Enzo Maidana juega en Corea del Sur y pasó por ligas de numerosos países

Enzo Maidana juega en Corea del Sur y pasó por ligas de numerosos países

El tucumano se llevó sus goles hasta Asia y contó sus experiencias dando vueltas detrás de una pelota. Video.

EL DESAFÍO. En cada país donde jugó, Enzo asegura haberlo dejado todo: “Uno siempre debe disfrutar de lo que hace”. la gaceta / foto de inés quinteros orio EL DESAFÍO. En cada país donde jugó, Enzo asegura haberlo dejado todo: “Uno siempre debe disfrutar de lo que hace”. la gaceta / foto de inés quinteros orio

Está el llamado futbolista border, del que poco se sabe pero del que mucho se aprende. Sobre todo para quienes viven bajo la sombra del querer vivir de una pasión que generalmente se estrella contra un mundo de elite donde solo unas pocas estrellas llegan con membresía directa. El fútbol no siempre es una usina de oro. Pero el fútbol, a decir verdad, es una inmensa tierra de oportunidades porque ligas y campeonatos hay en todo el mundo. “Y la pelota es y será redonda, acá y hacia donde vayas”.

José Maidana no es filósofo. José Maidana es papá de Enzo, que sí considera a su padre un sabio. Porque, aparte de ser su mejor amigo, acertó con una frase tan simple como efectiva, para quienes creen que el fútbol se reduce solo a los grandes shows de Europa. “La pelota siempre es redonda”, repite Enzo, el que fichó años atrás para Atlético siendo el goleador de UTA, pero que cuando llegó al plantel superior del “Decano” no pudo dar con la talla. “Igual estoy contento por lo que viví. Haber jugado en el club del que uno es hincha fue una experiencia inolvidable para mí. Voy a estar eternamente agradecido al club”, le cuenta a LG Deportiva el delantero desde Corea del Sur, donde se puede confirmar que es el único abanderado argentino que juega en la K League Classic.

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Maidana es un futbolista errante que no dejó de jugar porque, jura, tuvo la suerte de tener a su padre, a su madre, Patricia Puebla, a sus abuelos y a sus amigos del alma que estuvieron cuando él más los necesitó. “Sus consejos me hicieron más fuerte”, explica como intentando dar un ejemplo para aquellos que aún hoy intentan sobresalir pensando que si no se juega con Lionel Messi el fútbol no tiene sentido.

De Tucumán, al mundo

“Sí que lo tiene”, dice Enzo. De Atlético, donde estuvo entre 2010 y 2013, con un intervalo en el medio en Juventud Antoniana, de Salta, en 2012, Maidana quedó libre y a empezó a creer que su futuro dependía de un milagro. Llegó una oferta de Deportivo Pereira, de la B de Colombia. “No dudé en decir que sí. Era una chance y la pelota allá también es redonda, ja”, cuenta Enzo. Seis meses en la tierra del “Café” le abrieron paso a una oferta de Rubio Ñu, de Paraguay, donde su carrera cayó por una pendiente.

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“No jugué mucho. Por eso, cumplido el primer semestre me vine a Tucumán. Sin darme cuenta, me cerré solo las puertas. Me equivoqué. Quise jugar en San Jorge, pero por un código internacional que nunca llegó no pude. Y justo cuando parecía que me quedaba definitivamente sin nada, surgió la posibilidad de ir a Amalia, que estaba en el Argentino B. Allí pasé unos cuatro meses muy buenos. Después llegó la chance de ir a Bolivia, a Universitario de Pando, un equipo que peleaba el descenso en Primera y cuyo DT era Claudio Marrupe. Viajé un 27 de diciembre. Era lejos, bien al norte, casi al límite con Brasil. Pero viajé feliz”, recuerda Maidana. En Pando, el departamento menos poblado de Bolivia, donde la tierra sobra y falta gente, la figura del artillero comenzó a tomar forma.

“Gracias a Dios tuve un gran torneo. Pude marcar varios goles, me gané el reconocimiento de los hinchas y pude abrirme camino en el fútbol boliviano. Después, me decidí por Petrolero de Chaco. No me equivoqué. Pasé dos años maravillosos, marqué cerca de 40 goles, salvamos al equipo del descenso y jugamos la fase clasificatoria de la Copa Sudamericana 2017. Perdimos en la primera rueda. Fue una gran experiencia”, habla tan cerca del teléfono Maidana que se lo siente como si estuviera aquí.

