Una pérdida cloacal amenaza al pavimento nuevo

Una pérdida cloacal amenaza al pavimento nuevo

Los trabajos en avenida Francisco de Aguirre al 1.900 no servirán si no se resuelve el problema de las aguas servidas.

EN OBRAS. En algunos tramos ya se están colocando las nuevas losas. En otros, se demuelen las antiguas. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO.- EN OBRAS. En algunos tramos ya se están colocando las nuevas losas. En otros, se demuelen las antiguas. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO.-
22 Septiembre 2017

Ángel González relata que desde 1973 la cuadra de Francisco de Aguirre al 1.900 es una enorme pileta de aguas cloacales. Allí hay un badén que se llena del líquido apestoso que fluye desde unas cuadras al norte, donde están las pérdidas, situación que ha generado ya innumerables accidentes, afirma el vecino.

Desde hace unos días la Dirección de Obras Viales de la Municipalidad ha iniciado los trabajos de repavimentación de la trocha norte de Francisco de Aguirre, entre Alberti y Paso de los Andes, lo que da lugar a un interrogante que se mezcla con la esperanza y la incredulidad. “¿Todo se solucionará al fin?”, se pregunta González.

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Las tareas consisten en demoler los paños deteriorados para reconstruir el pavimento con nuevo hormigón. Luis Chrestia, secretario de Obras Públicas municipal, informó que se cambiarán 27 losas, y que mediante un acuerdo con la SAT han arreglado de manera conjunta esas pérdidas cloacales, aunque no del todo. El agua servida sigue saliendo y el trabajo se complica. “Tenemos que atajar el agua que viene de arriba (desde el norte), que ha destruido el pavimento y lo seguirá haciendo si no se arregla definitivamente”, afirmó Chrestia a LA GACETA. Sin embargo, los trabajos siguen. Ellos apuntan -dice el funcionario- a mejorar la transitabilidad e incrementar la seguridad vial de la avenida Francisco de Aguirre, en ese sector próximo al cruce con la Diagonal Norte y la avenida Ejército del Norte.

Si se habla de seguridad, los líquidos cloacales no son el único problema de quienes trabajan o viven en esa arteria donde a diario ocurren entre dos y tres accidentes, producidos en su mayoría por los “cráteres” que deja la saturación de las cloacas y el derrame de agua que desde hace aproximadamente una década fluye por la calle. El dato lo proporciona Enrique Romero, subsecretario de Tránsito de la Municipalidad.

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Por la Francisco de Aguirre circulan unos 4.650 vehículos por hora, de los cuales un 60% es de cuatro o más ruedas y el 40% restante son motocicletas. De acuerdo con los datos municipales, en un promedio de 10 horas la cruzan y/o transitan unos 46.500 vehículos, que provienen de localidades aledañas como Lomas de Tafí, Los Pocitos, Tafí Viejo, El Colmenar, Los Nogales, Las Talitas, Villa Mariano Moreno, El Cadillal, Raco, Tapia, San Pedro de Colalao y Trancas, a lo que hay que agregar los conductores que vienen de Salta y Jujuy. Por esta avenida también circulan colectivos de larga distancia y camiones pesados.

No es al azar, teniendo en cuenta la cantidad de autos que circulan muy cerca, que la casa de Julio Moreno esté llena de agrietamientos. Los camiones generan pequeñas vibraciones que hacen temblar los dos pisos de la vivienda. “Esperamos que la situación mejore después de estas obras. Pero estuvimos más de tres años con el problema de los caños rotos y el del pozo cubierto con agua de cloacas”, se quejó el vecino.

Cristina Maza, de un taller mecánico ubicado al 1.800, agrega a sus lamentos la inseguridad de la zona. “Tenemos muchos problemas: vemos accidentes a cada rato y robos a toda hora. A la noche salimos en grupo por miedo a ser asaltados. ¿Qué necesitamos? Más seguridad y control de tránsito. No sólo el pavimento”, advirtió.

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