El obispo comparó el drama de las mujeres que abortan con el de los chicos adictos

El obispo comparó el drama de las mujeres que abortan con el de los chicos adictos

Monseñor Sánchez dijo que no busca "criminalizar" sino que pretende "sostener y acompañar a la mujer en conflicto con su maternidad". Las situaciones límite y las encrucijadas.

CONVOCATORIA. El arzobispo monseñor Carlos Sánchez junto a las laicas Mónica Benzi y Gabriela González.  CONVOCATORIA. El arzobispo monseñor Carlos Sánchez junto a las laicas Mónica Benzi y Gabriela González.

“¿Por qué no invertir el dinero que se piensa utilizar en el aborto (libre y gratuito en los hospitales) no en conculcar la vida sino en promoverla? ¿Por qué invertir ese presupuesto previsto para salud pública no en atentar contra la vida de un ser humano (que se gesta en el vientre), sino en salvarla?” se pregunta el arzobispo, monseñor Carlos Alberto Sánchez. “¿Quiénes son los que se enriquecen con el aborto?” vuelve a interrogarse en momentos en que la feligresía se prepara para celebrar la vida en la persona de Jesucristo, en la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, también llamada Fiesta de Corpus Christi.

La celebración del domingo lleva como lema “Presencia que genera vida”. “Esa presencia es Jesucristo que, al ser Eucaristía es alimento y es vida”, explica en la conferencia de prensa de ayer en la Casa Pastoral.

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Monseñor Sánchez aclara que cuando se habla de aborto “no se trata de criminalizar a la mujer, que está en una situación límite por tener que tomar una decisión tan terrible como la de tener o no a su hijo. Lo que debemos hacer es acoger y acompañar a la mujer en esta situación. ¿Pero quien gana con todo esto?”, se pregunta.

“Lo mismo ocurre con el tema de los chicos adictos. El objetivo no es criminalizarlos a ellos sino al dealer y el traficante. De la misma manera no se trata de criminalizar a la mujer sino de invertir en sostener y acompañarla en su conflicto con la maternidad por lo menos uno, dos o cinco años”, propone en una conversación con LA GACETA. “A esa mujer que por razones económicas o de falta de vivienda o por problemas familiares está en duda debemos ayudarla. Promover vida y la calidad de vida. Salvar las dos vidas, la de la madre y la del hijo, porque toda vida vale”, responde utilizando las frases del lema de la Iglesia para oponerse al proyecto de ley que garantiza el aborto legal y gratuito.

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“Si esa mujer sabe que tiene este otro medio (un futuro acompañamiento del Estado) y más opciones de vida, no se va a ver ahogada, en una encrucijada tan fuerte como en la que está ahora, si mata o no a su hijo para poder salvarse”, sugiere.

“Ademas hay otra cosa -señala el arzobispo-: si estamos hablando de políticas públicas no es cuestión de eliminar gente. No hay sobrantes en la Argentina, aquí nadie sobra. Somos un país riquísimo, no podemos decir que está superpoblado. Cuidado con esto -advierte- porque hay organizaciones y mentalidades internaciones mezquinas que nos meten en la cabeza necesitades que no son tales”.

En el Tedéum monseñor había instado a cada diputado por Tucumán a votar a favor de la vida. Seis de los nueve le dijeron que sí. ¿Y el resto? Monseñor sólo responde: “son “representantes del pueblo, no de una opinión partidista. Estamos revestidos para servir a todos”.

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