El faro de la región

La queja y el disconformismo forman parte del gen argentino. Sino, pregúntele a cualquiera que pase por la calle qué sintió al ver a la Selección Nacional empatar con Venezuela. Nacimos para sufrir. Crecimos en el sacrificio. Y hasta, en muchas facetas, olvidamos las enseñanzas de nuestros antepasados, de que la palabra tiene un valor superlativa, más si se acompaña con hechos. La Argentina volverá a las grandes ligas de países serios cuando demuestre que no sólo dice lo que sabe, sino que es capaz de ejecutar un plan con beneficios colectivos, no individuales.

En cuestiones de construcciones colectivas pueden inscribirse las obras que se ejecutaron en el aeropuerto Teniente Benjamín Matienzo. El antes, el durante y el después de esos trabajos ha demandado un cúmulo de acciones que, a los ojos de cualquier ciudadano, parecen invisibles. Por el lado de la provincia, en los últimos años hubo un fuerte trabajo de seducción de empresas aéreas para que mejoren las frecuencias hacia Tucumán. Particularmente, pensando a la provincia como un destino turístico de todo el año y por el flujo de viajeros que tiene el distrito que, con el correr de los meses, dejará de ir a Buenos Aires para salir, por ejemplo, al exterior. El Ente Tucumán Turismo ha trabajo en esa tarea de captación de compañías, como en aquella misión oficial a Santiago de Chile, donde sus autoridades explicaron, en persona, a los ejecutivos de Latam, qué importancia tiene la provincia como nodo regional. O también desde el momento en que Avianca decidió instalar un hub o nodo de conexión (ayer lo formalizó en la audiencia pública) para que sus aeronaves “duerman” en el aeropuerto local. Pero no todo se resume a lo turístico.

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Desde el año pasado, la actividad productiva (particularmente los arándanos) ha experimentado otra manera de sacar los productos desde el mismo lugar en que se lo cultiva hasta las góndolas europeas. Sin escalas. Esa es una parte de la realidad que se le presenta al distrito más chico del país.

La Nación también aportó la otra cara de la moneda, la de la infraestructura para mejorar una aeroestación que ahora recuperó el mote de internacional. Con los trabajos encarados en la pista de aterrizaje, el Ministerio de Transporte rompió un paradigma en materia de obras públicas: se pueden ejecutar trabajos, en tiempo y en forma, ajustado al presupuesto, más allá de las inclemencias del tiempo. Fue un mensaje de confianza para que más compañías aéreas vengan a la provincia. Porque se cumplió la palabra acordada a las líneas que ya habían vendido pasajes a Lima (Perú). Y ahora se sumarán otras 18 rutas nacionales y extranjeras.

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En ambos casos, hubo profesionales que intercambiaron ideas, más allá de las chicanas políticas, para mostrar que se puede construir para la sociedad sin importar de qué partido o alianza son. Ese es otro mensaje, tal vez el más importante si es que, en realidad, hay verdadera vocación de entenderse y de complementarse.

Los empresarios locales señalan que estas obras marcarán un antes y un después. El movimiento que se prevé que tendrá el aeropuerto en los próximos meses contribuirá a la expansión económica de la provincia. Y a generar puestos de trabajo en un distrito en el que el desempleo roza el 7%, mientras que la desocupación juvenil duplica aquella tasa general. Se puede volar hacia el crecimiento, pero sin perder de vista lo que sucede en la tierra. Tucumán no es una de las jurisdicciones con mejor situación socioeconómica. La tarea que se viene también será ardua en ese sentido. La demanda de servicios es creciente y, por lo tanto, el nivel de preparación de la mano de obra deberá ser constante. Una provincia que crece tiene más posibilidades de sacar de la situación de pobreza a más personas. Para que esto sea posible es necesario gestos de madurez por parte de la clase dirigente, en todos los niveles y estamentos, públicos y privados. No es mucho pedir; tan sólo que sean funcionarios y ejecutivos. Se puede soñar en grande sin dejar de pisar la tierra. El tiempo perdido ya no se podrá recuperar. Dicen que el presente se construye de cara al futuro, sin olvidar el pasado. No todo debe girar alrededor del conflicto permanente. Se necesitan más gestos de grandeza en una provincia que tiene que consolidarse como el faro de la región.

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