Dentro de la cabeza del “Ruso” Zielinski

Dentro de la cabeza del “Ruso” Zielinski

¿Qué quiere el técnico de Atlético del equipo?

UN DESCANSO ENTRE TANTA INDICACIÓN. Zielinski observa callado un pasaje del partido ante Arsenal, el último viernes.  foto de IGNACIO IZAGUIRRE - especial para la gaceta UN DESCANSO ENTRE TANTA INDICACIÓN. Zielinski observa callado un pasaje del partido ante Arsenal, el último viernes. foto de IGNACIO IZAGUIRRE - especial para la gaceta

El Atlético modelo 2018 es, como todos los equipos en el receso, un modelo para armar. Por una cuestión de inmediatez, porque los hinchas son hinchas las 24 horas también en la pretemporada, la sequía goleadora se llevó los titulares de los diarios y las portales, pero es posible que la mayoría de esos hinchas no recuerde los resultados de los amistosos de Atlético en el verano 2017: lo que importa comenzará el lunes 29 a las 19, contra Temperley en el regreso de la Superliga.

Entrenamientos como el del jueves en Sarandí (0-0), también sirven para escuchar a Ricardo Zielinski en estado puro. Fue un ensayo a puertas abiertas, ante 100 hinchas y un puñado de periodistas, en el que el técnico dio indicaciones permanentes a los jugadores, casi una por minuto. El clima familiar del estadio permitió enterarse qué quiere Zielinski de su equipo, un escenario irrepetible en los partidos oficiales (por el griterío de la multitud) y en los ensayos a puertas cerradas. Un técnico sin filtro que busca variantes para que Atlético llegue al gol perdido.

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Si un equipo fuera “dime a qué futbolista más le habla tu técnico y te diré a qué juegas”, el termómetro de Atlético debería ser -o es- Rodrigo Aliendro. El DT le habló al volante en ofensiva y defensiva de forma constante. “‘Rodri’, ahí estamos”, felicitándolo cuando presionó la salida de Arsenal, o “‘Rodri’ no mires”, una especie de reto para que tuviera más participación en una jugada de ataque, o “jugá, ‘Negrito’”, dándole confianza en un avance, o “seguilo seguilo” cuando el volante local le había ganado la zona, o “encará, encará” cuando se iba con pelota dominada hacia al arco de Arsenal. Convertido en el eje, en la puerta giratoria entre la defensa y el ataque, Aliendro fue el mejor de Atlético en un partido con pocas luces.

Con Nery Leyes, en cambio, Zielinski tuvo menos diálogo, como si descansara en todo lo que el número 5 ya sabe de su puesto, pero igualmente fue interesante un pedido ofensivo que le hizo: “Nery, acompañá la jugada casi como enganche”, le pidió el técnico al “5” cuando Favio Álvarez había desbordado por izquierda y envió un centro al área rival con muy poca presencia de sus compañeros. Una felicitación posterior de Zielinski, “¡bien presionado!”, es más esperable en su repertorio habitual.

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Sigue apostando por Melo

Pero si un equipo además se construye (y llega al gol) con pequeñas sociedades, en el amistoso del viernes quedó claro que el entrenador espera mucho de la conexión entre Guillermo Acosta y Alejandro Melo por la derecha. “Tenés 2-1 afuera, ‘Loco’”, “Hablale que estas solo, ‘Loco’”, le gritó al ex Chicago en un par de veces en que Acosta se sumaba al ataque desde su posición de lateral derecho. También repitió esas indicaciones con el “Bebé”: “Acelerá 2-1 por afuera” y “llevátelo”, para que le hiciera espacio a Melo.

Pero ese 2-1 dio más frutos en un ataque por izquierda. Necesitado de variantes, Zielinski también le pidió a Cristian Villagra que se sume al ataque. “Llegá un poquito, ‘Kity’”, le dijo primero, y más tarde, en el mayor festejo del técnico durante el partido, tras una buena pared con Álvarez que terminó con un desborde del lateral hasta el fondo y un centro atrás, Zielinski gritó: “Andá ‘Kity’, eso es”.

Pero acaso el grito con el que más habrían coincidido los hinchas, si hubieran estado en la cancha, fue uno del final, cuando Atlético pisó el área de Arsenal en una jugada enmarañada en la que ninguno de sus jugadores pudo rematar. “Termínenla ahí, no hay otro pase”, dijo Zielnksi, básicamente un “pateen al arco”. O, dirían los hinchas, “hagan un gol”. Aunque lo que importa comience en ocho días, y el técnico tenga variantes.

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