Un “sepelio espectáculo”con el que nació el cristinismo

Un “sepelio espectáculo”con el que nació el cristinismo

19 Noviembre 2017

Por Rosendo Fraga - Para LA GACETA - Buenos Aires

El autor ha probado con maestría su aptitud como escritor, periodista e historiador.

En mi opinión, sus cuatro primeros libros, referidos al período generalmente conocido como “los 70”, fueron enfoques históricos. Aunque se trata de un período que sigue generando pasiones, conflictos y desencuentros -el enfoque jurídico-político en función del cual se trata el llamado “caso Maldonado” así lo demuestra- Reato trabajó con metodología de historiador, a más de 40 años de los hechos, aunque siempre con la agilidad de la redacción periodística.

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En su quinto libro, abordó un tema como fueron los doce álgidos días subsiguientes a la caída del gobierno de Fernando De la Rúa. Creo que es un período demasiado reciente para que pueda considerarse historia. En este caso -aunque historiadores del futuro recurrirán sin duda a este libro como fuente- se trata de un episodio que genera ecos políticos hacia el presente.

Tan es así que la imagen del “helicóptero” -con la cual quedó asociada la renuncia del Presidente de la Alianza- ha sido utilizada por la oposición más dura al gobierno de Macri, en manifestaciones y marchas.

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Ahora, toma un hecho más reciente, como es la muerte de Néstor Kichner, ocurrida en 2010, cuyas consecuencias políticas están tan presentes, como el hecho de que simultáneamente a la salida de este libro, Cristina Kirchner ganara las PASO en la provincia de Buenos Aires, por sólo 0,2% y el kirchnerismo emergiera como segunda fuerza política en el país con algo más del 20% de los votos.

Un “17 de octubre”

La tesis central del libro, es que el “sepelio-espectáculo” que sucedió a la muerte de Kirchner, fue el inicio de lo que puede denominarse el “cristinismo”.

Coincido con ella. Cristina transitaba entonces el tercer año de su primer mandato y había enfrentando en el primero el conflicto con el campo y en el segundo la derrota electoral en las elecciones legislativas.

Si bien algunos sostienen que la conmemoración del Bicentenario de la Revolución de Mayo fue el inicio de la recuperación del kirchnerismo, lo cierto es que en los días previos a la muerte de Néstor, el sindicalismo liderado por Moyano lo había desafiado en la misma persona de su esposa. Que sólo seis de quince gobernadores peronistas habían aceptado suscribir un documento contra la candidatura de Daniel Scioli, que ya se precipitaba. Y que la muerte de un militante de izquierda, por gente vinculada al gremio ferroviario que estaba próximo al oficialismo, había puesto al gobierno en una situación difícil.

Cristina era vista hasta entonces por la mayoría de la dirigencia política, como un paréntesis entre dos gobiernos de su marido -el que había tenido y el que podría tener a partir de la elección del 2011- antes que como la protagonista de un ciclo político propio de dos períodos.

Pero como bien plantea Reato en base a su pormenorizada y fundamentada descripción de los hechos, todo ello cambió con la muerte de Kirchner.

La ex presidenta supo aprovechar con habilidad y eficacia la oportunidad que la realidad le brindaba. Sin poner en tela de juicio sus genuinos sentimientos en ese momento, su personalidad de líder político, se impuso por instinto, más allá del equipo que supo asesorarla en ese momento.

El “cristinismo”, implicó un kirchnerismo menos peronista. Sin retornar al intento fallido de Kirchner de la “transversalidad” de su primer momento cuando intentó alejarse del peronismo, Cristina logró subordinarlo, mientras profundizaba su alianza e identificación con el “progresismo” y la militancia de los derechos humanos.

La liturgia peronista, establecida en torno al 1 de julio, aniversario de la muerte de Perón, el 26 de julio fallecimiento de Evita y 17 de octubre, acto fundacional del peronismo, fue alterado. El primero y el tercero, fueron sustituidos por el 11 de marzo, aniversario de la muerte de Cámpora y el 27 de octubre, fallecimiento de Kirchner. Sólo Evita permaneció en ambas liturgias, la peronista y la cristinista.

De acuerdo a la interpretación de Reato, el 27 de octubre de 2010, fue para Cristina, lo que el 17 de octubre de 1945 para Perón.

Prefiere llamar “democracia plebiscitaria” al fenómeno político del kirchnerismo en sus dos versiones, las encarnadas sucesivamente por Néstor y Cristina.

El análisis de cómo funcionó Cristina en esos días y su capacidad para dominar la adversidad es útil para entender cómo ahora intenta reconstruir su liderazgo.

El autor plantea con razón, que el momento culminante de su ciclo, fue en octubre de 2011, cuando ganó en primera vuelta con el 54% de los votos y 37 puntos de ventaja sobre el segundo.

Pero tras esa misma victoria, la búsqueda de un tercer mandato consecutivo, generó desde fines de 2012 en una reacción que se manifestó en las movilizaciones opositoras convocadas desde las redes sociales y la derrota en las legislativas de 2013.

Conceptualmente, Reato prefiere denominar al kirchnerismo en sus dos versiones, como “democracia plebiscitaria” y no como populismo, por considerar a la primera como más precisa y al segundo como más difuso, y posiblemente tenga razón.

Es en este contexto que este nuevo libro de Ceferino Reato no sólo aporta una visión que combina el rigor del investigador histórico con la amenidad y agilidad del periodista, sino que aporta también un instrumento muy útil para entender la política de nuestros días.

© LA GACETA

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