Cartas de lectores
20 Septiembre 2017

La rebelión de Atlas

Me enteré de que varios legisladores presentaron el 8/8 un proyecto para crear el “Registro Único de Constructores de obra privada con destino de vivienda” y, aparentemente, habría consenso entre el oficialismo y la oposición para aprobarlo. Es la creación de otro trámite burocrático y absurdo; una valla más para coartar la libertad y van… Muchos legisladores bien intencionados con el objeto evitar el problema creado por tres o cuatro empresas perfectamente identificadas. Hay 350 existentes en nuestra provincia, y toman el camino político de la regulación exacerbada duplicando los gastos y las energías de aquellas personas que arriesgan su patrimonio, su reputación y muchas veces la familia, en pos de buscar la libertad de crear bienes en favor de la comunidad. Deberían leer “La Rebelión de Atlas” de Ayn Rand; allí descubrirán hacia dónde va nuestra sociedad con este tipo de leyes. Pronto se les ocurrirá crear registros únicos de lustradores de calzado; de quioscos cuyos frentes den a la vereda; de almacenes de barrio solamente de ramos generales; de dadores de sangre cero negativo; de caminantes frente a la legislatura, entre otros.

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Juan Andrés Guzmán

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Protección para los peatones

Los peatones son los actores del sistema tránsito más vulnerables y frágiles, ya que no tienen ninguna protección corporal. En un atropello, choque o colisión entre un peatón y un vehículo, el primero es quien se lleva la peor parte. Puede suceder que: 1) golpee contra el vehículo; 2) que sea aplastado por las ruedas; y 3) despedido lejos del móvil, para caer y golpear contra el suelo. Por ello, teniendo en cuenta estos riesgos, la Ley Nacional de Tránsito prevé en las ciudades la construcción de sendas peatonales. Una senda peatonal es un sector de la calzada destinada al cruce de ella, por peatones y demás usuarios de la acera. Las consecuencias de los accidentes respecto de la integridad física del peatón, son: traumatismos cerebrales; lesiones ultracraneales; heridas abiertas; fracturas de rótula, tibia o peroné y lesiones internas. Hay también daños psíquicos; impacto emocional y trastornos por estrés traumático entre otros. Además, están los impactos sobre los familiares de las víctimas y de su entorno, que son impredecibles. El 3/3 (expediente 186314) solicité a la Dirección de Tránsito del municipio capitalino que mejore la seguridad de los peatones que circulan por Jujuy al 3.200, ya que en la intersección con el pasaje Artaza, si bien hay en funcionamiento un semáforo, no hay demarcada una senda peatonal y faltaría un refugio o isla para proteger a los peatones que la cruzan. A la fecha, a pesar de haber reiterado el pedido (expediente 188801), no hay respuesta por parte del municipio y los riesgos continúan presentes. Pareciera ser que las autoridades no tienen en cuenta que los accidentes de tránsito tienen carácter endémico y que deben eliminarse y/o controlar las condiciones que los facilitan o producen.

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Juan Francisco Segura

Pasaje Baaclini 675

San Miguel de Tucumán


Cerrar la grieta

Se dice que el Gobierno nacional pretende cerrar la grieta y es importante que se hayan dado cuenta a dos años de gestión. Debe saber el Ejecutivo nacional que en paralelo al blanqueo de corruptos ligados a la administración anterior del kirchnerismo existen factores determinantes de la grieta que deben sanar, como el crecimiento de la pobreza en el interior del país y más en el Norte, que es de inmediata atención. Le siguen los preocupantes índices de desempleo y empleo informal, como así también la inseguridad atada a las drogas. Si bien en el tema del narcotráfico se vio avances, falta atención a las víctimas con adicciones. Es absurdo que a las falencias de gestión se las combata con el escrache de algún ex funcionario del kirchnerismo. Para ello existe la Justicia con instancias judiciales administrativas para actuar y condenar si fuere necesario. Desde la detención de José López, de Jaime, de Báez y cuantos delincuentes más, no se vieron mejorías sociales. Si desean cerrar la grieta, deberán ser más responsables y menos propagandistas.

