Cartas de lectores
23 Diciembre 2017

Calidad del transporte público

Utilizo a diario el transporte público al igual que millones de ciudadanos de nuestro país. Para muchos es fundamental para poder llegar a tiempo a nuestro trabajo. Sin embargo, los dueños de las empresas, encargados de otorgar un servicio eficiente, no siempre cumplen con su deber. Por lo que en muchas ocasiones, viajar en colectivo se vuelve cansador y a veces hasta inhumano. Es inaccesible para las personas con discapacidad; a las unidades les falta higiene y la impuntualidad son algunas de las características de nuestro transporte público. Es hora de encontrar la piedra angular para la ineficiencia de este servicio. Como pasajera deseo para todos una movilidad urbana sustentable que tenga como objetivos fortalecer el sistema de transporte público con criterios de modernidad, calidad, suficiencia y eficiencia. Pretendo, como todos, unidades accesibles para los discapacitados, mayor seguridad, renovación de unidades, mecanismo de control, calidad del servicio y esquemas de capacitación a choferes para mejorar el servicio. Otro anhelo, que seguramente comparten muchas familias, es que se amplíe a otros sectores el boleto estudiantil gratuito. Pero además del pedido a los empresarios, también está para las autoridades. Los usuarios de colectivos queremos que se invierta en infraestructura, como los refugios, alumbrado público eficiente en las paradas y mantenimiento de las calles donde circulan las unidades. Además, es importante la señalización vertical y horizontal, una central de monitoreo y la refacción y construcción de rampas para discapacitados. Todo ello a fin de congeniar las necesidades de desplazamiento de los ciudadanos con la calidad de vida y el medio ambiente, sin que ello suponga limitar el potencial de desarrollo que dichas actividades generan, ni restringir el derecho de las personas a un transporte de calidad.

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Nélida Anastasio

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Polémica reforma previsional

A fines de 1923, el gobierno radical de Alvear había decidido impulsar una ley de jubilaciones. El proyecto, sin embargo, va a encontrar una cerrada oposición en el conjunto del movimiento obrero de la época. La central gremial, Unión Sindical Argentina (USA), votó entonces en sus congresos la lucha por impedir su efectivización. Establecía un régimen jubilatorio que era financiado con el descuento del 5% del salario a cargo de cada obrero y de otro 8% a cargo del empleador. Las cajas estaban regidas por un directorio mixto a cargo de representantes del estado, de los afiliados a las cajas y de la patronal. El conjunto del movimiento obrero se opuso al descuento de los salarios a cargo de los obreros. El 3 de febrero de 1924, 30.000 trabajadores realizaron un acto frente al Congreso. El gobierno se vio obligado a postergar la entrada en vigencia de la ley, en un momento en que arreciaban las huelgas obreras (textiles y otras). Pero a mediados de marzo, el gobierno anunció que comenzaría con los descuentos a partir del primero de abril. La respuesta obrera no demoró. A fines de ese mes, ya había numerosos gremios en huelga. Algunas tripulaciones de barcos obligan a las patronales, a través de esa huelga, a devolver los aportes descontados. El congreso de la USA decide encabezar los actos por el primero de mayo con este reclamo y declarar la huelga por tiempo indeterminado si el gobierno no retrocedía, a partir del 3 de mayo. En el acto que se realizó en la Plaza San Martín participaron más de 40.000 trabajadores. La huelga comenzó el 2 de mayo y al otro día se hizo general. El 5 de mayo las cámaras empresariales deciden decretar un “lock out” en una acción que apunta a terminar de cuajo con el intento de establecer un régimen jubilatorio, ante la perspectiva de que los obreros pudieran imponer uno financiado exclusivamente por los patrones. Los trabajadores rechazaron el “lock out” y profundizaron la movilización. Hubo gran número de detenidos, choque entre huelguistas y policías y locales clausurados. El 8 de mayo la USA levanta la huelga general, previa libertad de los detenidos, cuando el gobierno posterga la vigencia de la ley y propone que el Parlamento discuta su modificación. La USA no rechazaba la jubilación, sólo el descuento obrero. La oposición de la USA “no está determinada por el repudio a la jubilación. La contribución a las cajas, a costa de los salarios, significa reducir la mezquina pitanza de los hogares proletarios” (Historia del movimiento sindical argentino, Sebastián Marotta). Cuando el gobierno ofrece negociar, “la USA declara que ya había manifestado cuáles eran las condiciones para aceptar la ley”. No se negaba a discutir la ley. La Federación Obrera Marítima, uno de los sindicatos más importantes y que tenia discrepancia con la dirección de la USA, había declarado que “prepararía al gremio para que por sus propios medios obligase a los armadores a hacerse cargo de la contribución. Trataría además que este principio estuviese consagrado en la ley orgánica”. El periódico de la USA, Bandera Proletaria, destacaba finalmente la autorización que la ley otorgaba para que el 50% de los fondos de las cajas pudiesen ser invertidos en títulos de rentas nacionales. Esta es la verdadera causa del interés de Alvear por las jubilaciones: financiar con el aporte obrero los déficit estatales y ofrecer capital para operaciones especulativas.

