¡Que se haga agua el picolé!

¡Que se haga agua el picolé!

Ya hay tres marcas que venden paletas heladas “gourmet”, una tendencia que está cambiando la manera de consumir helados. Rellenas, frutales o cremosas, todas las paletas (el viejo helado en palito) son artesanales y con productos naturales, sin conservantes.

05 Agosto 2017

Cambia, todo cambia. Hasta los famosos helados en palito cambian y resulta que ahora se llaman “paletas heladas”, que tienen gustos extravagantes y que son artesanales. Y es que esta nueva propuesta, que nació como una tradición mexicana, está cambiando la manera de consumir helados, volviéndola más práctica y dinámica. Si antes los palitos nos remitían a helados de baja calidad o extremadamente industriales, como los que venden en los kioscos, ahora se trata de una experiencia saludable, innovadora y hasta “gourmet”.

En abril apareció la primera marca de paletas artesanales, en un puesto pequeño en el shopping Portal. Es Stick Station, una franquicia que tiene locales en Buenos Aires, la Costa argentina, Rosario y Tucumán. “En el verano estuve en la Costa y me sorprendió la enorme aceptación que tenían estas paletas. Primero por curiosidad, y después porque me encantaron, las comencé a consumir. Unos meses después estuve en Salta y vi que la gente hacía cola para comprar. No lo dudé y me puse a trabajar para traerlo”, cuenta Genaro Álvarez, titular de esa franquicia en Tucumán.

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La respuesta fue inesperada: planeaban vender 2.000 paletas en el primer mes y esa fue la cantidad que vendieron durante el primer fin de semana en el shopping. Ahora tiene también un local en barrio Norte y se vienen dos más. “La gente se copa porque es rápido, hay muchas opciones de sabores poco tradicionales, son naturales y de buena calidad. En una heladería común, en cambio, tenés que comprar, sacar el ticket, hacer la cola, elegir los sabores... acá elegís una, le sacás el envoltorio y listo”, explica. Le faltó un detalle: la selfie. Es que las paletas artesanales tienen un condimento tan de los millennials que es irresistible sacarse una foto y compartirla en las redes.

“Eso también engancha, toda la estética que hay alrededor. La gente y sobre todo los chicos se prenden y se sacan fotos, porque además de ricas son lindas”, destaca Patricia Alderete, propietaria de la segunda franquicia que se abrió en Tucumán, en junio. Se llama Jalisco (recuperando un nombre mexicano, donde surgió todo este barullo) y comenzó a expandirse desde Córdoba; hasta el momento hay locales en esa provincia y en Tucumán.

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La tercera en sumarse a esta tendencia fue la franquicia Palotte, que se distribuye en los locales de Bonafide. Es que, excepto por Stick, las otras dos opciones en Tucumán combinan las paletas heladas con café y batidos para que haya opciones para todos. “Quizás las paletas le llaman la atención a los más chicos, pero combinándolas con otras opciones como cafés, logramos que los más grandes compartan una merienda con los chicos”, dice Alderete.

Abiertos en pleno invierno, una jugada que parecería arriesgada, los locales de paletas heladas naturales están teniendo una aceptación más allá de las estaciones del año. Habrá que ver cómo sigue, pero así, estaremos en condiciones de decir: que se haga agua el picolé; denle paso a la paleta gourmet.

Ya hay tres marcas que venden paletas heladas “gourmet”, una tendencia que está cambiando la manera de consumir helados. Rellenas, frutales o cremosas, todas las paletas (el viejo helado en palito) son artesanales y con productos naturales, sin conservantes

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