Adrián "Chula" Espeche porta el ADN de un campeón

Adrián "Chula" Espeche porta el ADN de un campeón

Es el piloto que más títulos de enduro ganó en 12 años en el Argentino.

23 Julio 2017

Ganó las ediciones del Campeonato Argentino de Enduro de 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010 en la categoría Senior B. Esa racha exitosa le permitió a Adrián Espeche convertirse en el piloto nacional más ganador de las últimos 12 años, según registros de CAE-Camod, entidades relacionadas al motociclismo. El corredor de Alberdi, con sus cinco conquistas, no es el único tucumano en el ranking de 15 posiciones: en el listado también aparecen Ignacio Ayuso (en 6° lugar), con tres; Damián Zavadivker y Gustavo Almada (en 14° y 15° puesto), con dos.

- ¿Qué te hace sentir estar 1°, superando incluso a corredores de proyección internacional, como Kevin y Luciano Benavides, Franco Caimi y Nicolás Kutulas?

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- Me siento muy orgulloso y sorprendido. Estoy “de diez”. Con esto que se dio a conocer ¡me dieron unas tremendas ganas de volver!

- A eso se suman los Transmontaña que ganaste y otros títulos locales...

- Sí, fueron cinco Transmontaña, tres de ellos en la clasificación general, uno en Junior (cuando debuté) y otro en Senior B. De los títulos, tengo seis en el certamen tucumano y otros seis del Noroeste. A todos mis títulos los gané en ocho años, desde 2003 a 2010.

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- ¿Qué te alejó de las pistas?

- El trabajo, las responsabilidades. Cada día que pasaba contaba con menos tiempo para entrenar. Y yo soy de los que nunca quiere participar por participar, siempre busqué el podio. Es más, llevo la cuenta de los que tengo: 287 en total. Sólo registro un abandono, por rotura de la moto.

- ¿Cuál fue tu mejor momento?

- Desde 2006 al 2010. Cada carrera era una historia distinta. Esos fueron los años en que estaba súper “afilado” y disfrutaba de cada carrera porque me divertía arriba de la moto. Ganar mi primer Transmontaña en la máxima categoría y la general fue algo que hasta el día de hoy disfruto. Mi primer Campeonato Argentino también fue algo que lo disfruté muchísimo y sólo yo sé lo que costó. Esto fue fruto del entrenamiento, la concentración, el esfuerzo, la suerte...

- ¿Y qué hay de la pata imprescindible del deportista, la familia?

- El apoyo que me dio fue permanente. Empezando por mis ‘viejos’, que fueron el principal auspiciante que siempre tuve. Si no fuera por ellos jamás hubiera logrado lo que logré. Además, siempre me acompañaron a las competencias que podían. Mis hermanos, “Mocho” y “Chapulín”, me cubrían en el trabajo dentro de empresa familiar. Y mi esposa Mabel me apoyó siempre en mis locuras. Por algo relacionado a ella es que no me olvido nunca que mi primer Argentino...

- ¿Qué sucedió?

-La definición era en Villa La Angostura, en Neuquén. Y ella estaba a punto de dar a luz a nuestra primera hija, Catalina. Yo largué con la cabeza puesta en todo este esfuerzo y Dios me gratificó, permitiéndome ganar la carrera y con ello el título. Santiago, mi otro hijo, nació en 2011, ya cuando me había retirado. Pero a pedido de él corrí dos pruebas, de las cuales gané una. Por eso es que me pudo ver en lo más alto del podio.


- ¿Santiago es el continuador de tu historia?

- Va pintando para bueno: ya ganó algunas carreras de mountain bike y, con sus seis años ya practica con su motito. Se nota que lo lleva en el alma.


- Por último, hay un capítulo llamativo en tu vida de deportista. Fuiste piloto de rally...

- Ah, sí... gracias a mi gran amigo Martín Acuña que me anotó ¡y me dio su auto un rato antes de largar, jaja!! Me acuerdo que mi mamá se enteró leyendo LA GACETA y casi me mata. Yo ni sabía que corría, fue muy gracioso. Largamos con mi navegante, Fernando Quintana y ninguno de los dos tenía experiencia alguna en rally. No teníamos intercomunicador y corrimos haciéndonos señas. Terminamos quintos, fue una tremenda experiencia.

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