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Pedro Pablo Verasaluse

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Noche de paz, amor y verdad

Frente a la proximidad de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, quisiera expresarles mi pensamiento acerca de esta tierra en la que vivimos, creamos, trabajamos, donde criamos a nuestros hijos y participamos en su construcción de forma activa. Para ello, recurro a un conocido autor y luego, desde mi modesto pensamiento, lo que deseo para ella. “Que el calendario no venga con prisa./Que el diccionario detenga las balas./Que gane el quiero la guerra del puedo./Que los que esperan no cuenten las horas./Que el fin del mundo pase las horas bailando./Que las verdades no tengan complejo./Que las mentiras parezcan mentiras./Que cada cena sea tu última cena./Que ser valiente no sea tan caro./Que no te compren por menos de nada./Que no te vendan amor sin espinas./Que los otoños te doren la piel./Que el corazón no pase de moda...”, (Sabina). Yo agrego: no perdamos jamás el amor y la libertad, y mucho menos la libertad intelectual. Este es un árbol a veces de raíces amargas pero siempre da frutos muy dulces y placenteros que ineludiblemente llegan. Que cada uno llegue a ser su amo intelectual y político, como decía Paracelso: “No sea de otro quien pueda ser de sí mismo”. Que haya esperanza, dignidad, vocación de trabajo útil, fraternidad, amistad e ideales compartidos. Que no nos olvidemos de alguien que se hizo hombre para redimir al mundo dijo: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos…”. Y esto nos concierne profundamente en lo material y en lo espiritual. La vida es una hermosa existencia en la que deben reinar el amor y la verdad. Reciban todos un gran abrazo y mi deseo de una Nochebuena en paz y un próspero año.

Armando Pérez de Nucci

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Las críticas y la convivencia

Vivimos en una época muy confusa. Criticamos lo que creemos que está mal porque queremos que todo marche bien. Pero nuestras críticas miradas solo atienden lo que está frente nuestro. En la situación actual es difícil encontrarle sentido a la enorme crisis en que estamos sumergidos. La violencia escondida aparece casi siempre por donde menos se la espera. No solo tras las inseguridades; también en las relaciones sociales y en las personales, y mucho más en las económicas. Aparece tras la discriminación y empaña el mundo con su injusticia. Existen dos formas de pensamiento y solo dos bandos: el de quienes apoyan con su nihilismo temeroso a los buitres que tienen sumido a más de la mitad del mundo en la miseria, y el de quienes utópicos, quieren rebelarse contra una forma de vida injusta. Son quienes afirman que no existe la Justicia, porque consideran totalmente injusto que siendo la vida humana lo más importante, tenga que haber seres humanos en nuestro país pasando hambre, necesidades o pobreza. Deberíamos instar siempre a una convivencia justa y en paz, pidiendo a todos que nos traten como queremos y merecemos ser tratados.

Javier Astigarraga

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La falta de autoridad pública

El drama de Tucumán es la falta de autoridad. Según la añeja pero vigente definición, “autoridad es la persona que conoce profundamente todas las normas tanto orales como escritas, las cumple y las hace cumplir”. De ahí que los sociólogos señalen que la debacle observada en nuestra ciudad sea la falta de autoridad desde los hogares y, por ende, fruto de esta carencia de poder ciudadano, cada quien hace lo que le viene en ganas. Esto, progresivamente, se ha “culturizado” en la capital tucumana y convirtió las calles en mercados -llenas de vendedores ambulantes-, cafeterías -las estructuras ocupan además parte de la vereda- y estacionamiento de vehículos (proliferan en todas “trapitos” o cuidadores no autorizados-. Pasando al orden provincial, a la falta de autoridad se agrega la estafa política. Y esta definición , considerada como delito, dice que se trata de “un engaño o abuso de confianza como medio con el fin de obtener diferentes tipos de ganancias, no sólo económica”. Tal el caso de un funcionario que finge como autoridad, sin renunciar a su cargo, ser el candidato con la consigna de defender en el Parlamento a toda la comunidad. Tras el triunfo electoral, no asume su responsabilidad y encarga a otro -por el que no se votó- la misión. Esto es una estafa pública. Sería importante que tanto las autoridades municipales como las provinciales corrijan el rumbo de la responsabilidad política de sus gestiones, porque si esa falta de autoridad genera desconfianza, muy pocos van a creer que esa conducta en el ámbito oficial sea distinta a la que puedan tener en el privado.

Fernando Sotomayor

Juan B. Alberdi 139

San Miguel de Tucumán


Una nueva Navidad en mi país

¡Despierta Argentina! Ya pasó la noche. Esa noche oscura, de odio y rencor. Se apagaron fuegos, en los corazones. Hoy, a vos te buscan, las manos de Dios. Tenés esta tierra, que nadie la tiene. Tenés esos ríos y aquel ancho mar. Tenés las montañas, llenas de tesoros. Tenés muchos hombres, que aman la paz. Aquella bandana, de colores puros, tiene una tristeza, en un brillante sol. La luz no es la misma, le falta alegría. Renovemos fuerzas, en el corazón. El tiempo que viene, que sea otro tiempo. Donde sobren brazos, saludos y luz. Donde nuestros plazos sean arco iris. Donde haya un pesebre, también una cruz. Donde haya niños, cantando y jugando. Donde nuestros viejos estén vivos, hoy. Donde en nuestra Patria, no se pierdan vidas. Donde todo, todo, se haga con honor. Llegaron las fiestas, y se acaba el año. Que esta Nochebuena y la Navidad renueven la vida, aquí, en mi Argentina. Y todos unidos, vivamos la paz. Que el pesebre humilde de aquel Niño Santo, encienda las luces al buen corazón. Encienda la vida, en sendas y calles. Madure la historia, en nuestra Nación.

Tarcisio Luis Agustín Agüero

Juan José Passo 740

San Miguel de Tucumán

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