El “banco de los pobres” celebra 10 años en Tucumán con 0% de morosos

El “banco de los pobres” celebra 10 años en Tucumán con 0% de morosos

Para arrancar con los preparativos visitó Tucumán Norberto Kleiman, presidente de Grameen en Argentina.

EN LA GACETA. Norberto Kleiman, quien dio el puntapié inicial en Tucumán, sostiene: “la clave del sistema es un trueque de confianzas”.  foto de Ezequiel Vargas EN LA GACETA. Norberto Kleiman, quien dio el puntapié inicial en Tucumán, sostiene: “la clave del sistema es un trueque de confianzas”. foto de Ezequiel Vargas
16 Octubre 2017

Más de 1.000 emprendedoras de la zona oeste de San Miguel de Tucumán se preparan para el festejo. No solas, claro, porque todo el equipo del proyecto Grameen (más conocido como “El banco de los pobres”) de Tucumán, que funciona bajo la responsabilidad de la Fundación León, cumple 10 años. Y para los preparativos de la celebración volvió a Tucumán quien dio el puntapié inicial, el economista Norberto Kleiman, presidente del banco Grameen en la Argentina. También dictó una conferencia en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNT.

“Los puntapiés iniciales siempre son capacitaciones (‘el primero del país lo dimos en Posadas’, recuerda); porque lo que aquí funciona es el modelo -cuenta Kleiman-. De hecho, cuando Muhammad Yunus lo ideó, lo describió así: ‘vi lo que hacían los bancos e hice todo lo contrario’”.

Publicidad

Cambio de paradigma

Yunus nació, creció y estudió Economía en Bangladesh. Luego consiguió una beca e hizo el doctorado en la universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos. Al volver a su país, la realidad lo cacheteó con fuerza. “En uno de sus libros cuenta el choque feroz que vivió entre la hermosura de los modelos económicos que había aprendido y la gente que se moría en la calle por no poder comprar un puñado de arroz -recuerda Kleiman-; se preguntó por qué ocurría eso, si era gente con capacidad para trabajar”.

Publicidad

La clave -concluyó Yunus- era que no podían ofrecer garantías para un préstamo y caían en manos de usureros. Entonces salió a buscar emprendedores y, con 22 dólares de capital inicial (y personal), gestionó los primeros 40 créditos. Nacía así en 1976 el Grameen Bank (que significa “el banco de la aldea”), cuyo fundamento es -define Kleiman- “un trueque de confianzas”.

Uno de los pilares del sistema es que el banco va a la gente. Y eso es lo que está ocurriendo en nuestra provincia. “Hoy hay más de 1.200 mujeres de entre 35 y más de 65 años, que han logrado armar su emprendimiento (en su mayoría, relacionados con la gastronomía). No necesitan garantía material; asumen el compromiso de devolver su cuota todas las semanas en una reunión que -además del lado financiero- sirve de guía para el emprendimiento pero, por sobre todo, de contención”, cuenta Diego Aguilar, director ejecutivo de la Fundación León y agrega orgulloso: “¡tenemos 0% de morosidad”!

Mujeres empoderadas

Sí, leyó bien: “más de 100 mujeres”. Todos los microcréditos están en manos femeninas. “Y no pasa solamente en Tucumán. Ocurre en el mundo entero”, aclara Kleiman y cuenta que al principio Yunus iba a las casas, llamaba a la puerta y las voces femeninas respondían “no hay nadie”. “Es más, ni siquiera se atrevían a pasar frente a las puertas de un banco”, añade. Pero la realidad se impuso de nuevo: le demostró a Yunus que las mujeres respetaban más el trueque de confianza. Incluso hubo que cambiar la ley: cuando los créditos se abrieron a mejorar viviendas, debió permitirse la titularidad de terrenos a las mujeres, cosa que era impensable.

También en nuestra provincia el modelo Grameen ha cambiado la vida de las mujeres beneficiarias: “teniendo acceso a los recursos, logran también el control sobre la toma de decisiones, y no solo sobre las laborales”, destaca Aguilar.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios