Discriminación con las personas con discapacidad

Discriminación con las personas con discapacidad

Se afirma a menudo que la discriminación es su mayor obstáculo y que los que hacen difíciles sus vidas son los pensamientos y las acciones de los demás. Las personas con discapacidad parecieran ser invisibles para una buena parte de la sociedad, porque son con frecuencia excluidas, pese a la amplia legislación que las protege, especialmente en Tucumán. El domingo 3 de diciembre se recordó el Día Internacional de la Discapacidad.

Según la Organización de las Naciones Unidas, más de 1.000 millones de personas, es decir un 15% de la población mundial, padece alguna forma de discapacidad. Entre 110 millones y 190 millones de adultos tienen dificultades considerables para funcionar; las tasas de discapacidad se están incrementando como consecuencia del envejecimiento de la población y el aumento de las enfermedades crónicas. Los discapacitados tienen menos acceso a los servicios de asistencia sanitaria y, por lo tanto, necesidades insatisfechas a este respecto. Entre otras cosas, la ONU propone hacer las ciudades inclusivas y accesibles para todos; mejorar los datos y estadísticas sobre discapacidad e incluir a personas con discapacidad invisible en la sociedad y el desarrollo.

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En nuestra edición del 29 de noviembre pasado, dedicamos un amplio espacio a los problemas más frecuentes que padece este sector de la sociedad tucumana. Una profesional experta en accesibilidad dijo que alrededor del 80% de las personas que sufren una discapacidad motriz son “presas domiciliarias”. “Una persona en silla de ruedas no puede decir ‘me voy de vacaciones en micro’. Los colectivos no tienen rampas ni pisos bajos, las puertas son estrechas y los baños, minúsculos. Las mesas de las boleterías son elevadas. La señalética en sistema Braille para personas ciegas o de voz para los sordos es inexistente... en Tucumán hay cerca de 40.000 discapacitados motores, según el Censo Nacional de 2010, y el 80% no puede hacer uso del transporte público”, afirmó.

En octubre pasado tuvo lugar en nuestra ciudad el Primer Encuentro Regional de Discapacidad y Comunidad, en el que se solicitaron soluciones para diversos problemas: a) la ciudad no es accesible para todos: hay que poner rampas, eliminar los obstáculos, etcétera. b) Concientizar a las personas para un trato igualitario. c) Las obras sociales no cumplen con la ley que las obliga a realizar las prestaciones a personas con discapacidad. d) El sistema educativo no está preparado; muchos niños no son aceptados en las escuelas comunes. e) El Estado debe apoyar a la familia, sobre todo a la madre, que se encarga del niño con discapacidad. f) Es necesario brindar apoyo psicológico a muchas personas que todavía no lo tienen. g) Las pensiones deben ser por la discapacidad y no por incapacidad laboral. h) La discriminación laboral, en el transporte público y en la ciudad, dificulta la vida de las personas.

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En alguna ocasión, hemos sugerido la creación de una defensoría de personas con discapacidad; ¿quién mejor que ellas mismas para hacer cumplir las leyes que las amparan? La realidad tucumana refleja la insensibilidad de la mayoría de los empresarios del transporte y de la clase dirigente. “Mucha gente ve la silla de ruedas y no ve la persona que va en ella”, afirmaba el extinto abogado Carlos Fiori. Tan grave es que haya gobernantes que no registren a estos comprovincianos, como una sociedad que permita su discriminación.

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