Williams Fanlo

Pasaje Pedro Valdivia 2.951

San Miguel de Tucumán


Amenaza bélica

No tiene por qué sentirse aludido el lector Duguech por mi carta del domingo 17. Sería de no creer que alguien sólo se detenga ante lo escandaloso de las bombas de Hiroshima y Nagasaki de hace 72 años, que -reitero- pusieron un final piadoso a una guerra que costó millones de vidas inocentes, y nunca escriba para recordar otros miles de hechos de la Guerra Mundial tan o más horrorosos que ese. También sería de no creer que alguien que predica -a su manera- la “Paz en el mundo” sólo mire a los norteamericanos como peligrosos amenazantes de la paz mundial y no considere que los experimentos del dictador comunista Kim Jong un y el despliegue de tanques, cohetes y misiles de su camarada Putin sean más que una amenaza bélica. Ya ven, lectores, el mismo señor Duguech titula su carta del lunes 18 como “¿Amenaza bélica?”, entre signos de pregunta, con lo que pone en duda que lanzar misiles al aire, hacer explotar bombas atómicas bajo tierra y desplegar clandestinamente fuerzas militares en fronteras vecinas, lo sean. Pero, invitado a hacerlo, releí su texto del 5/9, ya que se siente aludido y dolido por lo de “fervor antinorteamericano”. Se pregunta allí Duguech, en tono más demagógico que razonante: “¿cuáles familias norcoreanas elegirá -se refiere a Trump- para destruirlas con fuego y radiaciones mortales?”. Digo, ¿por qué no se pregunta lo mismo respecto de Putin y Kim-Jong-un, que ya está lanzando misiles? Cualquier lector desprevenido podría suponer que el tirano de Corea del Norte y el cínico de Moscú son santos muchachitos y que sólo Trump es el malvado, que lo es, por cierto. En cuanto a su otra invitación, de que escuche su programa de radio, le diré que una vez, casualmente lo escuché. Me pareció soporífero. Y sus tesis, peregrinas. Como la de la “prueba de campo” de Hiroshima y Nagasaki, que año a año repite, como si ese fuera el único episodio de la Segunda Guerra que merezca recuerdo, análisis y repudio. Nunca leí que haya condenado el Holocausto judío, ni se haya horrorizado por la blitzkrieg nazi, ni por las matanzas de civiles chinos a manos de Japón, ni las atrocidades cometidas por el Ejército Rojo, ni el bombardeo terrorista aliado de Dresden, etcétera. Como si la paz tuviera cierta bandera y no una, ecuménica. En ese programa escuché decir a Duguech, y lo escribió también en LA GACETA, que ISIS es una “invención de Hollywood”, y que en realidad era una treta (otra más) norteamericana. Pruebas a la vista, pasado algún tiempo y lamentables atentados, de lo equivocado que estaba. Respecto al debate, me parece sano y debato sobre lo que sé, donde sea. Pero no veo sobre qué quiere debatir Duguech conmigo. Si es sobre la paz en el mundo, sería saludable que primero se exprese contra toda violencia y contra toda amenaza y no sólo a la norteamericana, sobre la que estamos de acuerdo, pero es a la única a la que siempre se refiere. Si no, será sólo hacer propaganda de la “paz” que Duguech quiere.

Víctor J. Chocobar

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Reencontrar el rumbo

En relación con la carta del lector Francisco Centurión, “Reencontrar el rumbo” (19/9), es preciso aclarar que mi intención fue repetir nada más que el título de su carta del 15/9, ya que me pareció valiosa para ser aplicada en este tiempo que nos toca vivir, por supuesto sin ningun partidismo político. Debo aclararle al señor Centurión que no defiendo a ningún partido en particular, teniendo a favor por mis años no tener la obligación de votar, lo que me da mayor libertad de optar por alguno o no hacerlo por ninguno; lo que me hace sentir presuntuoso del reino de la libertad, sin entrar en la intolerancia que a muchos apasiona tanto por la politiquería. En contra de los que creen en la necesidad de militar en algún partido con su inevitable delegación de derechos y sus jerarquías más o menos verticales, creo en el individuo de pensamiento libre, el colectivismo patriótico, en el personalismo altruista, y no el apasionamiento irracional. Creo que es mejor participar que pertenecer; los relatos de cómo funciona la participación ciudadana a través de asociaciones muestran en muchos casos las mismas miserias que la participación de los trabajadores a través de algunos sindicatos, o la participacion ciudadana a través de los partidos políticos. El gran reto para reencontrar el rumbo no es tanto el de pertenecer como el de generar una cultura democrática, de respeto e igualdad. Señor Centurión, considero que sus expresiones son inaplicables por cuanto debo reafirmarle que no defiendo ninguna expresión política en particular, y no tengo ningún interés personal en hacer causa común con cualquier organización política. Sólo soy un lector, un ciudadano común al que LA GACETA brinda un espacio para exponer ideas a través de este medio, que se caracteriza por su posición independiente y crítica, por lo que no puede catalogarse como oficialista ni como oposición. Sin embargo, debo reconocer que a veces quienes no somos profesionales tenemos problemas para expresarnos y eso da lugar a la mala interpretacion. Sólo los que se creen “El Cid campeador” de las batallas ideológicas quieren imponer sus ideales a la fuerza. Así como comenzó el show, así terminó; llegó el momento de dar vuelta la página y dejar a un lado lo que el viento se llevó.

Pablo José Giunta

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LA CONSTITUCIÓN HECHA JIRONES

No nos asombran las noticias de LA GACETA del 18/9 referidas a la reforma de la Constitución de 2006 que fue inventada por José Alperovich, que representó y avaló las conveniencias personales y políticas del oficialismo. Se desesperan porque camaristas y abogados constitucionalistas de renombre como los doctores Luis Iriarte, Carmen Fontán y Ebe López Piossek iniciaron juicio en 2007 para que “un arma tan filosa” no caiga en poder del gobernador Manzur y el vicegobernador Jaldo, ávidos de manejarse con decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), y para manejar a la Legislatura con la acostumbrada prepotencia que apunta al aval político de todos los caprichos oficiales, como la consagración jurídica de la Constitución de 2006, que fue un flagrante atropello institucional. Abrumada por la sorpresa que propinaron algunos camaristas al fallo que volteó las reformas incorporadas en la Constitución, la Fiscalía de Estado evalúa la posibilidad de recurrir a la Corte Suprema de la Nación a fin de que resuelva la validez de los institutos volteados. ¿Qué les hace pensar que la Corte se pronunciará a favor del oficialismo? La sociedad está entendiendo muchas cosas adversas y el porqué de sentir esta vergüenza ajena por la desfachatez con que se mueven en el mundo que ellos “fabricaron”, donde se mueven como dueños y señores del poder. Y que cada día les queda más chico.

Alejandra Pérez Ortega

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