Para volver a sonreír el domingo, el “Santo” deberá tomar nota y recuperar la memoria

Para volver a sonreír el domingo, el “Santo” deberá tomar nota y recuperar la memoria

EL DT. Rubén Darío Forestello. EL DT. Rubén Darío Forestello.
16 Febrero 2018
Varios pasos hacia atrás
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Para volver a sonreír el domingo, el “Santo” deberá tomar nota y recuperar la memoria  
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la gaceta / foto de antonio ferroni (archivo)
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Más allá de las polémicas en torno a la terna arbitral y los supuestos fallos que inclinaron la balanza a favor de Riestra en el pasado lunes, San Martín no jugó bien y retrocedió varios casilleros en materia de rendimiento, con respecto al primer juego oficial del año, hace casi 15 días, contra Los Andes.
Ahora, ¿fue sólo un dolor de cabeza pasajero, quizás una mala tarde o un simple paso en falso? o ¿es una nueva aparición en escena de un equipo cambiante, de dos caras y que no logra encontrar el equilibrio que necesita una formación con aspiraciones importantes?
Dejando de lado que San Martín jugó condicionado por las tempraneras amonestaciones o que Lucas Comesaña “inclinó” la cancha con algunos pitazos puntuales, lo cierto es que el “Santo” cometió uno y 1.000 yerros. En la jugada que derivó en el penal con el que Riestra se puso 1-0, marcó mal en la pelota parada. Ni tiró la ley del off side ni ajustó la marca a cada jugador rival que pisó el área de Ignacio Arce. Ni una ni la otra. Confusión, penal, gol y 0-1. Todo mal.
Y en el segundo y el tercero tanto tuvo un retroceso para el olvido. Así, como lo lastimaron durante la primera parte del torneo, en Lomas de Zamora los “petisos” del “Blanquinegro” se hicieron un festín con la pelota y los espacios vacíos. San Martín se expuso a las contras y no supo cómo contrarrestarlas. ¿Resultado? Un contundente 0-3, algo no muy usual en Bolívar y Pellegrini.
No es normal que el “Santo” caiga de la manera en que lo hizo el pasado en el “Eduardo Gallardón”. Son de esas derrotas que marcan cosas, como en la pasada temporada cuando perdió por idéntico marcador contra Crucero del Norte. O también en el 4 a 0 con Guillermo Brown de Puerto Madryn. En ese momento, el equipo andaba a los tumbos y el futuro en el torneo parecía incierto.
Por eso, más allá de las polémicas, Rubén Forestello debe tomar nota de cada falencia para mejorarlas de cara al juego del domingo con Estudiantes de San Luis, donde la situación no vislumbra otra alternativa que la de volver a sumar de a tres ante su gente.
A diferencia del duelo contra el “Milrayitas”, contra Riestra al “Santo” le faltaron atributos importantísimos, casi esenciales poder dar el salto de calidad en el torneo y meterse de lleno en la lucha por uno de los boletos que conducen a la elite del fútbol nacional. Es más, al igual que en la pasada temporada, perdió otro juego clave: si ganaba, quedaba a dos puntos de la cima.
“Aprender de los errores” o “no tropezar dos veces con la misma piedra”, son dos refranes populares que deben servir en La Ciudad la de cara al futuro en el torneo. Volver a ganar en casa y recuperar la buena faceta como equipo son dos misiones que no pueden esperar. Mucho menos después de semejante paso en falso.
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HOMBRES TRABAJANDO. Forestello charla con sus colaboradores acerca de los puntos que debe corregir el “Santo” para no tener otra mala tarde como la del lunes.
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Faltó personalidad
A diferencia del juego contra Los Andes, San Martín comenzó a perder el juego desde lo mental. Nunca pudo sobreponerse ni a los pitazos en contra ni al flojo nivel de su juego. Recuperar ese punto es crucial.
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El ataque, un suspiro
El “Santo” tuvo la posesión de la pelota casi todo el segundo tiempo. Eso sí, a diferencia de lo que pide su DT, lateralizó el juego y no generó chances claras para que definan sus delanteros.
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Los relevos no funcionaron
Matías García y Gonzalo Rodríguez cambiaron la ecuación en el partido contra Los Andes. En Buenos Aires, aportaron poco y nada; se contagiaron del nivel y el nerviosismo general y terminaron cayendo en un pozo.
============LG28 TIT (12144472)============
Los viejos errores defensivos
Si bien fueron casos puntuales, el equipo mostró fragilidad cuando el rival lo puso en aprietos. Se desvencijó del medio hacia atrás y otorgó licencias que deben quedar de lado si pretende ser protagonista del torneo.