Hace poco más de dos meses que Enzo está en Corea del Sur, un país próspero y espectacular, según lo describe. “Todo es maravilloso y la gente es muy buena. El idioma sí es una traba para mí porque entiendo poco y nada. Además, tengo un inglés muy básico. Lo bueno es que desde que llegué me pusieron un traductor que habla perfectamente español. Me está para ayudando a mí, a un compañero brasileño, a otro australiano y a un croata, que somos los extranjeros del equipo”.

“Estoy a 12 horas de diferencia horaria. Vivo solo pero soy muy feliz. Elegí esto. El fútbol es mi profesión. Por suerte existen las video llamadas y estoy comunicado con todos en Tucumán”, se ríe “Jopo”, fichado por el Incheon United, con quien tiene contrato asegurado hasta diciembre y una cláusula de extensión por un año más.

“A fines de noviembre se termina todo acá. Es invierno y hace muchísimo frío”, explica el tucumano.

Guerra, ¿cuál guerra?

Las noticias que hablan de una posible e inminente contienda bélica entre Corea del Norte, el vecino y enemigo político de Corea del Sur -desde que la península de Corea fue dividida, después de la Segunda Guerra Mundial en 1948-, contra los Estados Unidos, no alteran el andar cotidiano de los surcoreanos, ni el de Maidana. “Honestamente, no sé nada. Leer un diario es imposible para mí, ja, ja, ja, pero tampoco percibo tensión. Podemos estar a un paso de que explote todo pero acá todo el mundo está tranquilo. No sé si la gente o mis compañeros están preocupados. Lo que me dice el traductor es que todos viven bien, y es lo que al fin y al cabo veo”, responde Enzo, que de a poco le va tomando el gusto a costumbres de Incheon, la ciudad que lleva el nombre de su club.

“La comida es muy, muy buena, aunque hay platos que tienen mucho picante y son incomibles para mí. Lo que sí, me siento raro todavía con el tema de la cena. Entre las 18 y 18.30 ya se come”, comenta y sigue. “Igual de a poco me voy soltando. Por ejemplo, voy al súper y ya sé cómo comprar carne de vaca, de pollo o de pescado para cocinarme. Y respecto a mi vida diaria, si no estoy en casa, estoy en el club. Y si tengo libre, camino por la ciudad. Es muy lindo todo esto. Para ser honesto, si me hubieras preguntado cómo me veía antes de llegar a Corea hace unos meses te hubiera dicho que todo iba a ser demasiado complicado. Pero lo cierto es que cuando estás acá y empezás a vivir como uno más, todo se simplifica”.

En cuanto al fútbol, Maidana mantiene un duelo con una lesión que no lo ha dejado alcanzar su plenitud. “Por suerte ya estoy próximo a volver a jugar. La carrera del futbolista es corta, por eso hay que disfrutar todo a 1.000. Hablo de lo bueno y lo malo, porque de todo se aprende. Gracias a Dios, siempre me rodeé de gente buena que me deseó lo mejor para mí y mi carrera. Hoy estoy en Corea del Sur, mañana no sé dónde estaré. He sido un cabeza dura y un luchador, todo gracias a mis viejos. Así que lo que venga después, que venga”.

Un hecho histórico

Siendo una de las figuras de Petrolero de Chaco, unos de los clubes protagonistas del fútbol de Primera de Bolivia, Enzo Maidana condujo con sus goles al equipo hasta la fase clasificatoria de la Copa Sudamericana 2017. “No pudimos avanzar, pero fue una experiencia increíble”, le comentó a LG Deportiva “Jopo”. Petrolero se cruzó con Universidad Católica, de Ecuador, que le ganó la eliminatoria con holgura: fue 3-1 en Bolivia y 3-0 en Ecuador.

Su mejor versión

Bolivia fue el país que le sirvió de despegue a Maidana. De Pando a Petrolero, el equipo que finalmente le dio la chance de poder elegir dónde jugar luego. “Tuve varias propuestas de diferentes equipos de distintos países. Creí que la mejor opción era irme a Corea del Sur. Espero poder rendir y dejar atrás la lesión que me tuvo mal desde que llegué”, explicó el ex goleador del extinto UTA, desde donde fue transferido a Atlético. Allí jugó durante dos temporadas y marcó dos goles. “No me fue bien, pero sí aprendí mucho. He dejado muy buenos amigos. No los puedo nombrar a todos, porque son muchos, pero lo bueno del fútbol es que yo tuve la suerte de encontrarme con gente de buena madera que siempre quiso lo mejor para mí”.

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