Tucumán sigue sin tener un consejo de seguridad vial

Tucumán sigue sin tener un consejo de seguridad vial

En los últimos años, los fines de semana vienen cosechando un triste protagonismo vial: lesionados y muertos engrosan las estadísticas y los cementerios. Los motociclistas se han convertido en los personajes salientes de esta penosa historia. De acuerdo con algunos registros, en siete de cada 10 accidentes, ellos están involucrados. Fueron cuatro los motociclistas muertos este fin de semana; dos de los percances se registraron en Banda del Río Salí, sobre la ruta 306; un tercero a la altura del puente del dique La Angostura, en los valles y el cuarto, en la ruta 306 y Camino del Carmen.

El 18 de octubre pasado, LA GACETA divulgó cifras oficiales, que indicaban que de los 17.800 involucrados en accidentes en 2017, el 80% (unos 14.240) eran motociclistas. A su vez, el 80% de esos motociclistas (unos 11.400) circulaban sin casco. Un especialista en seguridad vial dijo que el motociclista cree que nunca le va a pasar nada. En su opinión, más que una campaña de spots publicitarios para generar conciencia, al tucumano hay que ponerle más controles porque más miedo le genera que le quiten los vehículos que morirse.

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El secretario provincial de Transporte dijo en esa oportunidad que se hallaban trabajando sobre cuatro puntos para reducir los accidentes de tránsito: concientización, prevención, control y sanción, y agregó que sin prevención no servía la mano dura. Informó que se envió un proyecto a la Legislatura para crear el Consejo Provincial de Seguridad Vial, integrado por todos los municipios. “Lo que se busca es reducir los siniestros viales y desterrar la palabra ‘jurisdicción’. No mirar para el costado cuando sucede algo, sino sentarnos todos en la misma mesa. Lo fundamental es trabajar coordinados; necesitamos la colaboración de los municipios y son contados los que hacen trabajos de seguridad vial y alcoholemia”, afirmó.

La Ley Nacional de Tránsito que entró en vigencia en 1994 y a la cual Tucumán se adhirió recién en 2008, ya proponía la conformación de un consejo provincial de seguridad vial. En julio de 2010, como ocurrió a nivel nacional, Tucumán lanzó una nueva licencia de conducir y la aplicación de un sistema de puntaje, denominado scoring, con el objetivo de combatir la arraigada transgresión y de hacer descender el índice de accidentes y de muertes. Los interesados debían rendir un examen teórico-práctico de 40 preguntas con el sistema multiple choice, de las que debían responder correctamente el 90% como mínimo. Debían estudiar un manual de 117 páginas. Con el nuevo régimen iban a desaparecer las licencias de conducir que entrega cada municipio y habría un carnet único. Por otro lado, se verificarían los antecedentes personales (policiales o judiciales) para conceder la licencia; se unificarían las sanciones y las multas y los datos se asentarían en un Registro Nacional de Antecedentes de Tránsito. Para que el sistema funcionara todos los municipios debían estar adheridos, pero ello no ocurrió.

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En 24 años, Tucumán no ha podido -o querido- conformar este consejo, posiblemente a causa de los intereses en juego de cada municipio que verían su recaudación disminuida. Lamentablemente esta realidad muestra que a nuestros representantes los entusiasma más defender su jurisdicción y recaudar, que educar y velar por la seguridad y salud de los tucumanos.

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