Más allá de las polémicas en torno a la terna arbitral y los supuestos fallos que inclinaron la balanza a favor de Riestra en el pasado lunes, San Martín no jugó bien y retrocedió varios casilleros en materia de rendimiento, con respecto al primer juego oficial del año, hace casi 15 días, contra Los Andes.
Ahora, ¿fue sólo un dolor de cabeza pasajero, quizás una mala tarde o un simple paso en falso? o ¿es una nueva aparición en escena de un equipo cambiante, de dos caras y que no logra encontrar el equilibrio que necesita una formación con aspiraciones importantes?

Dejando de lado que San Martín jugó condicionado por las tempraneras amonestaciones o que Lucas Comesaña “inclinó” la cancha con algunos pitazos puntuales, lo cierto es que el “Santo” cometió uno y 1.000 yerros. En la jugada que derivó en el penal con el que Riestra se puso 1-0, marcó mal en la pelota parada. Ni tiró la ley del off side ni ajustó la marca a cada jugador rival que pisó el área de Ignacio Arce. Ni una ni la otra. Confusión, penal, gol y 0-1. Todo mal.

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Y en el segundo y el tercero tanto tuvo un retroceso para el olvido. Así, como lo lastimaron durante la primera parte del torneo, en Lomas de Zamora los “petisos” del “Blanquinegro” se hicieron un festín con la pelota y los espacios vacíos. San Martín se expuso a las contras y no supo cómo contrarrestarlas. ¿Resultado? Un contundente 0-3, algo no muy usual en Bolívar y Pellegrini.

No es normal que el “Santo” caiga de la manera en que lo hizo el pasado en el “Eduardo Gallardón”. Son de esas derrotas que marcan cosas, como en la pasada temporada cuando perdió por idéntico marcador contra Crucero del Norte. O también en el 4 a 0 con Guillermo Brown de Puerto Madryn. En ese momento, el equipo andaba a los tumbos y el futuro en el torneo parecía incierto.

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Por eso, más allá de las polémicas, Rubén Forestello debe tomar nota de cada falencia para mejorarlas de cara al juego del domingo con Estudiantes de San Luis, donde la situación no vislumbra otra alternativa que la de volver a sumar de a tres ante su gente.

A diferencia del duelo contra el “Milrayitas”, contra Riestra al “Santo” le faltaron atributos importantísimos, casi esenciales poder dar el salto de calidad en el torneo y meterse de lleno en la lucha por uno de los boletos que conducen a la elite del fútbol nacional. Es más, al igual que en la pasada temporada, perdió otro juego clave: si ganaba, quedaba a dos puntos de la cima.

“Aprender de los errores” o “no tropezar dos veces con la misma piedra”, son dos refranes populares que deben servir en La Ciudad la de cara al futuro en el torneo. Volver a ganar en casa y recuperar la buena faceta como equipo son dos misiones que no pueden esperar. Mucho menos después de semejante paso en falso.

Faltó personalidad

A diferencia del juego contra Los Andes, San Martín comenzó a perder el juego desde lo mental. Nunca pudo sobreponerse ni a los pitazos en contra ni al flojo nivel de su juego. Recuperar ese punto es crucial.

El ataque, un suspiro

El “Santo” tuvo la posesión de la pelota casi todo el segundo tiempo. Eso sí, a diferencia de lo que pide su DT, lateralizó el juego y no generó chances claras para que definan sus delanteros.

Los relevos no funcionaron

Matías García y Gonzalo Rodríguez cambiaron la ecuación en el partido contra Los Andes. En Buenos Aires, aportaron poco y nada; se contagiaron del nivel y el nerviosismo general y terminaron cayendo en un pozo.

Los viejos errores defensivos

Si bien fueron casos puntuales, el equipo mostró fragilidad cuando el rival lo puso en aprietos. Se desvencijó del medio hacia atrás y otorgó licencias que deben quedar de lado si pretende ser protagonista del torneo.

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