El abuso sexual golpea al deporte

El abuso sexual golpea al deporte

“El doping no es nada si lo comparamos con el abuso sexual”. La periodista Laura Robinson lleva largos años ocupándose del tema que hoy es noticia diaria en la prensa mundial. La escuché por primera vez en el Congreso Play de Game celebrado en Copenhague en 2002. Presentó un informe escalofriante sobrelos abusos sexuales que sufrían jugadores novatos en los más importante equipos del hockey sobre hielo de Canadá. Escribió libros y afrontó juicios de entrenadores famosos. Hoy, 15 años después, vuelvo a escucharla otra vez en un Congreso de Play de Game que concluyó el miércoles pasado en la ciudad holandesa de Eindhoven.

Todas las mesas del Congreso, los debates más calientes, los invitados más ilustres, tenían que ver con el doping. Especialmente con las denuncias cada vez más graves de doping masivo que podrían dejar a Rusia afuera de los Juegos de Invierno de febrero próximo en Pyeongchang, Corea del Sur, según la decisión que adopte el martes próximo el Comité Olímpico Internacional (COI) y que, cualquiera que sea, amenaza con provocar tormentas. Pero Laura Robinson, exciclista y esquiadora, fiel a su trabajo, nos avisa que el deporte atraviesa desde hace décadas un problema mucho más grave que el doping: los abusos sexuales. A su lado, otra especialista, Bettina Rulofs, sociológa de la Universidad de Colonia, informa los resultados de una encuesta que ella misma dirigió entre 1.800 deportistas alemanes. El 37 por ciento afirmó que sufrió experiencias de violencia sexual. El número trepa al 55 por ciento si incluye escenarios extradeportivos. “En el deporte es difícil separar uno y otro ámbito, porque muchas deportistas adolescentes son entrenadas por familiares o gente muy cercana a la familia”, dice Rulofs.

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Los números, añade, muestran que el deporte parece ser uno de los escenarios más frecuentes para el delito sexual. “El cuerpo -dice Rulofs- está en el centro del deporte y el cuerpo está también en el centro del abuso sexual”.

Tema tabú

Karen Leach, nadadora del equipo nacional irlandés, autora del libro “Decepción profunda”, se describió como una “sobreviviente del abuso infantil en el deporte”, que sufrió de su entrenador entre sus 10 y 17 años de edad. “El tenía control total sobre mí, sobre mi natación, sobre mi vida”. Leach contó uno de los aspectos que, según ella, provocan que el tema haya sido tabú por tantos años. Su madre se suicidó luego de que Karen reveló los abusos que sufrió mientras la familia depositaba en ella sueños de campeona olímpica.

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Nadie parece escaparse. PSV es el equipo más famoso de Eindhoven. Imposible no recordar que, entre otras cosas, es además el equipo en el que iniciaron sus extraordinarias campañas europeas los cracks brasileños Romario y Ronaldo. Unos meses atrás, el diario Volkskrant publicó una investigación shockeante sobre los abusos que sufrieron jugadores de entre ocho y trece años del club en las décadas del 70 y el 80. El diario decidió investigar luego de la denuncia de un jugador famoso en Inglaterra. Se encontró con un escenario escalofriante, que llevaba décadas de puro silencio.

Impactado, el propio PSV pidió a todos los clubes de Holanda que abrieran una línea telefónica que pudiera recibir denuncias. El club hizo el pedido porque abrió su propia línea tras la investigación del Volkskrant y a los pocos días llegaron cinco denuncias y tres nombres concretos de abusadores. “Era gente que no pedía ningún dinero indemnizatorio, pero que sí necesitaban decir lo que había ocurrido”, contó Sander Roege, de PSV, también invitado al Congreso de Play the Game.

La dirigencia actual es completamente diferente a la que estaba cuando sucedieron los hechos. Pero PSV pidió amplias disculpas. Le preguntaron a Roege si ese pedido de disculpas no implicaba un reconocimiento del delito y un eventual juicio de las víctimas. Preste por favor atención a la respuesta: “Puede ser. Los que trabajamos hoy claro que no somos culpables, pero reconocemos que eso sucedió hace muchos años. La gente contó de modo sincero sus historias y nos dijo que el club podría haber hecho algo más. Tienen razón. No nos importa si nuestro reconocimiento puede tener implicancias legales y también nos preguntamos si esto dañaría la imagen del club y provocaría que eventuales talentos no quieran venir aquí. Pero, aunque pueda parecer una locura, estoy contento de que hayamos roto el silencio”. Llegaron más denuncias a los clubes Vitesse y Sparta. “No nos sorprendió, en Inglaterra -dijo Roege- hubo 500 víctimas reportadas en pocos meses”.

Historias personales

“Algunos nos cuestionaron porque en el diario -contó a su vez Willem Feenstra, periodista del Volkskrant- contamos historias personales más que los números de las víctimas, pero esas personas que habían sido víctimas de los abusos fueron modelos en la batalla para denunciar”.

El debate afrontó el tema de eventuales falsas denuncias o supuestas malas interpretaciones sobre el rol de entrenadores que han sido afectuosos (en el sentido de la contención) con deportistas que eran apenas niñas. “Tal vez resulte inevitable que la confusión genere algunas injusticias. Pero lo peor -dijo uno de los panelistas- fueron tantos años de silencio”.

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