Un consejo, un plazo y una apuesta

El paso del año electoral se llevó consigo la virulencia política. Al punto que el cierre de este 2017 encuentra a los referentes tucumanos del oficialismo y de la oposición enfrascados más en sus asuntos que en los de sus rivales. Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, por caso, avanzan en el rediseño de una gestión que tenga menos resabios alperovichistas para encarar la segunda mitad del mandato y con más atención puesta en las cuestiones nacionales que en las rencillas locales con los dirigentes de Cambiemos.

A su regreso de Estados Unidos, y en los pocos días que estuvo en Tucumán, el gobernador oficializó los pocos cambios que se vislumbraban en su estructura de gobierno. No hubo sorpresas porque, a lo largo de estos dos años, Manzur demostró que no es un hombre que vaya a deslumbrar con sus movimientos repentinos. Todo lo contrario. Sí hubo un detalle que pasó desapercibido en aquellas designaciones de principios de mes: el arribo del comisario retirado Miguel Gómez a la Secretaría de Seguridad. El ex jefe de la División de Homicidios de la Policía llegó al cargo por recomendación expresa del ministro fiscal de la Corte Suprema de Justicia, Edmundo Jiménez. Aquel domingo 3, durante la tarde, el propio Manzur intercambió llamadas con el ex ministro de Gobierno, con quien había compartido gabinete durante los primeros años de alperovichismo. Puntualmente, le requirió a “Pirincho” que le sugiriera nombres de abogados que puedan llegar a esa cartera y mantener una fluida relación con los fiscales penales. Jiménez, en cuestión de horas, le propuso convocar a Gómez, quien venía desempeñándose en el Equipo Científico de Investigación Fiscal del Poder Judicial. Manzur, sin muchas dudas, aceptó el nombre.

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Este dato cobra actualidad por un hecho que tuvo lugar ayer y que muchos dirigentes del peronismo relacionaron: la designación de la abogada Eleonora Rodríguez Campos como subsecretaria Legal y Técnica de la Fiscalía de Estado. La nueva funcionaria es sobrina de Jiménez. No obstante, en Casa de Gobierno aseguraron durante la tarde de ayer que se trata de una mera coincidencia y que nada ata un nombramiento a otro. En rigor, es empleada de planta de ese organismo desde hace más de una década y ya venía trabajando como directora adjutora.

Contando bancas

No habrá en el corto plazo nuevas modificaciones en el gabinete de Manzur. Se avecina un 2018 sin elecciones y con mucha incertidumbre en cuanto al ingreso de recursos a las provincias. Por eso, al gobernador le preocupa más en este momento plantarse en el escenario nacional como uno de los interlocutores más influyentes de los gobernadores peronistas. Para eso, el primer paso a lograr es aportarle cuatro diputados al interbloque Argentina Federal.

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Ya descartado el bellavistense Marcelo Santillán, que decidió quedarse con el kirchnerismo, el mandatario apuesta a sumar en las próximas semanas a la cristinista Alicia Soraire. Hubo varias reuniones con la tucumana que llegó a la banca por su pasado en Santa Cruz con Alicia Kirchner. Ayer fue la última. Soraire aún duda, a pesar de que está más cerca de incorporarse a una bancada con Pablo Yedlin, José Orellana y Gladys Medina que de continuar dentro del Frente para la Victoria. Antes de fin de año, la votación en la Cámara Baja de la reforma fiscal y previsional que impulsa el macrismo, que rechaza el kirchnerismo y que negociaron los gobernadores, la expondrá a tomar una definición política.

Oficialistas y opositores bajarán las armas durante 2018, al menos en la disputa formal. Sí hay un indicio inquietante para la segunda etapa de la gestión. En especial, para las cuatro administraciones municipales gobernadas por Cambiemos. Es innegable el avance del peronismo en los Concejos Deliberantes de la Capital, de Yerba Buena (aún en tratativas), de Concepción y de Bella Vista. Jaldo es quien más se preocupa por rodear a los jefes municipales opositores. Una estrategia que apunta directamente a 2019.

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