Aunque en Tucumán no pegó tan fuerte como otras veces, el Dakar sigue despertando pasiones

Aunque en Tucumán no pegó tan fuerte como otras veces, el Dakar sigue despertando pasiones

MAJESTUOSO. Esta imagen del fotógrafo Eric Vargiolu ganó el premio “Emilie Poucan” a la mejor fotografía del Dakar 2018.  MAJESTUOSO. Esta imagen del fotógrafo Eric Vargiolu ganó el premio “Emilie Poucan” a la mejor fotografía del Dakar 2018.
22 Enero 2018

Habiéndose apagado ya hasta el último motor de la décima edición del Rally Dakar en Sudamérica, se puede ya arribar a ciertas conclusiones. La primera es que, pese a haber perdido ya el factor sorpresa y con ello algo de frescura, la competencia no sufre la crisis de los 40 y sigue gozando de buena salud en las preferencias del público argentino. De hecho, Argentina es el único país que ha estado religiosamente presente en cada una de las 10 ediciones que la carrera más extrema del mundo lleva disputadas en el continente. Y eso es mucho decir: desde su mudanza en 2009 por amenazas de Al Qaeda, el Dakar acumula ya más de 90.000 kilómetros recorridos en suelo americano, suficientes para darle vuelta al planeta dos veces.

Como siempre, la pregunta a estas alturas es si la aventura continuará en Sudamérica o no, y hasta cuándo. El asunto interesa tanto a los fanáticos de los fierros como a quienes la defenestran a caballo de su impacto ambiental. Al respecto, Etienne Lavigne (léase, el dueño del circo) no pierde oportunidad de repetir en perfecto español que aquí se siente muy cómodo, pero no esconde su deseo de algún día volver a África, aunque sea de forma intercalada.

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A diferencia de otras ediciones, el Dakar 2018 no quedará particularmente grabado en la memoria de los tucumanos. Amén del abandono forzoso del yerbabuenense Ricardo Neme por problemas físicos de su navegante, la competencia apenas si rozó un brazo de la provincia a velocidad crucero durante la décima etapa, demasiado poco en comparación de otros años, en los que el contacto fue mucho más cercano e intenso. Sin ir más lejos, el año pasado hubo vivac en Tucumán, y en 2013, el hipódromo cobijó el día de pausa de la competencia, un suceso de alto impacto turístico.

Sin dudas, la participación de un piloto tucumano con el soporte de un equipo grande (como sí lo tiene el salteño Kevin Benavides, con Honda) movería más el amperímetro hoy en día, que ya ha dejado de ser novedad. Por lo pronto, sólo queda esperar que el Dakar nos siga regalando imágenes espectaculares como la adjunta a esta columna. Y, ya que estamos, que Marc Coma se acuerde de Tucumán a la hora de elaborar el trazado 2019.

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