Adivine quién paga la cuenta

Los impuestos no son más que una obligación, mediante la cual el contribuyente tributa al Estado sin que ello signifique una contraprestación directa. Sin embargo, la sociedad observa que, a medida que pasa el tiempo, son cada vez más gravosos y regresivos. Por esa razón, hay quienes consideran que resulta imprescindible reconvertirlos a progresivos. En otros términos, lograr que aquellos que tengan más dinero paguen solidariamente más para que el resto, los que menos tienen, gocen de una disminución en la carga fiscal. El presidente Mauricio Macri ya está dando indicios de que en la agenda de prioridades figura la reforma tributaria. Pero, ¿a qué costo? Una disminución de la carga fiscal es música para el oído de cualquier contribuyente, menos para el de los gobernadores.

¿Por qué? La señal que está dando la Casa Rosada es que, para hacer más competitiva la economía y, a la vez, luchar contra la pobreza, es imprescindible la eliminación paulatina de los impuestos considerados distorsivos. Y allí, el cordobés Juan Schiaretti ha dado una pauta de que el reclamo federal chocará contra el frontón que pondrán las provincias. Porque el más distorsivo de los impuestos es Ingresos Brutos que, a su vez, alimenta en un porcentaje de entre 75% y un 85% la recaudación local.

Publicidad

Macri insiste con que se ha avanzado muy poco en la materia desde que el 1 de marzo, en su mensaje anual al Congreso, ha fijado como objetivo para 2018 la disminución de los impuestos. Ayer, en el contrapunto que tuvo en tierras mediterráneas, Schiaretti, el anfitrión, le contestó que hará esos deberes “cuando la Nación nos devuelva lo que nos debe desde hace más de 30 años”. El presidente de la Nación fue a Córdoba un día después de que tres mandatarios provinciales acompañaran a Schiaretti en la cumbre del comité de integración con Chile Atacalar. El tucumano Juan Manzur, la catamarqueña Lucía Corpacci y el riojano Sergio Casas estuvieron en esa provincia. Si bien públicamente se dijo que los gobernadores presentes reimpulsaban la necesidad de apuntalar el corredor bioceánico, la relación Nación-provincias no estuvo ausente en las conversaciones.

De hecho, los gobernadores de signo justicialista preparan una cumbre en Buenos Aires a la que, en primera instancia, mencionan que asistirán no menos de una docena de mandatarios para discutir qué hacer con los reclamos de la Casa Rosada y con la demanda que ha planteado la bonaerense María Eugenia Vidal para la recuperación del Fondo del Conurbano Bonaerense. Sólo este año, la pelea sería por $ 53.024 millones ($ 650 millones, monto histórico y no actualizado desde la década de 1990, para la provincia de Buenos Aires, y $ 52.374 millones, para el resto de las jurisdicciones), según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). Si prospera el reclamo del principal distrito electoral del país, Tucumán pondría en riesgo un ingreso anual estimado en $ 3.100 millones (una planilla y media de salarios estatales en la provincia).

Publicidad

Los avances del macrismo han dejado virtualmente reconformada a la liga de gobernadores. Entre el 26 y el 27 de este mes es posible que se afiance la idea de relanzarla, como espacio de poder colectivo, para consolidar la pelea por los recursos ante la gestión nacional. El temor de los mandatarios es que Macri termine administrando aquel excedente y que se vaya convirtiendo en un recurso discrecional al reparto de la Casa Rosada. El otro miedo es que el Ministerio de Hacienda avance, de una u otra manera, contra Ingresos Brutos, sea a través de un esquema de IVA provincial. Sin embargo, la Nación sabe de las limitaciones que posee para avanzar en este tema. “Es un impuesto que surgió hace muchísimos años y que esencialmente gravaba las rentas, pero terminó convirtiéndose en un monstruo que grava la producción con retenciones interjurisdiccionales”, definió en alguna oportunidad el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.

La teoría dice que hay tres formas de financiarse. En el pasado reciente, el Estado abusó de la emisión monetaria; en la actualidad, del endeudamiento en títulos para reducir el déficit. Pero, históricamente, siempre estuvo a mano la herramienta más sencilla y directa: cargar sobre la sociedad todo el peso de los impuestos. Adivine quién paga siempre la cuenta...

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios