La banda de secuestradores ya había elegido a su tercera víctima

La banda de secuestradores ya había elegido a su tercera víctima

La Policía Federal arrestó a tres acusados y busca a un prófugo.

UNA VÍCTIMA. Margarita Toro fue secuestrada en abril. archivo UNA VÍCTIMA. Margarita Toro fue secuestrada en abril. archivo
14 Junio 2018

Los investigadores los atraparon cuando estaban a punto de perpetrar el tercer ilícito. Una banda que habría cometido cuanto menos dos secuestros extorsivos fue desarticulada por personal de la Agencia Regional de la Policía Federal en una serie de operativos que se concretaron durante la tarde del martes. Al parecer las autoridades estarían buscando a una cuarta persona.

La investigación, dirigida por el fiscal federal Carlos Brito, comenzó en diciembre pasado cuando desde la fiscalía provincial que conduce Washington Navarro Dávila se remitió una copia del expediente de un caso que le llegó a sus manos y por el que debió excusarse, ya que se trataba de un delito de competencia federal.

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El hecho ocurrió el 6 de diciembre pasado. Los acusados se habrían puesto en contacto con un hombre que estaba gestionando la venta de unas acciones del ingenio San Juan. La víctima se reunió con los secuestradores que podrían haber tenido algún tipo de participación en la operación. Lo invitaron a tomar un café en un bar de San Martín al 600 y de allí se dirigieron al domicilio de una persona donde, supuestamente, le entregarían el dinero.

El ejecutivo se subió a un Fiat Siena donde había otros tres hombres. En el trayecto, lo redujeron a golpes y comenzaron a amenazarlo con matarlo si no les entregaba unos $ 2 millones que supuestamente tenía en su poder. De allí lo llevaron hasta un descampado cercano a Bella Vista donde siguieron golpeándolo y torturando psicológicamente: lo amenazaban con asesinarlo y con arrojar su cuerpo a una zanja si no conseguía el monto de dinero que le exigían.

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El damnificado logró convencerlos de que no tenía esa suma de dinero y que tampoco podría conseguirlo a través de sus familiares. Entonces, decidieron hacerlo recorrer varios cajeros para que extrajera un total de $ 7.500. Luego de haber realizado ese raid, lo liberaron.

Otro caso

Mientras se trabajaba en este caso, los investigadores sospecharon de que el mismo grupo había cometido otro secuestro. Confirmaron que ese hecho se había producido en abril de 2017 y la víctima, en esta oportunidad habría sido un martillero.

Los secuestradores, según el expediente, los trasladaron hasta Bella Vista donde lo tuvieron privado de su libertad hasta que acordaron que lo liberarían con el pago de un rescate de $ 100.000. Un pariente entregó esa suma de dinero y después lo terminaron liberando, tal como habían acordado.

Los investigadores de la Policía Federal comenzaron a investigar el caso. Al poco tiempo descubrieron que habían cometido numerosos errores que permitieron su identificación. Por ejemplo, no tomaron ninguna precaución cuando ingresaron a los bancos con la primera víctima: sus rostros fueron captados por las cámaras. “No se los puede catalogar como muy profesionales, pero sí que eran personas muy violentas”, caracterizó una fuente judicial.

El martes, a primera hora, los federales irrumpieron en la casa de cuatro sospechosos en diferentes localidades del interior de la provincia y lograron aprehender a tres de ellos. Ahora se encuentran tras los pasos de un prófugo que se habría desempeñado como chofer del grupo.

Sin conexiones

Pese a que no habría antecedentes de secuestros extorsivos en la provincia, quedó al descubierto que en Tucumán actuaron cuanto menos dos bandas. La que fue desarticulada y la que privó de la libertad a Margarita Toro, que ocurrió en abril pasado.

Esa causa, que no tendría relación con el expediente referido a la banda desarticulada, está siendo investigada por el fiscal Pablo Camuña. También se trató de un secuestro extorsivo, ya que los familiares de Toro, sospechada de dirigir una organización que se dedicaría al narcomenudeo, habrían pagado un rescate de $ 500.000 para que fuera liberada.

“La Jefa”, como la llaman sus parientes, habría denunciado a los integrantes del Clan Acevedo como las personas que la privaron de la libertad y la golpearon hasta que se pagó el rescate.

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