frustrado o ansioso has experimentado algo que le ocurre cada vez más a las personas en la actualidad. Es que no es fácil vivir en un flujo constante de notificaciones, nuevas ventanas y mensajes. Todo esto ha generado lo que los expertos llaman una epidemia de procrastinación, la permanente postergación de nuestros planes y obligaciones. es el hábito de postergar las tareas que son prioritarias para nosotros, y de reemplazarlas por actividades irrelevantes pero más agradables.

Concentrarse y lograr estar enfocado se ha convertido en uno de los objetivos más buscados de la vida contemporánea, admite José María Blunda, psicólogo especialista en Gestión de RRHH. Sabemos que no nos hace bien distraernos. Sin embargo, pareciera que el bombardeo de información, el estar conectados permanentemente, hace imposible que podamos resistirnos. Nunca como antes, la atención sufrió una crisis similar. Se padece en todas las edades.

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Todos pasamos por eso, hasta las personas más disciplinadas, sostiene María Alabarce, especialista en productividad. El problema, según comenta, es cuando procrastinar se convierte en costumbre y empieza a afectar nuestro trabajo, estudio o negocio

Datos

Según diversos estudios un 95% de la población reconoce procrastinar en algunos aspectos y hasta un 23% lo considera una característica definitoria de su personalidad. Los procrastinadores tienden a ser más jóvenes, y eso está influido principalmente por la gran cantidad de distracciones y entretenimientos que incorporan con facilidad a sus vidas.

Conscientes de que la falta de atención les genera un problema, la mayoría de las personas que padece esto quiere superarlo. No existe una única receta. El primer paso, según los expertos, es enfocarse, saber lo que uno quiere lograr. Planificar y cumplir. Pero sin abrumarnos, haciendo un poco cada día.

La psicóloga Malena Elmiger opina que hay que ir al fondo de la cuestión. “Es imposible pensar, en el segundo decenio del siglo XXI, la vida off line. La vida, en todos los estratos sociales transita on line. Todo se hace en la red: amores, ‘encuentros’, compras, lecturas, conversaciones, paseos. Somos llevados cada vez más a estar pegados a miles de estímulos tecnológicos que te chupan la vida, los ojos, y el interés por otras cosas. Nada parece ser tan importante como la vida on line”, sostiene. A su consultorio llegan muchas preocupaciones de la gente: por desinterés, por dificultades en la atención, por adicciones. “esta nueva forma de vida trae varios problemas: para la vida on line no hacen falta las inversiones que precisa la vida real. En ésta, en la vida real, es necesario sostener determinados hábitos. Por ejemplo, es preciso respetar horarios de visita, o hay que sostener pautas de higiene, o hay que moverse para comprar algo, o seducir para hacer un levante, o hacer una reunión para jugar algún juego de mesa. En la vida virtual, en un solo click puedes comprar, jugar, tener pareja u odiar a alguien hasta ser su mortal enemigo”.

Como antídoto, algunos toman decisiones drásticas, como salirse de una red social o incluso de internet. Elmiger no cree que desconectarse totalmente de las redes sociales o de la tecnología sean la solución a la crisis de atención que vivimos hoy. “Imposible estar fuera de la tecnología. El punto es pensar cómo podemos vivir con ella y no morir en el intento”, dice. Y opina que no debemos permitirnos pasar todo el día on line y mucho menos dejar que los chicos estén siempre conectados.

Pareciera que la clave está en controlar el entorno para controlarse a uno mismo. Algunas opciones son: silenciar nuestro celular, desconectarnos de la web o echar mano a alguna de las nuevas apps (ver “Aplicaciones”) creadas para enfrentar la procrastinación. Son aplicaciones que bloquean las redes sociales y otras notificaciones por el rato que le digamos.

> A la espera del Monstruo del Pánico

Todos dejamos las cosas para el último día. O al menos, para el penúltimo, según explica Tim Urban, autor del blog Wait But Why y protagonista de una charla TED sobre procrastinación, que ya se ha visto millones de veces. Según Urban, en nuestro cerebro conviven un timonel que toma decisiones de forma racional y un mono que sólo se preocupa por la gratificación instantánea. A menudo hacemos caso al mono, porque lo que nos propone es fácil y divertido, y en lugar de ir avanzando poco a poco en ese trabajo que tenemos pendiente. La única forma de ponernos a trabajar es cuando entra en acción el Monstruo del Pánico, es decir, cuando tenemos la fecha de entrega encima. “Al final funciona”, explica. La procrastinación crea angustia y frustración, a pesar de que más o menos todos logramos acabar nuestro trabajo a tiempo, señala. 

Aplicaciones 
FREEDOM.
Con ella podemos programar horarios durante los que queremos que el teléfono no emita ningún tipo de notificación y restringir el acceso a las aplicaciones que consideremos nos hacen perder más tiempo.
OFFTIME.
Nos permite bloquear accesos durante períodos completos o restringir notificaciones. También podemos configurar recordatorios que nos muestren cuánto tiempo llevamos mirando el móvil y hacer un seguimiento del mismo.
FOREST. 
Nos muestra en la pantalla del móvil un árbol que va creciendo a medida que pasan las horas sin que miremos el teléfono. Es una manera muy gráfica de ver cómo gastamos tiempo que podríamos aprovechar.
Consejos
- Anotar qué tarea y cuánto tiempo dedicás a cada una. Así tendrás un registro preciso de cuánto tiempo y energía pierdes cada día en cosas sin utilidad.
- Dividí el trabajo en tareas pequeñas y concretas. Hacé lo más pesado al principio.
- Organizate, respetá un horario de trabajo y asigná un tiempo para actividades on line y el uso de redes.
- Hacé lo que conviene y luego hacé lo que te gusta a modo de premio.
- Generá un entorno adecuado y alejado de cualquier fuente de 
distracción para no tentarte.

> Aplicaciones 

- FREEDOM.
Con ella podemos programar horarios durante los que queremos que el teléfono no emita ningún tipo de notificación y restringir el acceso a las aplicaciones que consideremos nos hacen perder más tiempo.

- OFFTIME.
Nos permite bloquear accesos durante períodos completos o restringir notificaciones. También podemos configurar recordatorios que nos muestren cuánto tiempo llevamos mirando el móvil y hacer un seguimiento del mismo.

- FOREST. 
Nos muestra en la pantalla del móvil un árbol que va creciendo a medida que pasan las horas sin que miremos el teléfono. Es una manera muy gráfica de ver cómo gastamos tiempo que podríamos aprovechar.

> Consejos

- Anotar qué tarea y cuánto tiempo dedicás a cada una. Así tendrás un registro preciso de cuánto tiempo y energía pierdes cada día en cosas sin utilidad.

- Dividí el trabajo en tareas pequeñas y concretas. Hacé lo más pesado al principio.

- Organizate, respetá un horario de trabajo y asigná un tiempo para actividades on line y el uso de redes.

- Hacé lo que conviene y luego hacé lo que te gusta a modo de premio.

- Generá un entorno adecuado y alejado de cualquier fuente de distracción para no tentarte.


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