Teléfonos abiertos

No hay peor movimiento que patear la colmena en medio de un proceso político difícil. Más aún cuando las abejas están definiendo su estrategia de supervivencia política territorial tocándole la víscera más sensible que cualquier gestión puede tener: el bolsillo. Eso es lo que pasó con el Fondo del Conurbano Bonaerense que la gobernadora María Eugenia Vidal quiere recuperar, pero sin medir las consecuencias de ese proceso en el resto de los distritos que componen la Argentina. Para Buenos Aires, los $ 53.000 millones anuales que le puede significar la restitución de esa partida es un alivio fiscal inmenso; para muchas de las jurisdicciones afectadas, se les va la vida o, usando términos financieros, el precario equilibrio en las cuentas públicas.

De hecho, frente a tanto mar de fondo, la Casa Rosada ya está preparando una cumbre con mandatarios, afines y no, para zanjar las diferencias y que el agua no llegue al río. Varios integrantes de la liga de gobernadores ya recibieron llamadas desde el macrismo para postergar la cumbre que iba a realizarse hoy en Buenos Aires. Uno de los más activos a la hora de hablar con los peronistas fue Rogelio Frigerio, quien envió también mensajes al tucumano Juan Manzur sobre la inconveniencia en avanzar con un plan que signifique romper lanzas con la Nación.

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Una cosa son las palabras, con frases propias del momento electoral, y otra muy distinta son los hechos, esos que pueden llegar a condicionar las relaciones instituciones y fiscales entre Nación y provincias. Manzur siente el ninguneo. Y se lo planteó al propio ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, acerca del acto previsto para mañana en el aeropuerto Benjamín Matienzo, donde se inaugurará la pista de aterrizaje más larga de la Argentina.

Este circo de dimes y diretes está lleno de equilibristas, tan grotescos como esos elefantes en el cable que, por todos los medios, tratan de no caerse. La desconfianza es lo que separa a ambos sectores. Ni Mauricio Macri cree que los gobernadores pueden facilitarle la gobernabilidad en los próximos dos años, ni los mandatarios provinciales creen que la Casa Rosada frenará del todo el intento de Buenos Aires por quedarse con toda la torta. Eso es lo que mantiene a la liga del interior en estado de asamblea permanente, como la que mantendrán la noche del martes en la Capital Federal y, al día siguiente, en una mesa ampliada para debatir qué hacer con la relación fiscal.

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La Nación, mientras tanto, trata de poner paños fríos. Manzur ya fue invitado al acto de mañana en la aeroestación tucumana. Sí, en la provincia que gobierna. Dietrich fue el encargado de transmitirle que no era intención de Macri ningunearlo. Cuentan que el ministro de Transporte reconoció al gobernador que hubo un tiempo en que los parlamentarios tucumanos contribuyeron a la sanción de leyes solicitadas por la Casa Rosada. El teléfono está abierto. Manzur se ha reencontrado esta semana en Buenos Aires con algunos sindicalistas de peso y con empresarios amigos, que tienen cierta influencia en el macrismo. El Gobierno nacional tomó nota de esos encuentros, en los que el gobernador tucumano procura lograr cierta visibilidad para convertirse en uno de los líderes territoriales de la nueva etapa que se le abre al Partido Justicialista. Su carta de presentación, en cada charla, es que fue el mandatario de signo peronista que mejor resultado obtuvo en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Sin embargo, no goza de la imagen de otros gobernadores que ya están instalados en la opinión pública nacional. Pese a ello, ninguno tiene la capacidad suficiente como para erigirse en el hombre del cambio justicialista. En lo que sí hay acuerdo es en la necesidad de diferenciarse del kirchnerismo.

Las necesidades mutuas, de Nación y de provincias, ha llevado a hacer un alto el fuego en la batalla electoral con vistas al 22 de octubre. Los teléfonos suenan más seguidos y es probable que la situación fiscal se resuelva mucho antes de los comicios de medio turno. En el medio está el debate presupuestario federal. De eso dependerá la voluntad política de las provincias para acercarse o alejarse del Presidente. Estamos viendo otro round de estudio entre los púgiles políticos.

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