El entorno de los túneles por Suipacha es deplorable

El entorno de los túneles por Suipacha es deplorable

Lo bueno, lo malo y lo feo conviven a diario en este Jardín de la República que corre el riesgo de perder ese mote, bien ganado en el siglo XIX. Con frecuencia se emprenden proyectos destinados a mejorar la calidad de vida de los tucumanos, pero inexplicablemente quedan en su formulación o no terminan de concretarse.

Ello sucede con los túneles en las calles Córdoba y Mendoza que luego de innumerables promesas de los gobernantes, así como de marchas y contramarchas, se concretaron. La obra permitía perforar el cinturón ferroviario que dividía una zona de la ciudad, en Marco Avellaneda, entre 24 de Septiembre y San Juan, beneficiando el tránsito. El túnel de la Mendoza fue inaugurado el 19 de junio pasado y desde entonces su entorno sobre la calle Suipacha permanece en un estado penoso. El anunciado parquizado nunca se concretó.

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Los vecinos que viven en las inmediaciones se quejan por la inseguridad y la basura. Una señora dijo que la zona se volvió muy peligrosa: “De noche no se puede pasar, se robaron las luces y hay espacios debajo del puente que son peligrosísimos. Estaba muy contenta cuando los inauguraron, pero jamás vi a alguien que cuidara, un sereno o algo parecido”. Otra dama se quejó la basura desparramada entre los yuyos que rodean los túneles: “Solo cruzo el puente por la mañana. Al atardecer o a la noche no me animo. Tampoco ayuda la obra que nunca se terminó”, detalla.

Nuestra crónica publicada en la edición de ayer señala que a Provincia no ha terminado de efectuar el parquizado ni la caminería perimetral, en el espacio ubicado entre los túneles, por Suipacha, montículos de materiales, pasto alto y altas estructuras de hierro, como una enorme pérgola blanca, se destacan en el sombrío paisaje.

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La secretaria provincial de Obras Públicas dijo que se suponía que la Municipalidad se iba a ocupar del parquizado sobre Suipacha, como lo hizo el año pasado sobre Marco Avellaneda, pero que el resto del espacio verde, donde el césped está corto, lo mantiene la Provincia. “Teníamos un acuerdo amable. Hay que retomar las conversaciones”, afirmó. Por su parte el secretario municipal de Gobierno aseguró que las de los túneles es una obra provincial en su totalidad.

Se había acordado que una vez concluidos los túneles, iniciados por la Provincia con fondos nacionales, la Municipalidad se ocuparía del mantenimiento y de la parquización. En julio pasado el secretario municipal de Gobierno sostuvo que entre la Provincia y el municipio se había quedado en firmar un convenio para que este último se hiciese cargo del mantenimiento. “Eso es imprescindible para que podamos destinar recursos... la verdad es que la imagen es penosa”, reconoció en esa oportunidad el funcionario.

Lo cierto es que ese sector es una zona gris de la cual ninguna de las partes se hace responsable. Como sucede a menudo, el único perjudicado es el vecino que debe soportar la ineficiencia de sus representantes. Lo que debería ser un beneficio para la sociedad, por burocracia y por puja política, termina siendo un perjuicio para los habitantes. ¿Habrá que esperar que ocurra alguna desgracia para concluir la obra y luego mantenerla en buen estado? Una vez más, los intereses partidarios parecieran ser más importantes para la clase dirigente que trabajar por el bien común.

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