Analizan la calidad de la semilla de soja para la siembra

Analizan la calidad de la semilla de soja para la siembra

El Laboratorio de la Experimental Obispo Colombres brinda servicios a productores y semilleros.

ANÁLISIS. Las profesionales del Laboratorio de Semillas de la Experimental trabajan sobre las muestras recibidas. ANÁLISIS. Las profesionales del Laboratorio de Semillas de la Experimental trabajan sobre las muestras recibidas.
25 Noviembre 2017

Como todos los años, el Laboratorio de Semillas de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), brinda sus servicios de análisis de calidad a productores y semilleros de la región.

“Para determinar la calidad fisiológica de la semilla de soja se emplean diferentes metodologías. Las más conocidas y solicitadas en laboratorio son el ‘poder germinativo’ (PG) (con y sin fungicida curasemillas), a través del cual se determina el porcentaje de plántulas normales que pueden emerger bajo condiciones favorables u óptimas de siembra y el ‘test de tetrazolio’, que permite determinar el vigor y la viabilidad de la semilla de soja, entendiéndose como semillas vigorosas aquellas que podrían emerger bajo condiciones no favorables de siembra o situaciones de estrés”, explica la ingeniera Cynthia Prado, Responsable del Laboratorio de Semillas. “Este test también permite identificar y cuantificar los diferentes tipos de daños presentes en las semillas”, señaló.

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Los resultados de ambos ensayos son complementarios y aportan muy buena información para la toma de decisiones al momento de la siembra. Asimismo, es importante conocer la “pureza física” y el “peso de 1.000 semillas”, valores que, junto al “poder germinativo”, participan en el “cálculo de la densidad de siembra”.

En simultáneo, mientras se están llevando a cabo los ensayos de calidad solicitados, el personal del laboratorio realiza otras determinaciones complementarias a las muestras de soja remitidas, para disponer de información que permita caracterizar las campañas. En este sentido, se realizan observaciones a las muestras recepcionadas y se registran “daños presentes” observados en las semillas.

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Si bien restan unos 15 días de ingreso de muestras de soja al laboratorio, a partir de la recopilación de la información y de los resultados obtenidos en los diversos ensayos realizados, podemos caracterizar la campaña y estimar la calidad de la semilla disponible para la próxima siembra en la región.

Con casi 1.500 muestras de soja procesadas, se obtuvo un “poder germinativo” promedio de 90%, un 77% de “vigor” y 88% de “viabilidad” de la semilla de soja. Estos valores, a simple vista, son auspiciosos, pero cuando en el análisis separamos las muestras de productores de las muestras de semilleros, la situación cambia.

Poder germinativo

En este sentido, “al hablar sólo de muestras de productores el poder germinativo promedio alcanza un 87%”, y para “el caso de muestras de semilleros obtenemos un valor promedio de 93%”. En el caso de los productores, generalmente solicitan los ensayos de germinación con fungicida curasemillas, por lo que este valor de 87% se ve favorecido por la acción del fungicida curasemilla, ya que en los pocos casos que solicitaron ensayos con semilla sin tratar, el valor promedio del PG apenas alcanzó el 79%, mientras que los semilleros, por el contrario, requieren principalmente los ensayos de germinación con semilla natural, sin tratar, por lo que este valor refleja un óptimo desempeño de la semilla sin tratamiento alguno.

Con respecto al “vigor de la semilla”, determinado por medio del “test de tetrazolio”, también se notó una diferencia a favor de los semilleros con un vigor de 86% (categorizado como vigor muy alto), versus un 75% (vigor medio) para las muestras de productores. Teniendo en cuenta una de las virtudes o beneficios que este test presenta, como ser la posibilidad de cuantificar los daños presentes en las semillas, “se observó para la presente campaña, que el daño más importante fue el denominado daño ambiental”. Siendo más significativo en las muestras de productores.

A partir de las observaciones macroscópicas en seco que se realizaron a las muestras remitidas para análisis, se detectó que “el 70% de las muestras analizadas de productores presentaba daño ambiental”, mientras que “en las muestras de semilleros solo el 27% presentaba este daño”.

Insectos plagas

Con respecto al “daño causado por insectos plagas”, el 82% de las muestras de productores presentó daños visibles de picaduras de chinches, y el 62% en el caso de muestras de semilleros o multiplicadores, y para el caso del daño ocasionado por picudo negro, los valores fueron de 86% versus 61% respectivamente.

Con relación a los “patógenos”, se puso mayor atención en la observación de semillas dañadas por el complejo Diaporthe/Phomopsis, cuya presencia es limitante de la calidad y se determinó que “el 36% de las muestras de productores presentaban signos de este patógeno”, mientras que “en las muestras de semilleros este valor apenas alcanzó el 5%”.

Teniendo en cuenta los resultados de estas observaciones, podemos inferir que “los semilleros realizaron un tratamiento diferencial en lotes semilleros, poniendo énfasis en la calidad final del producto a cosechar”. Una cosecha oportuna pone de manifiesto una adecuada calidad fisiológica de la semilla y una disminución de daños presentes en éstas.

El monitoreo de la calidad de la semilla, debe ser permanente. Se deben evitar sorpresas e inconvenientes al momento de la siembra por mala calidad de semilla, ya que en algunos casos se observó que los productores y asesores demoraron la clasificación y acondicionamiento de los lotes destinados a semilla, situación que derivó en el deterioro del lote por malas condiciones de almacenamiento.

El control de la calidad de la semilla producida debe ser una práctica de rutina en los sistemas productivos, ya que de esta calidad dependerá la implantación exitosa del cultivo.

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