La amenaza del desierto

Arden los dedos, y los ojos, de tanto mensaje de Whatsapp que circula en los últimos días. Y no con salutaciones por las Fiestas, sino por la interna del oficialismo que avanza en las penumbras con prisa y sin pausa.

La última novedad fue un mensaje relatando lo que habría sido el pedido del matrimonio Alperovich-Rojkés para que el titular de la Juventud Peronista dé un paso al costado. Con un “hola traidor”, habrían recibido a Guillermo Usandivaras, que habría estado acompañado de otros integrantes de la JP. En el texto que se leyó en los celulares se dice que al joven le habrían endilgado el título de “jaldista”. “Con (Juan) Manzur todo bien, pero que con (Osvaldo) Jaldo y Darío (Montero) todo mal”, añade el escrito que empieza con el célebre “compañero”. Eso devino en una frase que -afirman- ya es una marca registrada del ex gobernador en los últimos tiempos: “si jugás mal en 2019 vas a tener solo el desierto por delante”.

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Lo que no dice el Whatsapp es que todo habría ocurrido en la “sede partidaria” de San Lorenzo al 200. ¿El PJ cambió de dirección?

Luego de ese texto, hubo audios e interpretaciones diversas respecto de lo que habría pasado con Usandivaras, que tendría un cargo en la Legislatura. Autoridades del PJ interpretaron -vía audio whatsappero- que tenía que ver con un documento tibiamente crítico que habrían emitido en contra de la reforma previsional y, por ende, del apoyo del Gobierno provincial a esa medida. En marzo se concretaría la renuncia del líder de la JP.

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Como sea, el mensaje de fondo es más profundo y algunos ya no tienen dudas: Alperovich vuelve. Sus conversaciones y negociaciones no tienen que ver con el partido que lidera su esposa, sino con la dirigencia en general. El ex mandatario se toma el trabajo de hablar con dirigentes de menor y de mayor valía para avisarles lo que les espera a los que no “jueguen bien”. Que Mariano Campero haya logrado desbloquear el Concejo Deliberante también lo relacionan con el antecesor de Manzur. Los concejales que terminaron apoyando a los hombres del intendente de Yerba Buena son peronistas-alperovichistas y los que no querían que el cuerpo sesione respondían al jaldismo peronista-radical.

¿Y Manzur? Ahí está, al borde del cuadrilátero, orejeando cartas. No salió a apoyar frontalmente los últimos movimientos de su vicegobernador, pero mantuvo un prudente silencio al respecto. Tampoco habla de Alperovich, ni a favor ni en contra. Una consultora con clientes políticos fijos en Tucumán ya comenzó a medir la dupla Manzur-Alperovich. Ese binomio, en ese orden, permitiría quitar del medio a Jaldo sin un gobernador que se vea obligado -o resista- no luchar por su reelección. ¿O será al revés? Resulta difícil imaginar a un José Jorge de segundo de alguien, pero más improbable que el tres veces gobernador se resigne a perder ante quien le mojó la oreja.

Jaldo aguarda su momento, pese a que ya mostró casi todas sus cartas y el horizonte le exhibe un pronóstico opuesto a los habitulamente erráticos del clima: casi sin sorpresas. Depende de un Manzur que esté dispuesto a cometer un parricidio político-electoral. O de un ¿inesperado? aliado que provenga del peronismo opositor.

El silencio del unicato manzurista es sugestivo y abre especulaciones sobre el futuro. ¿Habrá más de una lista “oficialista”? ¿Con cuál líder se aliará cada dirigente territorial? ¿Una ruptura terminaría entregando el triunfo a Cambiemos? ¿O una de las partes acumulará gran parte del poder de fuego del peronismo y condenará al olvido al otro sector?

En definitiva, el desierto puede ser el que promete Alperovich o terminar él mismo -y los suyos- deambulando por la solitaria arena.

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