Investigan si un joven fue víctima de un homicidio

Investigan si un joven fue víctima de un homicidio

Lo encontraron en el río y tenía un golpe.

Investigan si un joven fue víctima de un homicidio
25 Septiembre 2017

El sábado a la tarde, un muchacho de 34 años que sufría problemas de adicción a las drogas fue hallado sin vida al costado del río, en San Pedro de Colalao. Aunque la causa se encuentra caratulada como “muerte dudosa”, por el momento no se pudo comprobar si se trató de un accidente o de un homicidio.

El cuerpo se encontraba en la base de una pendiente y muy cerca del agua. Según se pudo saber, fue avistado alrededor de las 16 por un lugareño que se acercó a ayudarlo y advirtió que estaba muerto. Tras el macabro hallazgo, salió corriendo hasta la comisaría local y se lo contó a los uniformados.

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Mientras Criminalística tomaba fotos del lugar y hacía un relevamiento planímetro, el profesional responsable de Medicina Legal manifestó que la víctima tenía un fuerte golpe en la cabeza, detrás de la oreja izquierda. Este elemento encendió las alarmas de los investigadores y de la Justicia. Ante la duda de que pudiera ser un crimen, se decidió enviar a un equipo de la división Homicidios al lugar.

Tirando del hilo

Los investigadores encontraron en un bolsillo del pantalón del hombre un carnet que daba cuenta de que estaba en tratamiento por adicción a las drogas.

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Esto fue confirmado poco después por su padre, cuando llegó al río al enterarse de la trágica noticia. Agregó que el joven había estado internado en el hospital Obarrio para tratar de dejar atrás los estupefacientes.

A partir de las primeras charlas que mantuvieron en San Pedro, los efectivos supieron que el fallecido había salido de su casa algunas horas antes de morir, y que su objetivo era vender una guitarra. Sin embargo, durante su caminata decidió pasar a ver a unos amigos, a quienes los testigos identificaron como “los cordobeses”.

Este grupo de personas fue encontrado en una casa de las cercanías y trasladado hasta la comisaría. Todos admitieron que el muchacho que había aparecido muerto había estado con ellos, pero que luego había salido solo y que nadie sabía hacia adónde se dirigía. Desde la Justicia se consideró que las versiones eran coincidente y se los dejó partir.

El caso se complicó aún más cuando la principal prueba se cayó: los especialistas determinaron que el golpe en la cabeza había sido provocado durante una caída por la pendiente. De esta manera, quedaba virtualmente descartado que alguien lo hubiera dejado allí después de asesinarlo, pero quedaba la difícil tarea de saber si la víctima había sido empujada por la pendiente o si había perdido el equilibrio. Esta incógnita, aún no develada, podría contestarse con los análisis toxicológicos que le practicaron al cuerpo.

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