Milagro Sala: "en estos días van a tener noticias mías y después no vayan a llorar a un cajón”

Milagro Sala: "en estos días van a tener noticias mías y después no vayan a llorar a un cajón”

Hoy terminaron de declarar los testigos en el juicio que se sigue contra la dirigente jujeña por la “causa de las bombachas”. El jueves se conocerá sentencia.

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01 Diciembre 2017

La líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, enfrentó hoy la segunda audiencia del juicio que se le sigue por amenazas al personal policial de la Comisaría Seccional 56 de Alto Comedero, el 13 de octubre de 2014.

“Hagamos corta la bocha y denme la sentencia", dijo Milagro Sala en su primer día de juicio

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Sala volvió a denunciar a viva voz que el juicio es una "farsa" y que no hace más que confirmar la falta de independencia de los funcionarios judiciales con el gobierno de turno. "Esto sí es una mafia de la justicia", exclamó, pese a que el tribunal le pidió en varias oportunidades que no pierda la compostura. El día anterior había afirmado que es investigada por ser "coya, negra e india".

"Es una payasada. Les pediría que me lleven al penal y me den la sentencia directamente. Yo soy negra, pero no estúpida. Disculpen mi locura, en estos días van a tener noticias mías y después no vayan a llorar a un cajón", expresó la dirigente, según reprodujeron los medios locales.

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Luego de que finalizaran las declaraciones de los testigos, el juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el jueves 7 de diciembre. Ese día las partes expondrán sus alegatos y se conocerá la sentencia.


“Las bombachas”

La causa por la que es juzgada Milagro Sala es conocida como la de “las bombachas”, según recordó en su edición de hoy el diario Clarín. Todo comenzó cuando la hija de María Molina, una integrante de la Tupac Amaru y muy cercana a Sala, sufrió un robo en su casa y le sustrajeron la ropa interior que su madre le había traído de regalo de Italia.

Un par de días después, Molina y su hija fueron a pasear a una feria y se encontraron con las bombachas, que estaban exhibidas para la venta en uno de los puestos. Allí se desató un escándalo, que terminó con la vendedora detenida, la amiga de Sala demorada y la ropa interior secuestrada en la comisaría.

A Sala la acusan de haber llamado en ese momento a la Policía para exigir que devuelvan todo lo decomisado.

“Las bombachas puede quedárselas para usted, su jefa, su mujer y todo el personal de la comisaría porque son una manga de maricones”, le habría dicho a uno de los policías.

En ese contexto, habría amenazado con poner una bomba en la dependencia policial.



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