“No se habló de jueces de Paz”

“No se habló de jueces de Paz”

El ministro de Gobierno no descartó a los legos para ciertos parajes

13 Febrero 2018

El Gobierno está dispuesto a avanzar con la cobertura de vacantes en la Justicia ordinaria, pero mantendrá el statu quo respecto de las acefalías de la Justicia de Paz, donde un tercio de los cargos quedará libre cuando se concreten seis jubilaciones iniciadas en 2017. “Todavía no analizamos la situación de la Justicia de Paz. No se habló de ello en el Poder Ejecutivo”, dijo Regino Amado, ministro de Gobierno y Justicia, en el mismo intercambio en el que anunció que en marzo iban a definir todas las ternas disponibles para los Tribunales ordinarios y que el miércoles enviará los decretos que posibilitarán el juramento de cinco magistrados (se informa por separado).

Amado expresó que la situación de la Justicia de Paz era diferente. Esta institución sigue mayoritariamente integrada por jueces legos, pese a que desde 2004 existe una ley -no reglamentada- que abraza el modelo letrado. “Nuestra idea es nombrar una mayoría de jueces de Paz abogados, pero hay que ver caso por caso porque no sé si muchos abogados estarán dispuestos a trabajar en Ancajuli. Quizá en ese tipo de localidades convenga seguir con los legos”, propuso Amado. Por su cuenta, el ministro público Edmundo Jiménez comentó que el juez de Paz lego había quedado obsoleto y que había que nombrar abogados (se informa por separado).

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El Poder Ejecutivo interrumpió la cobertura de vacantes de la Justicia de Paz en 2013. Como consecuencia de ello, 17 de los 72 cargos estaban acéfalos en octubre pasado (Lules, Colalao del Valle, Río Colorado, El Bracho, Raco, Teniente Berdina, Monteros, Tafí del Valle, Villa Clodomiro Hileret, Villa Padre Monti, Río Seco, Las Talitas, Tacanas, Leales, Simoca, Santa Cruz y Ranchillos). En agosto de 2016, 15 de los 72 juzgados de Paz carecían de titular. Y, cuando se jubilen los jueces que ya iniciaron los trámites, habrá 23 oficinas libres: una de cada tres. El acceso a los puestos de ese ámbito depende de una decisión discrecional (sin concurso) del titular del Poder Ejecutivo que ha de ser avalada por la Corte.

La escasez de jueces de Paz ocasiona trastornos de todo tipo tanto a las comunidades que carecen de funcionarios como a las que los tienen. Ocurre que los que están en funciones se ven obligados a “tapar los huecos”. “Algunos tienen a cargo hasta tres jurisdicciones. Prestan el servicio de reemplazo de manera gratuita porque el Estado sólo les reconoce los gastos de transporte. Pero aún en estas circunstancias difíciles, ningún juzgado de Paz está cerrado”, había comentado Raúl Fernando Scrocchi, secretario de la Inspección de la Justicia de Paz

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“Me parece tremendo, y lo digo con todas las letras, que no haya nombramientos de jueces de Paz. Hace muchos años que arrastramos esta situación y no es tan compleja. Dadas las circunstancias, las designaciones deberían ser rápidos”, había opinado Daniel Posse en noviembre, al ser elegido presidente del alto tribunal. En esa ocasión, el vocal dijo que había que abrazar el esquema de la Justicia de Paz letrada.

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