“Mi hija no se suicidó; a mi hija la asesinó Sergio Barrionuevo”

“Mi hija no se suicidó; a mi hija la asesinó Sergio Barrionuevo”

El hombre fue condenado a prisión perpetua.

CONMOVIDA. Rosa Sosa (a la derecha) lloró cuando escuchó la sentencia. foto de francisco fernández CONMOVIDA. Rosa Sosa (a la derecha) lloró cuando escuchó la sentencia. foto de francisco fernández
08 Septiembre 2017

“El 1 de abril de abril de 2013, antes del mediodía y por cuestiones desconocidas, se produjo una disputa de pareja que terminó cuando Sergio Edgardo Barrionuevo, utilizando su arma reglamentaria, efectuó un disparo contra su esposa, Alejandra Acosta, produciéndole una herida que le ocasionó la muerte”, repasó la fiscala de Cámara Marta Jerez al iniciar su alegato. Pocas horas después, el tribunal le daría la razón y condenaría a Barrionuevo a la pena de prisión perpetua.

Barrionuevo y Acosta eran policías, estaban casados y vivían en Banda del Río Salí. Los allegados a la mujer aseguraron que el hombre la golpeaba, por eso no creyeron que se haya tratado de un suicidio cuando ella murió de un disparo en el cuello. Esas dudas existieron desde un principio, según expuso ayer la fiscala. “Barrionuevo le dijo a su cuñado que Alejandra se había encerrado en el baño y se había pegado un tiro, pero a él le llamó la atención porque (cuando entró a la casa en ese momento) el cuerpo estaba en el piso, dentro del baño pero con la cabeza hacia afuera y con la puerta abierta”, describió Jerez.

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Luego indicó que el imputado trató de alterar la escena del crimen y sentenció: “el autor material del hecho no es otro que el imputado y no queda ninguna duda”.

Dos versiones

El abogado querellante, Salvador Ernesto Rotondo, también fue contundente en su alegato. “Yo conocía a la señora Acosta desde hacía 10 años y puedo asegurar que no tenía ningún motivo para quitarse la vida. Estaba amamantando a un bebé de seis meses, tenía proyectos y gozaba de una muy buena reputación en la fuerza policial”, afirmó.

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Respecto a la posibilidad de que Acosta haya sufrido violencia de género, el letrado aseguró que la mujer venía siendo víctima de maltratos físicos y psicológicos por parte del imputado. “Tan conflictivo era su matrimonio que él no le permitía visitar a su familia. Se creía dueño de Acosta y, como dueño de esa vida, se la quitó”, expresó. “Hasta su hijo declaró en cámara gesell que él la golpeaba, que la empujaba estando embarazada y que la amenazaba con quitarle a su bebé”, agregó.

Por último, se refirió al perito de parte que había presentado la defensa, el licenciado en Criminalística Oscar Terraza. “Este hombre se la pasó hablando, en sus casi dos horas de declaración, de que la víctima se había disparado con la mano derecha. Pero cuando fue advertido por esta querella de que Acosta era zurda, cambió su relato y empezó a hablar de la mano izquierda”, recordó, y pidió que se lo investigue por falso testimonio.

Al igual que Jerez, Rotondo solicitó la pena máxima para Barrionuevo. En su caso, pretendía que se cambie calificación legal a homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía, pero ese último pedido no prosperó.

Por parte de la defensa, el abogado Juan Roberto Robles peleó por la absolución de Barrionuevo. “No hay una sola prueba para condenarlo”, sostuvo. Además, cuestionó que la víctima no haya hecho una sola denuncia por violencia de género. A su turno, el imputado negó haber cometido el hecho.

“El día de la verdad”

Barrionuevo había llegado en libertad al juicio oral. Sin embargo, se retiró esposado de tribunales luego de que se leyera la sentencia. Los vocales de la Sala IV, Wendy Kassar, Gustavo Romagnoli y Eduardo Romero Lascano, definieron su situación por unanimidad. Lo hallaron culpable del delito de homicidio agravado por el vínculo y lo condenaron a prisión perpetua, además de ordenar su prisión preventiva hasta que el fallo quede firme.

Los familiares de la víctima rompieron en llanto tras oír la sentencia. “Estoy muy conforme con la Justicia, llegó el día de la verdad”, expresó Rosa Sosa, la madre de la víctima. Emocionada, la mujer agregó: “hoy puedo decir que mi hija va a descansar en paz y le voy a poder contar la verdad a mi nieto, que no sabe nada de esta situación, porque este hombre dejó un niño de seis meses sin madre y después se olvidó de él”.

Por último, Sosa aseguró que el fallo le trajo alivio. “Ahora lo único que quiero es estar tranquila para seguir adelante con la frente bien alta y decir que mi hija no se suicidó; a mi hija la asesinó Sergio Edgardo Barrionuevo”.

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