“Parache tuvo más protección que yo”, dice el ex juez Terán

“Parache tuvo más protección que yo”, dice el ex juez Terán

Después de recibir su segunda condena, el ex magistrado Felipe Terán se descargó: “no tengo la menor idea sobre por qué yo ya pasé por dos juicios y (el ex juez) Jorge Parache por ninguno, si teníamos la misma imputación”.

PALABRAS CARGADAS DE BRONCA. Terán habla con LA GACETA este miércoles. la gaceta / foto de franco vera PALABRAS CARGADAS DE BRONCA. Terán habla con LA GACETA este miércoles. la gaceta / foto de franco vera
19 Noviembre 2017

Felipe Terán oyó con la mirada clavada en un punto indefinido de la sala cómo el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán (TOF) lo condenaba a cinco años de prisión y a devolver $ 1,7 millón por la comisión del delito de enriquecimiento ilícito en el ejercicio de la función de juez federal N°2. Parecía que el imputado estaba viendo una película en su cabeza. ¿Qué episodios repasaría, si repasara alguno? El condenado mantuvo el gesto hermético incluso después de que sus ex pares Gabriel Casas, Alicia Noli y Juan Carlos Reynaga levantaran la audiencia. El fastidio recién le brotó cuando abrió la boca y opinó que recibía esta segunda pena porque era de afuera (ejerció la abogacía en Buenos Aires hasta que el ex presidente Carlos Menem lo nombró juez federal en Catamarca y, luego, vino a esta provincia). “En Tucumán no hay igualdad ante la ley”, criticó.

Todavía sin caer del todo a la tierra, de pie al lado de la silla de acusado, Terán dijo que le enfurecía la idea de tener que seguir luchando para librarse del proceso que lo persigue desde 2003. Anticipó que litigará en la Cámara Federal de Casación Penal, donde todavía no se expidieron sobre la primera condena a prisión en suspenso que le dio el TOF con idéntica integración en 2014, en el ámbito de las investigaciones de maniobras con títulos públicos. Estas irregularidades conmovieron la primera instancia de la Justicia Federal de Tucumán. En 2006, Terán fue destituido mientras que un año después, el ex juez federal N°1, Jorge Parache, renunció para jubilarse. Pero mientras el segundo accedió al beneficio previsional con el 82% móvil, el primero asegura que vive de la jubilación de su esposa, Luisa Chiarello.

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“Nena, qué querés que te diga, así trabajan los Tribunales aquí. No tengo la menor idea sobre por qué yo ya pasé por dos juicios orales y Parache por ninguno, si teníamos la misma imputación (hace 11 años). Supongo que él goza de más protección, pero no quiero hablar mal de un colega. Lo mío es absurdo. Me siento impotente porque en este momento ‘ellos’ tienen el poder de hacer justicia, pero no esta que están haciendo”, explicó conteniendo el tono de la voz con acento porteño. A continuación renegó de ser el primer funcionario condenado por enriquecimiento ilícito en Tucumán: “supongo que no debería ser el único. Hay muchos... Hasta el mismo tribunal tendría que ser condenado. Otros jueces también fueron denunciados y no veo que las causas hayan avanzado. Existe un complot en mi contra: no me quieren porque no soy de Tucumán”.

En términos penales, Terán incluso acabó peor que Héctor Abraham Musi, el ex fiscal provincial que perdió su cargo por la causa de las camionetas todoterreno robadas que controlaba el ex juez federal N°2. Como consecuencia de ese conflicto, Musi formuló la denuncia de enriquecimiento ilícito que dio paso, 14 años después, al veredicto condenatorio del viernes. Pero el ex fiscal provincial, que luego intentó -sin suerte- frenar la pesquisa patrimonial, a la postre fue beneficiado por Terán. “Pedí su desafuero, pero lo solté porque no había pruebas para encerrarlo en prisión”, recordó.

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Terán sigue estando libre, pero, si se confirma la última sentencia del TOF, podría perder la libertad. Su pasado reciente es una sucesión implacable de reveses, que, según el ex magistrado, incluye hasta la actuación de su ex abogado, Pablo Bauque. “Me sacó los pocos ahorros que tenía. Se quedó con mis cosas. Me inició un juicio por ejecución de honorarios mientras me defendía en el primer juicio que afronté. Nunca me dio una factura de todo lo que le pagué. Es un sin-ver-güen-za”, silabeó con amargura.

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